SALUD
Ikan Biotech, la empresa navarra que lucha contra el cáncer con peces cebra
La empresa biotecnológica está en el CEIN y cuenta con 72 acuarios con capacidad para albergar 5.000 peces cebra destinados a la investigación.

La empresa biotecnológica está en el CEIN y cuenta con 72 acuarios con capacidad para albergar 5.000 peces cebra destinados a la investigación.
Son apenas 30 metros cuadrados, pero en Navarra existe un pequeño paraíso tropical con una temperatura constante que ronda los 28 ºC. Haga frío o calor afuera.
Se trata del animalario de Ikan Biotech, una empresa biotecnológica familiar asentada en el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Navarra (CEIN) y que ha convertido al pez cebra (Danio Rerio) en el aliado ‘perfecto’ para batallar contra el cáncer de colon.
Al frente de esta startup con proyección internacional se encuentran dos primos navarros unidos por el apellido Díez.
Mientras que Roberto fue el que aportó, hace ahora cinco años y medio, el conocimiento en este vertebrado y su aplicación en el mundo de la biotecnología; Rubén puso los números sobre la mesa para dirigir la parte financiera y estratégica de esta compañía.
“Roberto hizo su doctorado en la Rockefeller University (Estados Unidos) y ahí aprendió a utilizar el modelo de experimentación con peces cebra para evaluar nuevos tratamientos que van a salir al mercado”, señala Rubén Díez, CEO de Ikan Biotech.
Los peces cebra, originarios de India y muy comunes, se llevan usando aproximadamente desde los años 70 en investigación académica ya que “comparten el 87 % de los genes del ser humano”, añade Díez.
Con este dato, ambos presentaron un proyecto revolucionario a Europa en el que, a través de una muestra obtenida de una biopsia de un paciente con cáncer de colon, se introducen las células tumorales (xenotrasplante) en varios peces cebra a los que se les aplica posteriormente diferentes tratamientos anticancerígenos para conocer su evolución.
De esta manera, poder evaluar la toxicidad y la efectivad de un fármaco con cierta rapidez y a un coste mucho más bajo iluminaron el camino a estos dos emprendedores que no dudaron en buscar su hueco como expertos dentro de este sector biotecnológico en Navarra impulsados, en parte, por una financiación europea de más de dos millones de euros.
“Para hacerlo con ratones necesitas otro tipo de infraestructura que tiene mayor gasto de mantenimiento y, al final, repercute en el coste definitivo de la investigación”, expone Rubén Díez. Pero no solo tiene que ver con el dinero.
La mayoría de estos estudios se realizan de manera estadística, es decir, se extrapolan los datos desde una muestra más o menos pequeña como en el caso de los ratones
Sin embargo, con los peces cebra la selección puede ser mucho mayor y conseguir un resultado “más afinado”. De hecho, en Ikan Biotech tienen la capacidad de poder generar unos 3.000 huevos diarios.
Su otro punto fuerte tiene que ver con el tiempo hasta el que se obtienen los resultados y que en el caso de una persona afectada por cáncer es determinante para garantizar su supervivencia.
“No es muy cercano a las necesidades de un paciente que le digas los resultados de su tratamiento en 5 o 6 meses cuando el estadio del cáncer ya está muy avanzado. En nuestro caso podemos hacerlo en 3 semanas”, matiza el CEO de Ikan Biotech.
La medicina personalizada está marcando ya el presente. Su filosofía se basa en tratar de manera individual a cada paciente y, hoy por hoy, existen muchas mejoras en este sentido.
“Tratamos de manera diferente a cada persona, haciendo una caracterización de sus muestras para identificar qué es lo que se le puede dar o no porque cada paciente tiene sus particularidades”, explica Rubén Díez.
De esto se encarga un equipo compuesto por once personas —la mayoría personal científico — que desde estas instalaciones de algo más de 350 metros cuadrados en Noáin trabajan en los diferentes laboratorios y al animalario conviviendo, como todos, con la crisis sanitaria del coronavirus.
“Hemos notado que con la pandemia la gente se ha dado cuenta del papel tan importante que tiene la biotecnología para dar soluciones”, incide el CEO de Ikan Biotech, quien también señala que el coronavirus ha aumentado el interés por algunas compañías relacionadas con la salud.
“Ahora valoramos más la salud, que es para toda la vida, y hemos comprobado lo importante que es seguir en estas fases de investigación para mejorar la situación sanitaria de las personas y eso se nota en los inversores", puntualiza.
Con la primera parte de su proyecto finalizada y los buenos resultados avalando a esta empresa navarra, el siguiente paso que tanto Rubén como Roberto se plantearon fue el de internacionalizar esta plataforma.
“El problema que teníamos era que había que estar cerca de los hospitales para recibir las biopsias en un máximo de 24 horas, ya que el tejido tiene que estar fresco”, añade. Sin embargo, no resultaba viable poner uno de sus laboratorios en cada hospital que lo solicitara.
Así, la solución se planteó en forma de algoritmo y con una nueva unión a 3 entre otras instituciones científicas como Navarrabiomed y la Universidad de Navarra.
De esta manera, esta tríada se encuentra desarrollando una combinación que permita leer desde cualquier parte del mundo los datos que Ikan Biotech está obteniendo de las biopsias para así saber cómo afectará un tratamiento a un paciente.
“Por ejemplo, un oncólogo de un hospital de Boston podrá acceder a una base de datos en la que introduzca diferentes variables y vea el resultado que hemos tenido con nuestro modelo animal”, destaca el CEO de la empresa biotecnológica navarra.
La herramienta ya ha tenido sus primeros contactos con Estados Unidos, a través de potenciales hospitales, pero posiblemente no esté terminada hasta mayo del año que viene ya que es necesaria su validación como medical device por parte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y su homóloga estadounidense, la FDA. Una fase regulatoria que lleva su tiempo.
“Nuestro futuro está enfocado en el sector de la oncología porque creemos que es nuestro fuerte”, reconoce Rubén Díez quien también desvela que la apuesta de esta empresa navarra por desarrollar sus propios tratamientos antitumorales.
“Estamos en conversaciones con centros de investigación porque nuestra idea no es solo la de crear esta plataforma de evaluación de medicinas ya existentes, sino también la de aportar nuestros propios productos”.
Rubén reconoce que la innovación es para él una “motivación”. Primero se tiene una idea y luego se investiga. “No pueden separarse”, señala.
Y aquí, la Comunidad foral es punta de lanza y ellos se han convertido, en poco tiempo, en grandes abanderados de la biotecnología como demuestran los reconocimientos logrados hasta la fecha.
Navarra siempre ha apostado por la innovación como motor de desarrollo y eso ha sido posible, reconoce el CEO de Ikan Biotech, porque “hay una cultura fuerte de innovación” dentro de los límites forales. Lo mismo ocurre con la investigación, “aunque todavía quede mucho trabajo por hacer”.
Por eso, pide a las instituciones que sigan apoyando a este tipo de empresas. “Al final somos los que enriquecemos las técnicas que se utilizan en los hospitales tan buenos que tenemos en Navarra. Creo que es una apuesta en firme”.