• lunes, 07 de abril de 2025
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COMERCIO LOCAL

Celia, la pamplonesa que le da nueva vida a un bar junto al encierro de San Fermín: "Quería apostar por mi cuenta"

“Mi familia me dice que soy una valiente con una hija de solo cuatro meses, pero que puedo con esto y con más", asegura.

Celia de Pedro sostiene una gran tortilla de patatas en el bar Monasterio de Pamplona. Navarra.com
Celia de Pedro sostiene una gran tortilla de patatas en el bar Monasterio de Pamplona. Navarra.com

Celia de Pedro Montero tiene 29 años, es cocinera, madre reciente y una mujer decidida. En enero, con su bebé de apenas dos meses, recibió una llamada que le haría replantearse toda su vida profesional en Pamplona. “Me contactaron para ver si me interesaba el proyecto, y lo estuve pensando un mes. Acababa de ser madre, mi hija Aurora tenía solo cuatro meses, y no sabía si era el momento”, confiesa.

Está muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local en la ciudad, como el conocido bar Fitero o el histórico restaurante Europa.

No era una decisión fácil. Hasta entonces, llevaba dos años como socia en Casa Paco, un restaurante donde predominaba el menú del día y los platos de cuchara. Allí despachaba pucheros de alubias y recetas tradicionales. Pero el cuerpo le pedía otra cosa. “Quería apostar por mi cuenta, salirme del menú cerrado y explorar algo más creativo. Aquí puedo dar rienda suelta a lo que me apasiona: la alta cocina en miniatura”, afirma.

Al final, se lanzó. “Mi familia me dice que soy una valiente, que puedo con esto y con más. Y me lo he creído”. Con una hija de cuatro meses, ha montado un nuevo equipo de cocina, ha rediseñado una carta entera y ha preparado una barra espectacular para uno de los bares más emblemáticos de Pamplona: el Bar Monasterio, el 'Monas' para los de siempre, ubicado en el número 11 de la calle Espoz y Mina.

El mítico bar fundado en 1944 por Federico Monasterio y Felicitas Arraiza ha vivido esta semana su enésima transformación. 81 años después de que Felicitas decidiera sacar los primeros fritos calientes a la barra, el Monasterio ha reabierto sus puertas este martes 1 de abril con más vida y más ganas que nunca. “Lo vacié entero, me lo dejaron montado como si fueran a volver al día siguiente, y lo he puesto todo a mi gusto”, cuenta Celia, que no ha hecho reforma, pero sí ha cambiado hasta el último detalle de la cocina y el servicio.

El estreno ha sido apoteósico. “Sacamos más de 600 pinchos fríos y 300 calientes. Esto parecía el Chupinazo de San Fermín. No me lo esperaba, pero estoy feliz”. Para ella, el reto no es solo profesional. “Cuando regreso por la noche, Aurora ya está dormida. Entre semana solo la veo de tres y media a seis y media, cuando cerramos un rato. Es duro, pero merecerá la pena”.

Ahora, al frente de una plantilla de cinco personas —aunque espera reforzarla con algún extra de cara al verano—, Celia ha diseñado una carta a su medida. El bar abre de martes a jueves en horario partido y viernes y sábado de forma continua. Domingo por la tarde y lunes cierra por descanso. En cocina manda su estilo: fusión, sabor y estética. “Se come también con los ojos, y eso lo cuidamos mucho”, apunta.

La barra de pinchos es un despliegue de técnica y sabor. Se puede probar una tosta de manitas crujientes rellenas de mousse de foie, con esferificaciones de manzana y emulsión de albahaca; un sándwich de carrillera con emulsión de kimchi; un brioche de costillas glaseadas en teriyaki con hebras de chile, o una coca crujiente de papada ibérica con pimiento cristal. No faltan clásicos con giro como la ensaladilla con boquerones de Santoña, o las zamburiñas con refrito de ajo y perejil.

En raciones, la carta sigue sorprendiendo: rabas de calamar de anzuelo con alioli y caviar de lima, gyozas de guisos caseros, patatas bravas con salsa secreta, tiras de pollo al panko con salsas, colitas de cigala en tempura o pan bao negro con pulpo, gambones y sichimi.

Celia estudió Dirección de Cocina en la Escuela de Hostelería de Burlada y ha recibido varios reconocimientos: ha destacado en la Semana de la Cazuelica, en la Semana de la Tortilla, y fue nominada como Joven Talento Gastronómico al Premio a la Mejor Barra de Pintxos en 2022. “Nos vamos a especializar en pinchos, todos muy ricos y con una barra espectacular. Me dicen que pinta muy bien, y ya nos estamos preparando para los Sanfermines, que se cogen con miedo y con muchas ganas”, concluye Celia de Pedro.

Reapertura del bar Monasterio en la calle Espoz y Mina 11 de Pamplona. Cedida.
Reapertura del bar Monasterio en la calle Espoz y Mina 11 de Pamplona. Cedida.

 

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