Aunque para gran parte de la población la invasión de Ucrania a manos del ejército ruso quede ya lejana y olvidada, unos pocos navarros continúan día tras día trabajando para asistir a los ciudadanos que continúan en terreno ucraniano. Muchos de ellos lo hacen desde el Cluster SOS Ucrania, organización que acaba de volver de un viaje al país del Este de Europa en el que ha contrastado la correcta llegada de material enviado desde la Comunidad foral y la enorme ayuda que está suponiendo.
"Llevamos siete meses de trabajo continuo, también fines de semana, y es muy reconfortante observar como los envíos llegan correctamente y el valor que les dan. Se les nota que están muy agradecidos", comenta Roberto Rubio, uno de los miembros del Cluster que viajó hace apenas dos semanas al país.
En su desplazamiento a Leópolis, Rubio y el resto de sus compañeros dieron cuenta de cómo se distribuye el material, de las miles de personas que se benefician de él o de las necesidades demandadas de cara al invierno. Una lista que se agudiza con la llegada de las bajas temperaturas y hace más necesaria que nunca la colaboración ciudadana y empresarial para que las familias desplazadas puedan sobrevivir a los efectos de la guerra.
"Aunque en la zona occidental no hay bombardeos ni tropas enemigas, hay miles de personas desplazadas y decenas de campos de refugiados en los que la ONU y agencias internacionales no pueden cubrir todas las necesidades. Hace falta alimentación infantil especial o comida que se pueda autocalentar para el invierno", cuenta Rubio, quien añade que los precios de los alimentos en invierno se multiplican por cinco.
Junto a ellos también se desplazó el fotógrafo navarro Pablo Lasaosa, que inmortalizó los efectos indirectos de la guerra en Ucrania y fue testigo de la labor del cluster sobre el terreno.
Además de colaborar con los ucranianos desplazados, la ayuda enviada desde Navarra llega también a primera línea de conflicto. Es el caso de un camión frigorífico de la empresa López Sarasate, requerido ya que las morgues estaban muy saturadas, o los dos millones de euros en medicamentos, de los que casi totalidad han llegado al frente y hospitales de campañas.
"Nuestra ayuda llega a la frontera y gracias al empeño de una amplísima red de ciudadanos ucranianos se logra que en furgonetas se distribuya por todo el país, llegando a zonas de guerra. Ahora desde Kiev nuestras contrapartes llegan a segunda línea de fuego donde a los heridos se les puede suministrar esta medicación enviada", señala.
No obstante, es tal la magnitud de la guerra y sus consecuencias que los centros logísticos de apoyo humanitario se vacían constantemente y otros objetos necesarios para el duro invierno como abrigos, topa térmica, cocinas de gas y calderas o combustible ni se acercan a cubrir la demanda existente.
"Este viaje se ha centrado en identificar las necesidades de cara a este próximo periodo del año y hacer un llamamiento a ciudadanos y empresas navarra que quieran echar una mano en este momento tan necesario", explica Rubio.
Una cooperación que ha caído en los últimos meses y que desde el Cluster SOS Ucrania tratan de volver a reactivar. Para ello, disponen de su página web www.clustersosucrania.com desde la que poder colaborar y en la que animan, especialmente a empresas forales, a sumarse a la causa.
"Los ayuntamientos y muchas entidades han hecho una labor encomiable durante mucho tiempo, pero estas ayudas han caído. Desde el Cluster SOS Ucrania seguimos activos, observando que el material llega y la importancia que está teniendo, y por eso animamos a colaborar en esta campaña de invierno", concluye Rubio.
En esta misión han participado Ana Aliaga, vicepresidenta de FARMACEUTICOS SIN FRONTERAS; Roberto Rubio, miembro de SAR NAVARRA; Jesús Sevillano, responsable de A-GLOSS; Elena Acaz, presidenta de ASOCIACIÓN DE VOLUNTARIOS OLIMPICOS DE NAVARRA; Natalia Dzyudz, tesorera de ALAS DE UCRANIA; Benito López, gerente de la empresa de transporte LÓPEZ SARASATE SL, y el fotógrafo Pablo Lasaosa.
