• viernes, 29 de marzo de 2024
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PAMPLONA

La enigmática montaña de escombros que ha aparecido en el centro de Pamplona

Una obra de arte efímero llamada "La Isla" ocupará la parte peatonal del paseo con motivo de los Encuentros de Pamplona 72-22

Exposición en el Paseo Sarasate de Pamplona de arte contemporáneo con motivo de la celebración de Los Encuentros de Pamplona 1972-2022. PABLO LASAOSA
Exposición en el Paseo Sarasate de Pamplona de arte contemporáneo con motivo de la celebración de Los Encuentros de Pamplona 1972-2022. PABLO LASAOSA

Los viandantes del centro de Pamplona se sorprendían esta semana cuando en plena zona peatonal del Paseo de Sarasate aparecían unos tablones levantados en vertical junto a una montaña de escombros y una farola de la Pamplona de finales de siglo XX apoyada sobre una valla.

Ya hay respuesta al enigma: se trata de una instalación de arte efímero que ha sido diseñada en el marco de los Encuentros de Pamplona 72-22 que recuerdan el medio siglo de la celebración en la capital navarra de un festival de vanguardia internacional que todavía se sigue considerando como el principal acontecimiento de arte vinculado al público en general que ha tenido lugar en España.

La instalación lleva por nombre "La Isla", es de tamaño circular, tiene unos 40 metros de diámetro y ha sido diseñada por el estudio de arquitectura Recari. Se trata de una obra colectiva en la que la comisaria de la exposición, Alexandra Vaures, junto con el estudio de arquitectura y cinco artistas más, reflexionan sobre "nuestra relación con el futuro en un momento de crisis económica y ecológica, y de incertidumbre". 

Así, cada uno de los artistas propondrá su propia reflexión en forma de arte. Fermín Jiménez Landa, dispondrá una farola de la Pamplona de los años 70 tumbada horizontalmente. Estará anclada al suelo, pero será dinámica y se podrá "levantar entre varias personas, simbolizando que entre todos, podemos levantar esto".

La instalación, que podrá visitarse del 6 al 18 de octubre coincidiendo con los Encuentros, contendrá una cápsula del tiempo diseñada por Josu Zapata, con la que quiere proyectarse a dentro de 50 años. Así, introducirá en botellas semillas de Navarra, aguas, objetos, incluso comentarios de personas que pasen por la instalación y dejen sus reflexiones. El último día, la cápsula se enterrará en el jardín del Palacio de Ezpeleta, con orden de no desenterrarse hasta dentro de 50 años. 

Por otro lado, Amaia Molinet trabajará en torno a la vegetación. Ha elegido las Suculentas, una planta que puede sobrevivir a temperaturas extremas y va a crear con ellas un pequeño jardín. Asimismo va a hacer una pintura que reacciona a la luz y que, en función de la hora del día en la que se mire, parece diferente.

Por su parte, Leyre Urbetz, que es muralista, va a hacer un mural colaborativo junto con usuarios del comedor Paris 365. Ha trabajado con animales de los países de origen de los colaboradores en una propuesta tridimensional.

Y, finalmente, Miren Doiz, una escultora que trabaja con objetos que acumula desde hace tiempos, va a interactuar con una montaña de escombros de un piso de la Pamplona de los años 70 que en la actualidad se está reformando. "Estamos mirando no sólo al futuro, sino también de dónde venimos, por eso era importante que estos vestigios de hace cincuenta años estuvieran en la muestra", dice Vaures.

La instalación ya está prácticamente terminada. Solo queda que los cinco artistas trabajen en sus obras entre el 6 y el 9 de octubre. Durante esos días, todos los ciudadanos que quieran interactuar o preguntar cualquier cosa, tendrán a los artistas a su disposición.

En definitiva, como asegura la comisaria, "es un proyecto ambicioso, en la calle, que no tiene horario, se puede ver a cualquier hora. Se iluminará a partir de las 7 de la tarde, pero se apagará a las 12 para ahorrar energía".


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La enigmática montaña de escombros que ha aparecido en el centro de Pamplona