Investigadores del Cima Universidad de Navarra han descubierto un postbiótico capaz de fortalecer la barrera intestinal y mejorar la resistencia a la insulina en pacientes con porfirias hepáticas, una enfermedad genética poco frecuente.
El hallazgo abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas centradas en la microbiota intestinal y en la prevención de la diabetes asociada a este trastorno.
Las porfirias hepáticas se caracterizan por episodios de dolor abdominal intenso, náuseas, vómitos o alteraciones digestivas.
Los expertos señalan que el ayuno puede desencadenar los síntomas, mientras que una dieta rica en carbohidratos los previene. Sin embargo, este tipo de alimentación puede alterar la regulación de la glucosa, generando un alto riesgo de resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.
El equipo del Dr. Antonio Fontanellas, investigador principal del grupo de Porfirias y Carcinogénesis del Cima, ha demostrado en modelos animales que la administración oral de este postbiótico derivado de bacterias intestinales del recién nacido mejora la sensibilidad a la insulina y estimula la quema de grasa como fuente de energía muscular.
“A diferencia de los probióticos, los postbióticos no son microorganismos vivos, sino compuestos derivados de ellos que aportan beneficios concretos a la salud del huésped”, ha explicado el investigador.
Además, los científicos han comprobado que este compuesto refuerza la integridad intestinal, reduce la inflamación y favorece un entorno equilibrado para la microbiota intestinal, elementos clave para mejorar la salud metabólica. Los resultados se han publicado en la revista científica Journal of Physiology and Biochemistry.
Según el Dr. Fontanellas, “estos resultados no solo abren nuevas vías para optimizar el metabolismo de la glucosa y la composición corporal, sino que también destacan la importancia de proteger la integridad intestinal como estrategia para disminuir la inflamación y mejorar la salud general”.
El trabajo se ha desarrollado en el marco de CIBEROBN y CIBEREHD, con financiación del Instituto de Salud Carlos III y las fundaciones Eugenio Rodríguez Pascual y Mutua Madrileña. El equipo investigador prevé iniciar próximamente ensayos clínicos con pacientes para comprobar los efectos observados en los estudios preclínicos.