Pamplona cuenta desde este miércoles con una nueva escultura en sus calles. Se trata de una creación artística ubicada en la calle General Chinchilla y que es obra del escultor navarros Carlos Ciriza.
La estatua rinde homenaje a los 13 agentes de la Policía Nacional víctimas del terrorismo en Navarra y se ha llevado a cabo con motivo del 200 aniversario de la creación del cuerpo policial.
El acto de inauguración de la escultura se ha celebrado en Pamplona con motivo del Día de las víctimas del terrorismo en la Policía Nacional y ha estado presidido por el jefe superior del cuerpo en Navarra, José María Borja, la delegada del Gobierno en Navarra, Alicia Echeverría, la vicepresidenta segunda y consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera, Ana Ollo, y el director general de Memoria y Convivencia, Martín Zabalza.
Como señal de homenaje a las víctimas, una agente jubilada de la Policía Nacional y una agente en prácticas han portado una corona vegetal marchando al son de ‘La muerte no es el final’ y la han depositado frente a una imagen del Santo Ángel Custodio.
El acto ha servido también para inaugurar una escultura en la calle General Chinchilla obra del navarro Carlos Ciriza en homenaje a todas las personas que forman y han formado parte de la Policía Nacional en sus 200 años de historia y que ha sido posible “gracias a la aportación de muchos navarros”, ha puesto en valor Borja.
Se trata de un bloque macizo de hierro que, el palabras del propio autor leídas durante el acto, “acoge y abraza a todos sus miembros”. Presenta un relieve interior con la palabra 'policía', una pirámide deconstruida, un árbol que va creciendo en sus diferentes vertientes y perspectivas, cada uno con sus particulares especificaciones "pero todos contribuyendo con profesionalidad a la protección y seguridad ciudadana”.
Con un sinfín de marcas plasmadas por el efecto de la fundición, ha señalado, se hace alusión a los años trascurridos y se corona el volumen con el número 200 como alegoría a esta efeméride.
Durante este acto el jefe superior de la Policía Nacional en Navarra ha reivindicado el papel desarrollado por esta institución a lo largo de su historia para “defender derechos y libertades y garantizar la seguridad en España”, país en el que “la mayor amenaza a la democracia ha sido el terrorismo” en especial para determinados colectivos como las fuerzas y cuerpos de seguridad.
“Ninguna idea, ningún proyecto político, ninguna quimera dogmática puede justificar la muerte de un ser humano”, ha defendido advirtiendo de que “no se pueden aceptar justificaciones ni la cultura del buenismo que nos lleve a olvidar lo sucedido”.
La Policía Nacional, ha resaltado, ha estado y está en primera línea de esta batalla en España pero también fuera de sus fronteras con un coste humano de 188 agentes asesinados, 13 de ellos en Navarra, centenares de heridos y “un largo número de familias destrozadas”.
Ellos, ha defendido, “son nuestros héroes porque contribuyeron a terminar con el terrorismo y a consolidar nuestra democracia, la que nos permite vivir hoy en libertad”. Por ello la sociedad “tiene al obligación moral y ética de mostrar su reconocimiento y gratitud, así como de preservar y mantener viva su memoria y la de las familias”, ha señalado.
Aún hoy en día, ha recordado, quedan 379 crímenes de ETA de los que no se conocen sus autores pero la Policía Nacional “va a seguir trabajando para impedir que prescriban”.
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