Cada Viernes Santo desde 1991, Andosilla se transforma por completo para viajar hasta el Jerusalén del año 33. Sus calles, plazas y fachadas se convierten durante un día en el escenario de un Viacrucis Viviente que emociona a vecinos y visitantes por su fidelidad histórica, su calidad escénica y su fuerte carga emocional.
La representación, que tiene lugar este 18 de abril a las 10 horas, recorre el casco antiguo del pueblo navarro con la escenificación de las 14 estaciones del Viacrucis, desde el juicio de Pilatos hasta el sepulcro de Cristo. Con un recorrido de una hora y cuarto aproximadamente, el público asiste a una recreación que convierte a este pueblo de 2.800 habitantes de la Ribera Alta en el epicentro de la Semana Santa navarra.
La idea nació de la adaptación de la Pasión según San Juan, elaborada por José Ramón Gurpegui y el entonces párroco de Andosilla, Javier Leóz. De ahí surgió la Asociación Marcha Joven, que desde entonces organiza este acto religioso que sólo se interrumpió durante los años de la pandemia.
A lo largo del recorrido, los jóvenes del pueblo dan vida a los personajes bíblicos, muchos de ellos caracterizados como soldados romanos o miembros del pueblo hebreo. Uno de los elementos más impactantes es la cruz real de más de 100 kilos que el actor que interpreta a Jesús arrastra durante el camino hacia el Gólgota.
La escenificación comienza en la Plaza de los Fueros, con el juicio de Pilatos. Continúa por las calles Felipe de Arin, La Paz, Verdura y Mayor, donde tienen lugar escenas como la primera caída, el encuentro con María, el gesto de La Verónica, el auxilio del Cirineo o las lágrimas de las hijas de Jerusalén.
La tercera caída marca la llegada a la Plaza General López del Val, donde se representa el momento más sobrecogedor del acto: la crucifixión. Para acceder a esta parte final es necesario adquirir una entrada, que cuesta 5€ y permite presenciar desde las gradas las últimas estaciones del Viacrucis: el despojo de vestiduras, la crucifixión, la muerte de Cristo, el descendimiento y su sepultura.
Gracias a un sistema de megafonía instalado por todo el recorrido, los asistentes pueden escuchar en directo los diálogos e interpretaciones de los actores, lo que contribuye a la inmersión total del espectador. La cuidada puesta en escena, la selección musical, el vestuario y la implicación de los habitantes del pueblo hacen de esta cita un acto vivo, emocionante y tradicional.
La jornada no termina con la representación. Desde las 10 horas y hasta bien entrada la tarde, la localidad acoge también un Mercado Hebreo en el que participan más de una treintena de puestos de productos locales y artesanos, ambientando el entorno con un aire histórico que complementa la experiencia.
La Pasión Viviente de Andosilla se ha consolidado como una cita de referencia en la Semana Santa de Navarra. El nivel de detalle, la fidelidad histórica, el compromiso de los vecinos y la carga emocional de la puesta en escena han hecho de esta iniciativa una de las más admiradas por quienes la presencian por primera vez, y una tradición profundamente arraigada.
Se trata de una experiencia que va más allá de la fe y se convierte en un viaje colectivo al corazón de una historia que sigue conmoviendo 2.000 años después.
