El Archivo de Navarra acoge del 16 de abril al 17 de agosto la exposición 'Insultos de otro tiempo', que ofrece una selección de los insultos conservados en documentos de los siglos XVI y XVII, como 'guitón', 'piojoso', 'bribón' o 'bellaco'.
La exposición también recoge términos como 'borracho', 'puerco', 'sucio', 'floja' o 'mala mujer'. En concreto, la muestra señala que los principales insultos en la época eran 'infame', 'villano/a', 'ruin' y 'traidor/a'. Les siguen 'pícaro/a', 'perro/a' o 'ladrón/a'. Por su parte, la exposición destaca que los tres insultos más frecuentes en Navarra en el siglo XXI son 'gilipollas', 'imbécil' o 'cabrón/a'.
La muestra ha sido inaugurada este miércoles por la consejera de Cultura, Deporte y Turismo del Gobierno foral, Rebeca Esnaola, junto al director general de Cultura, Ignacio Apezteguia, el director del Archivo Real y General de Navarra, Félix Segura, y las tres personas comisarias de la exposición: Jesús M. Usunáriz, catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Navarra, Cristina Tabernero, catedrática de Lengua Española de la Universidad de Navarra, y Javier Ruiz, profesor ayudante doctor de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad da Coruña.
'Guitón', 'bribón', 'piojos', 'bachillerejo', 'bellacaz', 'hocicos de cepa de Barués' o 'badajón con panza malsonada' son, según ha destacado la consejera, algunos de los términos o expresiones recogidas en los 57 documentos que componen la muestra, que es una selección de entre más de 6.000 procesos judiciales relativos a injurias.
Según Esnaola, se trata de una exposición "con una temática singular, que seguro no deja indiferente a nadie". "También las personas que vivían en Navarra en los siglos XVI y XVII empleaban en ocasiones palabras ofensivas, insultos e injurias que nos van a permitir conocer un poco más nuestra historia y acercarnos a cómo hablaban, actuaban y pensaban los hombres y mujeres del pasado en nuestra comunidad", ha indicado.
La muestra, que recoge contenido en castellano y en euskera, "está planteada desde una perspectiva que supera la visión de estos insultos como meras anécdotas del pasado e invita a las personas que la visitan a reflexionar sobre unos comportamientos reprobables y sobre la comunicación y el respeto en la actualidad". "Entender el impacto de estas palabras ofensivas permite de alguna manera concienciar y fomentar un diálogo, esperamos, más constructivo y empático, porque los insultos permiten conocer las normas, valores, dinámicas sociales y tensiones culturales de Navarra a lo largo de varios siglos", ha remarcado.
La exposición, ha continuado, "también profundiza sobre el contexto en el que se producían los insultos y en cuestiones que tienen que ver con la religión, la raza y procedencia, las proferidas en el ámbito familiar y doméstico, por conducta pública y privada vinculadas al comportamiento sexual de hombres y mujeres o a los desórdenes públicos, o también por la apariencia". Cuestiones que "tampoco se alejan demasiado de nuestra realidad actual".
Por su parte, Félix Segura ha destacado que uno de los objetivos del Archivo es "contar la historia de Navarra a través de las vivencias de las gentes que habitaron en esta tierra en épocas pasadas". También ha destacado que los comisarios de la muestra, que "llevan décadas trabajando en este tipo de temáticas", han realizado "un planteamiento muy novedoso, que hace continuos reclamos al presente, a la actualidad, a lo que es la realidad de los insultos de hoy en día, en comparación con el pasado". "Y eso es algo enriquecedor y novedoso en este tipo de muestras", ha considerado.
Según Segura, la muestra permite conocer en distintos niveles los insultos, a través de paneles y transcripciones, detalles que "van a permitir, incluso, acceder directamente a las fuentes documentales, a los documentos originales que están dentro de las vitrinas".
