Arcelor Mittal se enfrenta a una nueva protesta sindical. Mientras prepara el cierre de su planta en Legasa y el despido de 40 trabajadores, la plantilla de Berrioplano ha iniciado una huelga indefinida para reclamar la actualización de salarios según el IPC y mejoras en el convenio colectivo.
Según han denunciado los sindicatos ELA y LAB, la empresa se ha negado a actualizar los sueldos conforme al IPC de los años 2024, 2025 y 2026, lo que supondría una pérdida progresiva de poder adquisitivo. Denuncian además una falta de inversiones en la planta, un aumento de la carga de trabajo y jornadas prolongadas que incluyen sábados y festivos, a pesar de que la multinacional cerró 2024 con beneficios.
El contraste que más indignación ha generado entre los trabajadores es el anuncio reciente del CEO de ArcelorMittal sobre la compra del equipo de baloncesto Boston Celtics por valor de 1.000 millones de euros, mientras se restringe el gasto en las condiciones laborales de quienes “sostienen su producción día a día”.
La plantilla insiste en que esta lucha “no es solo por la subida salarial”, sino también por “dignidad, justicia y reconocimiento”. “Lo que ArcelorMittal llama contención salarial no es más que un trasvase de rentas desde la clase trabajadora hacia los beneficios empresariales y financieros”, afirman los sindicatos.
ELA y LAB aseguran que la voluntad de negociación sigue vigente, y que incluso pospusieron paros anteriores para facilitar el diálogo. Sin embargo, la falta de avances y la “actitud cerrada de la dirección” han provocado lo que consideran una situación límite.
La huelga continuará mientras no se garantice un convenio digno que contemple la actualización salarial por el IPC y un compromiso claro con el futuro industrial de la planta de Berrioplano. Los sindicatos han reclamado a la dirección que “abandone las amenazas, incluso de cierre, y retome el camino del acuerdo”.
