SOCIEDAD
La empresa de Navarra que afronta 300 despidos de una tacada: se acaba el tiempo
Este 1 de mayo marcará el comienzo de un duro futuro para la empresa que podría perder a la mayoría de su plantilla tras la expiración del ERTE.

Sunsundegui, la carrocera de Alsasua (Navarra), se encuentra al borde del abismo. Este 1 de mayo, 300 empleados de la empresa podrían perder su puesto de trabajo de forma inmediata, tras la expiración del plazo del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) el 30 de abril. Con la situación financiera de la compañía ya en un punto crítico, las perspectivas no son nada favorables para los trabajadores.
La empresa, conocida por su fabricación de autobuses, ha estado luchando durante meses con una deuda de 50 millones de euros. A pesar de haber solicitado la declaración de concurso de acreedores en otoño pasado, Sunsundegui no ha logrado atraer a ningún inversor dispuesto a salvarla. El proceso de liquidación iniciado el 14 de abril no ha dado lugar a ninguna propuesta firme, y los sindicatos ya dan por hecho que la mayoría de la plantilla será despedida en los próximos días.
Sin embargo, aún queda una pequeña esperanza. Una propuesta de la multinacional sueca Volvo podría permitir a un grupo de unos 40 empleados continuar trabajando hasta el 31 de julio, encargándose de la fabricación de 12 autobuses. Esta posibilidad, si es aprobada por el juez, podría alargar la actividad de Sunsundegui, pero solo de manera temporal. A medida que los autobuses sean completados, el número de empleados necesarios se irá reduciendo hasta que la empresa cierre definitivamente.
El futuro de Sunsundegui no solo afecta a los 336 trabajadores directos, sino también a 150 puestos de trabajo adicionales en empresas proveedoras. El impacto en la economía local de Alsasua y la comarca de Sakana sería devastador si la empresa cierra de manera definitiva.
A pesar de que la situación ha empeorado, a finales de 2023 Sunsundegui había firmado un contrato con Volvo para carrozar dos modelos de última generación, lo que había generado algo de optimismo. Sin embargo, esa esperanza no ha sido suficiente para salvar a la empresa de la quiebra.
La última palabra está en manos del juzgado, que decidirá si la actividad de Sunsundegui continúa, aunque sea de forma temporal, o si los despidos se materializan a partir del 1 de mayo.