¿Por qué deberías preocuparte por tu huella digital?
Tu huella digital puede llegar a tener efectos muy negativos en tu privacidad, seguridad y reputación. Aquí te contamos cuáles son y cómo controlar su alcance.
Tu huella digital puede llegar a tener efectos muy negativos en tu privacidad, seguridad y reputación. Aquí te contamos cuáles son y cómo controlar su alcance.
Según un estudio de la agencia We Are Social, en 2024 el número de usuarios de internet creció un 1,8 % respecto del año anterior. En principio, la cifra tal vez no despierte mayor asombro. Sin embargo, lo que ella resume es que 5350 millones de personas son internautas, es decir, el 66,2 % de la población mundial. El panorama empieza a ponerse más interesante cuando descubrimos que cada uno de esos millones de usuarios deja una marca en la web, un rastro. El comentario que dejas en una red social, tu búsqueda en un navegador o el video que viste en cierta plataforma van construyendo de forma progresiva tu historial virtual o, como se le suele llamar, tu huella digital. Como casi toda obra humana, tu huella digital puede tener un lado positivo y otro que no lo es tanto, y de esto te hablaremos. Pero empecemos por entender con más detalle lo que es una huella digital.
En términos generales, la huella digital es el rastro que dejas en internet con cada una de tus interacciones en línea, sean estas conscientes o no. Se suelen distinguir dos tipos principales de huellas digitales. Una es la huella digital activa, que se genera desde el momento en que compartes información, como publicaciones en redes sociales, comentarios en blogs o registros en plataformas web. La otra es la huella digital pasiva, que nace sin tu intervención directa, por ejemplo, mediante el seguimiento de cookies o el historial de búsqueda.
El alcance de tu huella digital es más amplio de lo que probablemente has imaginado. Tiene implicaciones directas en tu privacidad, seguridad y hasta en tu reputación, de ahí que sea recomendable conocerla. Además, puede ser utilizada tanto para fines positivos como negativos. A continuación, te mencionamos algunos de ellos:
Reputación personal y profesional. Empleadores, socios o instituciones pueden buscar información sobre ti en internet. Por lo tanto, una huella digital bien gestionada puede abrir puertas; mientras que una negativa, cerrarlas.
Control sobre tu privacidad. Conocer cómo y dónde se almacena tu información te permite tomar medidas para restringir su exposición y decidir qué compartir.
Toma de decisiones informada. Muchas plataformas emplean tu huella digital para influir en lo que ves, desde anuncios personalizados hasta contenido sugerido, lo que puede moldear tus decisiones de compra, opiniones y hasta creencias políticas.
Además, en un contexto donde los datos son considerados "el nuevo petróleo", estar al tanto de tu huella digital es clave para proteger tu autonomía y libertad en el entorno virtual.
Una huella digital puede traer consigo ciertas ventajas, por ejemplo, la posibilidad de acceder a experiencias personalizadas. Sin embargo, también puede acarrear riesgos importantes, especialmente cuando no gestionas de forma adecuada tu presencia en la web:
Pérdida de privacidad. A menudo ignoras o subestimas cuánto saben las empresas sobre ti. Desde tu historial de compras hasta los sitios web que visitas, toda esta información puede ser recopilada y utilizada para crear perfiles detallados sin tu consentimiento.
Fuga de datos. Muchas organizaciones recopilan y almacenan datos de los usuarios. Sin embargo, estas bases de datos no siempre están adecuadamente protegidas. Filtraciones como las de redes sociales o servicios financieros han expuesto millones de datos sensibles, dejando a las personas vulnerables a estafas.
Robo de identidad: Es uno de los riesgos más graves y se origina cuando un ciberdelincuente usa tus datos para suplantar tu identidad. Una vez consumado el robo, el ciberdelincuente puede abrir cuentas bancarias fraudulentas o cometer delitos en tu nombre, lo que puede derivar consecuencias legales y financieras muy serias
Si bien los riesgos asociados a tu huella digital pueden tener repercusiones bastante desafortunadas, existen estrategias efectivas para proteger tu información y restringir tu exposición. Algunas de ellas son:
Controlar las configuraciones de privacidad. En redes sociales y plataformas, ajustar los niveles de privacidad es fundamental. Esto incluye limitar quién puede ver tus publicaciones, desactivar la geolocalización y evitar compartir información personal.
Usar contraseñas seguras y únicas. Las contraseñas robustas son prácticamente tu primera línea de defensa contra accesos no autorizados. Complementarlas con la autenticación de dos factores refuerza significativamente la seguridad.
Revisar nuestra huella digital regularmente. Realizar búsquedas periódicas de tu nombre en internet te puede ayudar a identificar información no deseada y tomar medidas para eliminarla o restringir su acceso.
Evitar redes wifi públicas sin protección. Estas redes son puntos vulnerables para los hackers. Si es imprescindible usarlas, hacerlo a través de una VPN (de la cual te hablaremos en el siguiente punto) es una medida indispensable.
Utiliza herramientas de ciberseguridad. En este punto una de las alternativas más apropiadas es usar una VPN en España. Se trata de una red virtual privada que oculta tu IP mientras estás conectado, lo que impide a los ciberdelincuentes que puedan rastrearse en la web. Además, encripta la información que envías y recibes cuando estás en línea, en consecuencia, tus datos permanecen a salvo. Estas son dos grandes ventajas que te permiten tener bastante control sobre tu huella digital.
Eliminar cuentas inactivas. Las cuentas que ya no utilizas pueden convertirse en puntos vulnerables, pues muchas veces contienen información personal que podría ser explotada en caso de ser hackeadas
Tu huella digital es una extensión de tu identidad en el mundo virtual. Por ello, es importante que sepas gestionarla de forma consciente para identificar sus riesgos latentes.