El Gobierno de Navarra ha vuelto a utilizar los datos de la manera que más le conviene para justificar su empeño en imponer el euskera en la Administración foral a través del decreto que extiende su uso entre los trabajadores públicos, incluso con las críticas de algunos de los funcionarios que hablan la lengua vasca.
En este sentido, la consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales, Ana Ollo, se ha apoyado en la encuesta sociolingüística que la propia titular del departamento dijo que no tenía "datos optimistas" y, de hecho, demostraba que el uso social del euskera en Navarra había ido cayendo desde 1993.
No obstante, la consejera se ha agarrado a una de las pocas cifras que arroja algo de luz a esta situación. Así, ha recordado que "este decreto pretende avanzar en la respuesta que desde la Administración debemos tener con las más de 80.0000 personas vascohablantes que hay en Navarra" y que, según los datos aportados por la propia consejera, son atendidos por "tan sólo" 148 funcionarios con plaza en euskera.
Una cifra "parcial" para Ollo y que no refleja la realidad, ya que alguno más de los casi 16.500 funcionarios de la Administración foral también puede atender a los ciudadanos en la lengua vasca. La propia consejera ha cifrado aproximadamente en unas 1.100 personas las que poseen nivel B2 o C1 en euskera.
De hecho, la imagen que acompaña esta información así lo demuestra. En ella se puede ver a una trabajadora pública en la oficina de Hacienda en Pamplona con un cartel oficial en el que pone 'En euskera' y, sin embargo, la consejera Ollo ha recalcado que en el departamento que dirige el consejero Aranburu no hay ninguna plaza en euskera, al igual que en el de Turismo, dando a entender que los ciudadanos vascohablantes no pueden ser atendidos en este idioma.
También ha destacado que 2 de 279 plazas del departamento de Cultura son euskera y una de las más de 6.000 en todo el Complejo Hospitalario de Navarra.
Sin embargo, el Gobierno de Navarra continua con su hoja de ruta por extender el uso del euskera en la Administración foral y este miércoles ha acordado tomar en consideración la propuesta del Decreto Foral, así como remitirla al Consejo de Navarra para su preceptivo dictamen.
LAS PRINCIPALES NOVEDADES
La nueva normativa se ha elaborado dentro de un importante proceso participativo con la ciudadanía, los sindicatos de la Función Pública, los departamentos del Gobierno de Navarra, las entidades locales. Además el proyecto lleva el informe favorable del Consejo Navarro del Euskera.
No obstante, el Ejecutivo de Barkos no dudó en culpar a las aportaciones ciudadanas de haber "debilitado" el proyecto de Ollo en respuesta a una pregunta de su socio de Gobierno, EH Bildu.
El proyecto en palabras de la Consejera es “posibilista dentro de la normativa vigente” pone el foco en la ciudadanía y en el respeto a sus derechos lingüísticos, garantizando estos derechos, a la par que garantizando a los empleados públicos sus derechos adquiridos. Asimismo el decreto se ha elaborado con el criterio de respeto a las competencias de las entidades locales.
Por otro lado, la norma establece los criterios para garantizar los derechos lingüísticos gestionando de manera eficiente con los recursos propios de la administración, que cuenta, según datos facilitados por la consejera, con más de mil funcionarios con nivel B2 o C1.
Según el decreto, los departamentos deberán realizar su planificación sobre puestos y circuitos bilingües, preferentemente en puestos de atención al público. Estas planificaciones, antes de ser aprobadas, serán negociadas con las mesas sindicales, antes de su aprobación por el Gobierno de Navarra.