Lo ocurrido provocó un gran disgusto en la asociación amigos de los sellos de Pamplona, que organizaron en aquella fecha una exposición de filatelia.
Se van a cumplir 40 años de una fuerte polémica en San Fermín por el sello en homenaje al encierro de la capital navarra, emitido por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en la víspera del Chupinazo festivo del 6 de julio.
El sello formaba parte de una exposición de filatelia que se desarrolló en Pamplona. El cierre a esta iniciativa cultural lo ponía la presentación del nuevo sello, una estampa de la carrera entrando en la Plaza de Toros. La imagen del sello son dos corredores de blanco con el pañuelo rojo y boina perseguidos por dos toros.
Se emitieron nada menos que cinco millones de ejemplares de este sello que se ha imprimió en huecograbado, a cinco colores, sobre papel-estucado y engomado. El tamaño del sello fue de 40,9 por 28,8 milímetros en formato horizontal, y un dentado del 131/4.
Tras la presentación del sello en Pamplona, pronto se advirtió que la imagen era casi calcada del cartel oficial de las fiestas de San Fermín de 1954, obra de Pedro Lozano de Sotés y Francis Bartolozzi.
Las únicas variaciones introducidas en el sello con respecto al cartel son la disminución del número de corredores que anteceden a los toros y también la menor visión del físico de los animales.
Así, mientras que en el sello figuran dos corredores y las testas de dos toros, en el cartel de Lozano de Sotés se aprecian seis corredores, uno de ellos cayendo al suelo, y cuatro toros.
El autor del motivo de la estampilla, Alejandro Millán Olagaray, no mencionó que el sello se hubiera basado en la obra de los pintores navarros. La propia Francis Bartolozzi señaló a la prensa navarra: "Aún siendo un halago que se basen en un cartel nuestro esto sólo puede calificarse de plagio total".
"No nos metemos con que haya firmado la autoría del diseño, pero siempre y más en el mundo artístico hay que citar las procedencias". La similitudes se aprecian fundamentalmente en el dibujo de los mozos y, sobre todo, en la forma característica que Lozano de Sotés daba a los pañuelos anudados al cuello y también por la boina de los corredores.
Lo ocurrido provocó un gran disgusto en la asociación amigos de los sellos de Pamplona, que explicaron que el Ayuntamiento de Pamplona, que presidía el socialista Julián Balduz, remitió a la fábrica de moneda y timbre varias imágenes de las fiestas y allí habían aprovechado la idea del cartel de 1954.
Recientemente, en 2022, Correos puso en marcha una serie de sellos sobre las celebraciones más importantes de España y entre ellas está San Fermín. En el caso de Pamplona en este caso se ilustrarán con tres sellos con el cartel oficial de las fiestas de 2022 y la imagen de la Plaza de Toros de la ciudad, en el año de su centenario.
Las figuras modernistas que protagonizan el cartel de 2022 representan la multitud de las fiestas de San Fermin, que ‘beti bezala’ (como siempre, en euskera) genera un aura de felicidad y armonía de colores. La estética del cartel presenta un ‘revival’ personal de los carteles de años 30 desde una mirada muy actual.
La obra representa la esencia de la fiesta con la gente pasándolo bien. Hay baile y alegría, una imagen de personas en movimiento y acompañamiento festivo. El color, en esta obra, también es muy rotundo, con un buen reflejo de la potencia y calidad que hay actualmente en la ilustración.
