El alcalde de Pamplona, Joseba Asirón, en una evidente falta de respeto al cargo que ostenta, ha abandonado la representación de la ciudad en el acto más importante al que acude en cuerpo de ciudad desde años inmemoriales.
Tras acabar la procesión del santo por las calles de Pamplona en el día grande de las fiestas de San Fermín, el primer edil ha abandonado la Iglesia de San Lorenzo para ausentarse de la misa que celebra el Arzobispo de Pamplona y Tudela, Florencio Roselló.
Sin disimulo ninguno, tras el paso de la imagen de San Fermín bajo la portada de la fachada de la parroquia de San Lorenzo, Asirón ha hecho mutis por el foro (por la sacristía en este caso) dando plantón al arzobispo y a las decenas de miles de pamploneses a los que les hubiera gustado que su alcalde no se escaqueara del acto central de las fiestas de San Fermín.
Al igual que él, sus compañeros de EH-Bildu, así como sus socios de gobierno de Geroa Bai y Contigo Navarra han abandonado al santo y a los pamploneses, haciendo una dejación evidente de responsabilidades.
Algunos de los ediles se han escaqueado por la puerta de la sacristía lateral y otros por la puerta principal ante las quejas y los reproches de muchos ciudadanos que han presenciado "la jugada".
Asirón instauró esta novedad de dejar sólo al Santo y a más de media Pamplona durante su anterior mandato entre 2015 y 2019. Al terminar la procesión, el alcalde se marchaba -dicen- a almorzar, con su cuadrilla para participar después en el regreso del cabildo a la catedral y pasearse por la calle Curia mientras los abertzales radicales que le apoyan escupían, empujaban, insultaban y agredían a los concejales de UPN.
Eso sí, el acalde asegura que él participa en el cuerpo de ciudad: "Allí donde vaya el cuerpo de ciudad iré yo", subraya, remarcando que participan en todo lo que es la parte civil, que diferencia de la asistencia a actos religiosos, que "incluso por una cuestión de respeto, deben limitarse a la gente que realmente cree". Parece deducirse de sus palabras que una procesión de la imagen de un santo es un acto civil y no religioso.
