En los pueblos pequeños los proyectos familiares tienen un sabor especial. Eso es lo que se respira detrás del mostrador de una carnicería supermercado recién abierta en Navarra, donde prima la tradición y la cercanía. Un poco de todo como fruta, etc, con los servicios mínimos que necesita un pueblo de la zona media.
El esfuerzo compartido de dos primos, que han decidido unir fuerzas y emprender juntos, se ha transformado en un negocio que en pocas semanas ha conquistado a sus vecinos. El motor de esta historia es Iñaki Santiñán, que durante años trabajó colocando encimeras en un taller y que, al ver cómo la antigua carnicería del pueblo estaba a punto de echar el cierre, decidió dar un paso al frente en un pueblo de Tierra Estella.
No lo hizo solo. Su prima, María Alegría, que vivía en Pamplona y solía ayudarle en vacaciones y tardes libres, se sumó a la aventura. Primero llevaba la parte del ordenador, pero pronto aprendió también el oficio de carnicera. Hoy ambos forman un tándem que combina energía, ilusión y mucho trabajo. También trabaja con ellos Maite Ciriza de 43 años.
El pasado mes de junio materializaron ese esfuerzo con la apertura oficial de la Carnicería Laupru, en Dicastillo, un pueblo de Tierra Estella con apenas 600 habitantes. El nombre del establecimiento es un homenaje a sus abuelos, Laura y Prudencio y el local se ha diseñado desde cero para hacer más cómodo el día a día.
La fachada está hecha de piedra; lo que sí yo quería era un local todo a piso llano, porque en el otro local andaba subiendo y bajando”, cuenta Iñaki mientras describe un espacio dividido entre la zona de supermercado y carnicería y un obrador trasero en el que van incorporando poco a poco nuevo equipamiento: “Vamos poco a poco haciendo todo lo que podamos: un horno, una amasadora de croquetas…”.
La respuesta de los vecinos ha sido inmediata y muy positiva. “Esto es una gozada, la gente del pueblo ha respondido súper bien, no podemos tener ni una queja de nada. Trabajamos duro, pero muy contentos”, afirma el carnicero, que reconoce que el contacto diario con los clientes es uno de los mayores alicientes de su jornada. Y en un pueblo pequeño, esa cercanía marca la diferencia: no solo atienden en el mostrador, también hacen reparto a domicilio para las personas mayores.
“Siempre tienes un móvil, un oído para escuchar a las personas y entenderlas. Nosotros cogemos el coche y les subimos el pedido; es algo que es viable en sitios pequeños. Lo que más nos gusta es el contacto con la gente”.
El proyecto ha crecido también gracias a la formación. María de 39 años e Iñaki de 38 años se han apoyado en los cursos del Gremio de Carniceros de Navarra para aprender a gestionar mejor el negocio. “Todo ayuda; al final somos gente que no tenemos, como digo yo, conocimientos, que hemos venido de la nada, y cualquier información es valiosa".
Interior de la carnicería supermercado Laupru en Dicastillo. Navarra.com
"Hemos venido a los cursos de Juan Carlos Mañú, y hemos aprendido muchísimo. Una persona que te explique que tú haces esta cuenta y tienes este beneficio, es súper importante”, valora Iñaki.
Incluso se han atrevido con la experiencia de los concursos, como el de chistorra, donde el resultado no fue el esperado. “La experiencia fue muy mala porque no gané (risas). Pero toda experiencia nueva es buena: nos apuntamos, compartimos el día con gente del sector y estuvo muy bien”, recuerda con humor.
En sus vitrinas abundan los elaborados caseros, que se han convertido en una de sus señas de identidad: lasañas, menudos, callos con morros, albóndigas, carrilleras, pimientos rellenos, empanados, fritos caseros, chistorras y chorizos. Pero si hay un producto estrella que nunca falta en el mostrador, ese son los cachopos, que, como reconoce Iñaki, “se venden solos”.
El secreto de su éxito, más allá del producto, está en la manera de llevar el día a día. “Mucho trabajo, y luego también es primordial mantener el buen humor”, confiesa. Y en eso parecen coincidir los dos primos, que han puesto el corazón en este negocio. Tras estas primeras semanas de actividad, la ilusión es más que evidente. “Es gracias al pueblo, al que queremos agradecer la respuesta. Muy contentos y agradecidos. La aceptación es de maravilla”, recalca Iñaki, con la satisfacción de quien siente que el esfuerzo compartido ha merecido la pena.
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