La panadería Anik de Pamplona es un lugar donde encontrar un pan diferente, elaborado con mucho cariño y que, además, sienta bien. Se encuentra en la Calle Benjamín de Tudela 36, en el barrio de Mendebaldea.
Iker Oroz, el dueño, se aventuró a abrir la panadería hace poco más de un mes. En el pequeño local, Iker se encarga tanto de atender como elaborar los panes, aunque cuenta con gente a su alrededor que le ayuda con el negocio.
La pasión de este pamplonés por el pan llega desde mucho antes. "Me ha gustado siempre el pan. Hubo una época que no estábamos bien y empezamos a hacer pan, fueron surgiendo las oportunidades".
Iker no perdió el tiempo y comenzó a formarse en este mundo. "Buscando en internet encontré que empezaba un curso en Barcelona. Fui, aprendimos y me quedé impactado con el pan que hacíamos allá. El sabor que tenía, la textura...no era nada de lo que había comido hasta ahora".
Antes de abrir el negocio en Pamplona, trabajó en otras panaderías donde descubrió que cada pan, a pesar de poder tener los mismos ingredientes, es único. "Es personal. Vas buscando lo que te gusta y lo que va a sentar bien a la gente. Queríamos especializarnos en algo que guste y siente bien".
El nombre de Anik viene de su hija Ana de 10 años, que juntó el nombre de su padre y el suyo y salió Anik.
Agua, harina y masa madre, son los tres ingredientes con los que Iker Oroz comienza a elaborar los panes. "Le meto cariño a todos. El que hago con más ganas es el que más se parece al gallego, que tiene mucha agua y una miga muy jugosa".
En la panadería Anik ofrecen panes de espelta, la barra, la chapata, la rústica... "El pan de leche lo hacemos con masa madre Biga, un pre fermento que se hace el día anterior con levadura", indica Iker Oroz, que asegura que es uno de los que más se venden.
Entre las harinas también usan diferentes tipos como la integral o la de espelta, que sirve para hacer el pan de espelta, que debe ser completamente con ese ingrediente.
Aunque son pocos ingredientes, todos son bien cuidados. "La sal es de Salinas de Oro y el agua es filtrada para evitar cloros", explica Iker Oroz, que también añade que se le echa un poco de levadura.
En la panadería Anik elaboran un pan que quieren que no solo este bueno sino también haga sentir bien. "Tenía problemas de dermatitis y los dermatólogos me dijeron que no podía hacer pan. Se me quitó en Sevilla, cuando me metí hacer pan de verdad".
Iker Oroz se levanta muy pronto por las mañanas para elaborar las masas y dar su toque de cariño. "Elaboramos todo a mano. Aquí en el local tengo amasadora y horno. Nuestros panes son de fermentación larga", detalla.
En Pamplona son contadas las panaderías que hay que ofrecen este tipo de panes. La gente ha recibido muy bien la panadería Anik. "Hay de todo, hay gente que se sorprende, la barra les parece pequeñas o las hogazas grandes", explica Iker Oroz.
Incluso con la masa que sobra ofrecen pizza con previo encargo.
Puede ser, que a las 14 horas de un día cualquiera ya no quede nada de pan por vender. Por eso, se pueden hacer reservas también para los panes.
Iker Oroz aún está empezando, pero asegura ir cogiendo buen ritmo. "Comenzamos más despacio de lo que nos hubiese gustado. Pero estamos cogiendo buen ritmo. Vamos por el camino correcto".
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