Pilar Idoate del Restaurante Europa, Paula Martínez del Restaurante Tres Reinas, Pilar Arellano del Restaurante Picaflor, y Goiza Isiegas de Akari Gastroteka se han unido para celebrar la segunda cena solidaria de la Fundación Vicente Ferrer. Este evento, que tendrá lugar el próximo 17 de octubre a las ocho de la tarde en el Hotel Tres Reyes de Pamplona, busca apoyar a niñas y niños de comunidades vulnerables en Nepal.
Los cuatro chefs navarras han diseñado de forma altruista un menú muy cuidado que deleitará a los asistentes. El humanismo que nos conduce al bien común será el hilo conductor de esta velada, que persigue, además de recaudar fondos, concienciar sobre la necesidad de actuar por un mundo mejor y más justo.
El evento se dirige a particulares y empresas que deseen compartir una noche especial con amigos, equipos o proveedores. Además de disfrutar de los sabores de la alta gastronomía navarra, los asistentes podrán participar en un sorteo de regalos cedidos por empresas colaboradoras. La Fundación Vicente Ferrer contará también con la participación del grupo Suakai, cuyos miembros han asumido el reto de diseñar e interpretar un programa musical exclusivo para esta ocasión.
Los fondos recaudados gracias a esta iniciativa se destinarán a apoyar el trabajo de la Fundación Vicente Ferrer en favor de las niñas y niños vulnerables de Nepal y sus familias. El objetivo es alcanzar los recursos necesarios para que 100 niños y niñas de entre 3 y 6 años del valle de Katmandú tengan acceso a una red de centros de preescolar que les garantice un entorno seguro y saludable.
El 30% de los niños y niñas de Nepal viven en extrema pobreza. Se estima que alrededor de 770.000 menores de entre 5 y 12 años no están escolarizados y que una cuarta parte, el 28%, sufren las consecuencias del trabajo infantil, las peores cifras en términos relativos de todo el sur de Asia.
Más de 137.000 personas migrantes trabajan en los kilns, hornos de ladrillos, de los cuales un 16% son menores que sufren una forma de esclavitud moderna y trabajo forzado. Solo un tercio de quienes viven alrededor de los hornos de ladrillos completan el segundo curso escolar.
La extrema pobreza se agrava en el caso de la infancia con discapacidad, ya que sufren rechazo familiar y social. El 30,6% de las niñas y niños con discapacidades de 5 a 12 años no asiste a la escuela. Muy pocas escuelas públicas tradicionales admiten a personas con discapacidad. Se estima que de las más de 30.000 escuelas en Nepal, solo 380 disponen de los recursos necesarios para la educación de niñas y niños con diversidad funcional.
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