El frontón infanto-juvenil construido por el Ayuntamiento de Pamplona en el barrio de Mendillorri luce nueva cara con una gran pintura mural que se está realizando estos días. El mural artístico es un original de la empresa Deltadec, especializada en obras de este tipo de gran tamaño.
Según explican en su propuesta, a partir del nombre del barrio, que puede traducirse como “monte de los endrinos”, han diseñado una composición dinámica con endrinos y gorriones, utilizando una paleta de colores “amables” para el público al que se destina el espacio: verde en representación de la naturaleza, y azules y lilas, como los frutos del endrino.
En cuanto a la ejecución, debido a la altura y dimensiones de los muros, se utiliza una grúa de tijera y el mural se realiza con pintura plástica para fachadas, que ofrece una mayor durabilidad por su pigmento más resistente al sol y al agua, y con brochas y rodillos de diferentes calibres dependiendo de la zona a trabajar. Al finalizar el trabajo, se aplicará un barniz protector para preservar la obra en el tiempo y prevenir posibles arañazos en la zona inferior.
El frontón infanto-juvenil, ubicado en la calle Concejo de Sarriguren, junto al Centro Comunitario Antzara, en la misma vía que otras dotaciones públicas como el civivox o la biblioteca, se inauguró a finales de junio, tras una inversión de 302.895,75 euros.
La instalación cuenta con una pared lateral de 25 metros de largo y un frontis de 15 metros de ancho, de los que 11 se corresponden con la zona de juego. La altura de ese frontis es de 13,20 metros, incluida una red de protección en la parte superior. Con esas dimensiones, su uso previsto es el deportivo para juego de frontón de menores y jóvenes, sin cumplir con las medidas precisas para uso reglado.
El frontón está construido descubierto y algo soterrado, por debajo del nivel de la acera debido al desnivel del terreno. Desde la calle Concejo de Sarriguren, la zona de juego queda resguardada, ya que desde la acera se ve solo la trasera de la pared lateral. Se ha aprovechado para adecuar e iluminar el entorno, pues al no estar urbanizada la parcela no había otros elementos de edificación o instalaciones.
Se accede al frontón mediante un camino habilitado por detrás del frontis, con su consiguiente alumbrado. Se completa la obra con la acometida de abastecimiento para una fuente y la consiguiente estructura para la recogida de aguas y su vertido a la red general de saneamiento.
