El estruendo de los cohetes, el temblor en el suelo, la respiración contenida de los corredores y el rugido de la multitud. Eso es lo que han sentido por primera vez desde un balcón de la calle Estafeta de Pamplona quienes hasta ahora solo conocían los encierros por televisión.
Este martes 8 de julio, una pareja ha cumplido el sueño de vivir en directo el encierro de los toros de Cebada Gago, en el corazón de la capital navarra y en plenas fiestas de San Fermín.
No han elegido una jornada cualquiera. El encierro ha sido uno de los más vibrantes de lo que va de semana, con el toro ‘Caminante’ recorriendo suelto buena parte del tramo final hasta la plaza, sembrando el caos y provocando momentos de tensión entre los mozos.
Desde la altura del balcón, los protagonistas de esta historia no han podido contener la emoción: “Ha sido bestial, una barbaridad. Muy bueno”, han asegurado, con la adrenalina aún a flor de piel.
Lo cierto es que han venido preparados. Llegaron a Pamplona el lunes por la tarde y aprovecharon para ver los corrales del Gas, pasear por Estafeta y empaparse de ambiente. “Nos llama la atención todo: la gente, la ropa blanca, el ambiente... No sabría decirte qué es lo que más nos ha gustado. Todo”, han explicado.
Se llaman José Candel, de 50 años, y Natalia Riera, de 46. Son un matrimonio de Villarreal, en la provincia de Castellón, y han viajado a Pamplona para cumplir una promesa que se hicieron hace un año: “Lo pensamos el año pasado y dijimos: esta es la nuestra. Vamos a ir al menos una vez en la vida y adelante”, ha recordado José.
Aunque los encierros siempre han estado presentes en su vida, esta ha sido la primera vez que los han presenciado en directo. “Hasta ahora siempre los habíamos visto por la tele. Mi mujer es más aficionada que yo. Se levanta todos los días a las siete de la mañana para verlo”, ha contado. Por eso, ver el encierro a pie de calle les ha impresionado todavía más: “Y tanto que cambia. En la televisión no se aprecia el ambiente, lo que se siente. Aquí es totalmente distinto”.
La estancia en Pamplona les está dejando un buen sabor de boca. Se han alojado en un hotel y han destacado el buen trato recibido: “La gente es muy amable. No hemos tenido ningún problema. Todo muy bien”, han señalado. De momento, ya tienen organizados los próximos planes: el miércoles verán el encierro desde la plaza de toros y el jueves desde la barrera.
No se han lanzado a correr, aunque por su entorno no les han faltado ejemplos. “Ayer, por ejemplo, vimos en la cuesta de Santo Domingo a un amigo nuestro que no sabíamos que venía. Resulta que ha venido a correr el encierro”, han contado sorprendidos.
Eso sí, sus familiares ya les habían dejado claro cómo querían que vivieran la experiencia: “Nos dijeron que no nos metiéramos en el encierro, que fuéramos con cuidado, que subiéramos a un balcón o a un sitio en alto”.
Proceden de una zona con tradición taurina. “En Villarreal y Castellón hay mucha afición a los toros, mucha”, han asegurado. Tal vez por eso, aunque hayan tardado en venir, tenían claro que algún día lo harían.
El ambiente, los colores, el ritmo de la ciudad durante estos días les ha conquistado. “Eso de ir todos de blanco y rojo es muy original”, han comentado, mientras disfrutan de su estancia en Pamplona, donde se quedarán hasta el jueves. Van por libre, callejeando, descubriendo la fiesta y, por supuesto, atentos a cada encierro. Porque, como han dicho con rotundidad, van a repetir.