Para los
diputados al
Parlamento Europeo,
votar desde sus hogares en vez de desde sus
escaños se convirtió en rutina cuando la pandemia les impedía compartir un hemiciclo con sus 704 compañeros. Ahora no pueden decir lo mismo los
eurodiputados ausentes porque acaban de ser madres o padres o por razones médicas.
Es el caso de
Adriana Maldonado, la eurodiputada socialista navarra que, cerca de
dar a luz a su primera hija este verano, ha hecho sonar la alarma en una carta a la
presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola: los miembros de la Eurocámara no pueden votar en remoto mientras cuidan a su
bebé.
"Tengo que elegir entre
ser madre o votar", resume la eurodiputada navarra en conversación con EFE.
El debate no es nuevo: el reclamo para que se permita el
voto en remoto en situaciones excepcionales ha entrado en años anteriores en los informes de aprobación de las cuentas de la Eurocámara pero nunca ha llegado a entrar en funcionamiento.
La petición ha vuelto a la palestra precisamente tras una pandemia durante la que el
Parlamento Europeo ha podido mantener su trabajo legislativo de forma
telemática gracias a un sistema de participación y voto en remoto.
Una vez recuperada la normalidad, los diputados mantienen hoy la posibilidad intervenir por
videollamada en comisiones parlamentarias en casos especiales y pueden ser sustituidos por un compañero en el
voto en comisión, pero no en el
pleno del Parlamento Europeo, que además se desarrolla principalmente en
Estrasburgo mientras que los diputados viven en
Bruselas o sus países de origen.
"Yo no estoy pidiendo ningún otro tipo de cuestión, simplemente que yo pueda ejercer mi derecho al voto, porque es para lo que los ciudadanos me han elegido, durante esos cuatro meses. Es una situación de baja prolongada. Tenemos casos que demuestran en muchos países que es efectivo y se puede hacer", explica Maldonado.
En su carta a Metsola, la eurodiputada señala precisamente "el gran esfuerzo e inversión económica" en
digitalización que la Eurocámara emprendió para mantener en funcionamiento la institución durante la pandemia, un cambio que debe perdurar "para que, en casos justificados, los parlamentarios podamos ejercer nuestro derecho al voto a distancia".
La
Mesa del Parlamento Europeo, encargada de redactar este tipo de cambios a las normas de funcionamiento, se escuda -dice Maldonado- en que no tienen un
sistema que reconozca el voto telemático simultáneo a la vez que se está produciendo una votación, pero este escollo ya se ha resuelto en el Congreso de los Diputados, por ejemplo, solicitando que los votos en remoto lleguen con antelación.
Maldonado, consciente de que ella no podrá votar en remoto en su ya cercana ausencia por maternidad, busca firmas de apoyo entre sus compañeros; la mayoría hasta el momento, dice, son de grupos progresistas, pero también
le apoya la diputada de Vox Margarita de la Pisa, madre de nueve hijos, y no quiere que su reclamo sea visto como algo
ideológico.
"Ya no lo hago por mí, sino por la gente que venga después. Si cada vez queremos que las mujeres jóvenes también estén más en política, que vengan también más a Bruselas... nuestra vida de
conciliación es compleja como para encima que no podamos ejercer nuestro derecho", zanja.