En nombre de los comisarios, Usunáriz ha explicado que "la exposición se basa, sobre todo, en tres grandes puntos". Una primera parte se centra en "cómo se lleva a cabo un proceso de injuria ante los tribunales, especialmente ante la Real Corte de Navarra". Una segunda parte se orienta hacia "cómo se expresan las injurias, auténticas retahílas a veces de injurias".
La tercera parte se centra en los contextos en los que se produce la injuria. Contextos que "muchas veces no están tan alejados de nuestra realidad: hay insultos por la raza, por la religión, por el sexo, injurias en el ámbito familiar, injurias por comportamientos políticos".
"Los insultos probablemente sean diferentes, pero la intención del insulto, que es la de humillar y menospreciar al contrario, está vigente en el XVI, en el siglo XV, y en el XXI", ha subrayado.
INJURIAS Y HONOR EN EL PASADO
En la Navarra de los siglos modernos, la persona injuriada presentaba una queja y era el alcalde quien iniciaba las diligencias solicitando la información de testigos. En buena parte de los casos, el pleito en primera instancia continuaba ante el tribunal de la Real Corte. La sentencia solía establecer una pena pecuniaria y se obligaba a la persona injuriadora a pedir perdón públicamente.
La injuria podía expresarse por escrito, a través de libelos, pasquines y coplas, oralmente, e incluso podía adoptar la forma de gestos injuriosos. Con ánimo de "ejercer su efecto denigrador y potenciarlo, se utilizaban estrategias, similares a las actuales, para asegurar el perjuicio sobre la imagen social de la persona destinataria", por ejemplo, a través de secuencias encadenadas ('guitón', 'bribón', 'puerco desvergonzado'), de terminaciones despectivas ('bachillerejo', 'bellacaz', 'borrachillo') o de imágenes "denigrantes más efímeras y eficaces por su expresividad" ('tranca del infierno', 'mala', hocicos de cepa de Barués', 'borracha', 'badajón con panza malsonada', 'necio').
En cuanto a las blasfemias, por lo general las protagonizaban varones jóvenes, campesinos y artesanos, y podían ser castigadas por cualquier tribunal, sobre todo, por la Inquisición, con penas que podían ser de penitencia pública, destierro, multa o azotes.
La injuria representaba un ataque al honor y, en esta época, la pérdida de la honra pública "suponía la degradación de la persona injuriada" a ojos de sus convecinos. En los siglos XVI y XVII las más ofensivas eran, sobre todo, aquellas que hacían referencia a la conducta pública o sexual, a la religión y raza o a la procedencia geográfica y social.
DOCUMENTOS DE ARCHIVO
La exposición exhibe 57 documentos datados entre los siglos XVI y XVII, que han sido seleccionados de entre los más de 6.000 procesos judiciales relativos a injurias que han sido objeto de estudio por parte del equipo de profesionales responsables de los contenidos de la muestra.
Estos documentos proceden en su práctica totalidad de los procesos judiciales incoados ante los Tribunales Reales y se conservan en el Archivo Real y General de Navarra. También se exhibe la reproducción de una Relación de causas despachadas en la Inquisición de Logroño, datada en 1594, que procede del Archivo Histórico Nacional. El contenido se completa con tres ejemplares de fondo antiguo bibliográfico, uno perteneciente a la propia institución y los otros dos, obras de Martín de Azpilcueta, procedentes de la Biblioteca de Navarra y cedidas para la ocasión.
ACTIVIDADES
La exposición puede visitarse en la cripta protogótica del Archivo Real y General de Navarra todos los días de la semana de 10 a 14 horas y de 17 a 20 horas, incluidos fines de semana y festivos. Estará abierta hasta el 17 de agosto.
En breve está prevista la publicación del catálogo expositivo con el contenido completo de los textos y documentos de la muestra. Se ha previsto la realización de visitas guiadas gratuitas a la exposición todos los sábados por la mañana, previa reserva en el teléfono 848 42 46 67.