• viernes, 19 de abril de 2024
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SOCIEDAD

Un estudio de la UNAV señala que las redes sociales son el principal foco en la difusión de bulos

Los resultados han sido publicados por la revista científica "El profesional de la información".

Un móvil con la aplicación Whatsapp instalada. ARCHIVO
Un móvil con la aplicación Whatsapp instalada. ARCHIVO

Las redes sociales se confirman como el entorno principal de difusión de los bulos, muy por delante de los medios periodísticos y de otros canales de comunicación interpersonal como los SMS o el correo electrónico.

Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado un grupo de investigadores de la Universidad de Navarra y del Barcelona Supercomputing Center, financiado por la Fundación BBVA, que ha analizado los bulos sanitarios difundidos durante el primer mes del estado de alarma en España.

Los resultados han sido publicados por la revista científica "El profesional de la información", y se enmarcan dentro del estudio Dinámicas de difusión en redes sociales de noticias falsas sobre salud (RRSSalud), informa la Universidad de Navarra.

Su investigador principal es Ramón Salaverría, vicedecano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, quien coordina un equipo de ocho investigadores de esta universidad y del Centro Nacional de Supercomputaciónde Barcelona especializados, respectivamente, en la comunicación social en red, en la divulgación de la ciencia, incluida la salud pública, y en el estudio socio-estadístico mediante big data.

Su primer estudio presenta un análisis de contenido de los 292 bulos relacionados con la pandemia COVID-19 identificados por las tres plataformas de verificación acreditadas en España, durante el primer mes del estado de alarma, entre el 14 de marzo y el 13 de abril.

La investigación, según informa la Universidad, muestra que los bulos sobre el coronavirus están siendo diseminados principalmente en plataformas de mensajería o redes sociales cerradas, sobre todo en WhatsApp.

También detecta las particularidades formales y de contenido más frecuentes de los contenidos falsificados y así indican que, por ejemplo, los resultados revelan que la pandemia, además de generar un gran número de bulos sobre salud y ciencia, casi un tercio de la muestra, también propicia la difusión de numerosos contenidos falsos de tema político y gubernamental.

Destaca el hecho de que los bulos de tema científico y sanitario con frecuencia proceden de otros países, desde donde saltan a España, mientras que los de cariz político que emplean la pandemia como marco temático proceden en su mayoría de España.

Asimismo se observa que la suplantación de identidad es un mecanismo habitual en los bulos, según la citada fuente que indica que la también se ha detectado un importante número de bulos que tienen como objetivo la estafa económica.

Más allá de sus resultados empíricos, el estudio realiza contribuciones teóricas en el marco de los emergentes estudios sobre desórdenes informativos.

En concreto, según señalan, aporta una definición propia de bulo: “todo contenido intencionadamente falso y de apariencia verdadera, concebido con el fin de engañar a la ciudadanía, y difundido públicamente por cualquier plataforma o medio de comunicación social”.

También establece una tipología en la que se identifican cuatro tipos de bulos: broma, exageración, descontextualización y engaño, a partir de las cuales los investigadores proponen un ‘diagrama de gravedad de los bulos’, que los señala como más graves cuanto mayor es el nivel de falsedad y de voluntariedad en su difusión.


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Un estudio de la UNAV señala que las redes sociales son el principal foco en la difusión de bulos