No va más, que diría el crupier de la ruleta del casino. La Ley Concursal no deja lugar a dudas, por lo que el proceso de liquidación y el ERE de extinción de los 341 trabajadores de Sunsundegui es cuestión de días. Desde la presentación del informe del administrador concursal el pasado 21 de marzo, los plazos corren, y antes de Semana Santa se comenzará con la disolución societaria.
Ha sido el propio administrador concursal, que ha estado gestionando la compañía desde su entrada en concurso de acreedores en noviembre de 2024, quien ha informado al comité de empresa sobre esta situación. Está previsto que este miércoles los representantes de los trabajadores se reúnan con Sodena, la sociedad pública de desarrollo económico que ha regado de dinero público la compañía para tratar de salvarla sin éxito..
Sunsundegui atraviesa una difícil situación económica debido a una deuda acumulada que supera los 48 millones de euros, repartida entre proveedores, entidades financieras y organismos públicos. La empresa no ha logrado contar con la liquidez ni la capacidad técnica para atender los pedidos. Además, la falta de organización y recursos ha impedido que pueda producir de manera rentable, lo que ha sido crucial en el desenlace hacia la liquidación.
El informe provisional del administrador concursal, presentado al Juzgado de lo Mercantil de Pamplona el 21 de marzo, ya advertía de la posibilidad de liquidación si no se encontraba un inversor dispuesto a salvar la situación. La retirada de la oferta de Dumarey, que finalmente no presentó una propuesta viable, ha precipitado este escenario. Así, se calcula que no más tarde del 14 de abril comenzará formalmente la liquidación de la empresa, que podría dar paso a un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) extintivo de los contratos, lo que afectaría a todos los trabajadores.
La plantilla, que se encuentra en un ERE temporal desde hace meses, podría enfrentarse a la extinción definitiva de sus contratos el 30 de abril, fecha en la que termina la actual medida temporal.
Aunque en un primer momento se pensó que el proceso de despido podría ser agilizado, las negociaciones entre el comité de empresa y la administración concursal aún están abiertas y se espera que continúen durante las próximas semanas.
Este triste desenlace marcaría el final de décadas de historia en la fabricación de autobuses en Alsasua, un sector que ha sido crucial para la economía local.
