• lunes, 02 de diciembre de 2024
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SOCIEDAD

El vuelo cancelado que impidió ver la Eurocopa: los problemas de los navarros en verano

Entre las cancelaciones de los vuelos se encuentran los problemas con los equipajes, reservas en alojamiento o comidas en mal estado.

Avión de la compañía española Vueling. Daniel Eledut (@pixtolero2) UNSPLASH
Avión de la compañía española Vueling. Daniel Eledut (@pixtolero2) UNSPLASH

La Asociación de Consumidores de Navarra Irache ha atendido en verano más de 5.400 consultas y reclamaciones de ciudadanos por problemas en sus vacaciones. 

Entre los que destacan los retrasos y cancelaciones de vuelo, pagos por equipajes, sobrecostes en las reservas de alojamiento, cobros en alquiler de vehículos o prohibición de introducir comida en algunos recintos.

Según ha explicado la asociación en una nota, los problemas con los vuelos, tanto nacionales como al extranjero, han sido los más habituales relacionados con las vacaciones. "Muchas personas han acudido a Irache porque su vuelo se canceló o salió con retraso de más de tres horas y quieren saber si pueden pedir algo. Son numerosos los casos en los que se han conseguido las compensaciones de entre 250 y 600 euros por pasajero que señala el reglamento europeo", ha apuntado la asociación.

En ocasiones, estos retrasos o cancelaciones han supuesto costes añadidos, por ejemplo, la pérdida de noches de hotel, billetes de tren o autobús, perder días de trabajo o el día de más que ha pasado el coche en el parking del aeropuerto.

En algún caso, la cancelación del vuelo ha provocado la pérdida de más de 1.500 euros en alojamiento y entradas para partidos de fútbol de la Eurocopa a los que finalmente los afectados no pudieron asistir. "Al reclamar, en ocasiones se consigue la compensación de estos gastos, pero otras veces la compañía aérea alega que estos estaban cubiertos con la compensación ya pagada", ha indicado Irache.

Otras veces los problemas se han dado en viajes organizados. Una persona ya había planeado desde enero las vacaciones familiares y había reservado el viaje a Marruecos, que costaba 1.200 euros. A falta de diez días para que comenzase, les llamaron para informarles que por el encarecimiento de combustibles y otros conceptos el precio había subido 220 euros.

La persona afectada prefirió pagar antes de perder el viaje. "Al volver, desde Irache se solicitó la aplicación del precio original, puesto que la modificación de precio no estaba justificada ni se había comunicado con la antelación necesaria. Tras esta comunicación, la organizadora devolvió los 220 euros de encarecimiento", ha señalado.

Más allá de los retrasos, ha habido problemas con los equipajes. Muchos de ellos han sido porque la maleta no ha llegado al aeropuerto o ha llegado dañada. También se han dado quejas por pagos imprevistos. En muchos casos, han sido por maletas que habían sido pagadas por el pasajero como maleta de mano, pero en el aeropuerto les han dicho que éstas no cumplían las dimensiones o el peso estipulado y tenían que facturarlas y pagar por ello, desde veinte hasta setenta euros en algún caso.

Además del transporte, ha habido problemas en el alojamiento. En concreto, se han registrado quejas por la calidad del hotel, con cambios de habitación incluidos, o porque el apartamento no era lo que se había prometido (más pequeño, más lejano a la playa, el aire acondicionado no funciona).

También ha habido desencuentros por daños causados por los inquilinos, que el propietario ha cobrado, a juicio de estos, de forma desproporcionada. Es el caso de un grupo de amigos que desencajaron una puerta vieja de una casa rural y la propietaria les está exigiendo más de dos mil euros por su reparación.

Un matrimonio reservó en marzo tres hoteles diferentes porque contaban con cancelación gratuita, según anunciaban. Quince días antes de las fechas de comienzo cancelaron dos, pero uno de ellos les dijo que la cancelación debía realizarse con un mes de antelación, por lo que ya no podían recuperar los 300 euros pagados de señal. Desde Irache se reclamó la devolución al adjuntar el anuncio y alegar que se trataba de publicidad engañosa, tras lo que el hotel devolvió el dinero adelantado.

Varias personas se han quejado por sobrecostes en los alojamientos contratados. Entre ellos, hoteles que ofrecen media pensión o pensión completa y no incluyen en ella las bebidas, por lo que hay que pagar cualquier refresco, cerveza, vino o incluso el agua.

También ha habido algún problema por comida en mal estado. Según ha explicado Irache, una pareja se fue de vacaciones a un hotel del Levante con un viaje organizado. Tras la primera comida, comenzaron a encontrarse mal, sin saber por qué.

La semana que duraba la estancia estuvieron indispuestos, la mayor parte del tiempo en la habitación, y no pudieron ir a la playa ni disfrutar de las actividades. Tras reclamarlo desde Irache, el hotel, pese a negar que se tratase de una intoxicación, ofreció como compensación 350 euros.

Otro sobrecoste del que se han quejado varias personas es, por ejemplo, la caja de seguridad de la habitación. Hay reservas que ya incluyen la caja fuerte, pero en otros, al llegar al hotel con la habitación pagada, les informan en recepción de que si quieren tener sus pertenencias seguras sería conveniente hacer uso de la caja de seguridad, que tiene un coste de dos o tres euros al día.

Irache ha añadido que se han repetido también desacuerdos con intermediarias que gestionan el alquiler de apartamentos y viviendas vacacionales. Así, un grupo de amigas incluyeron a una persona más en el apartamento que habían alquilado para dos días de sus vacaciones.

La propietaria les exigió por la inquilina nueva (para la que estaba equipado el apartamento) 120 euros más, cuando, según las normas, el cobro máximo debía de ser de 40. "Cuando contactaron con la empresa, esta aceptó limitar el sobrecoste a 40 euros, pero al día siguiente les echó del apartamento, cuando aún les quedaba un día más de estancia", ha apuntado la asociación.

Se han dado asimismo situaciones problemáticas con vehículos de alquiler. Un asociado de Irache acaba de recuperar 360 euros que al acabar las vacaciones le había cobrado de su cuenta la empresa de alquiler de coches por un golpe que supuestamente le había dado él.

Tras reclamar, han reconocido que él no fue el culpable del daño y le han devuelto el dinero. En el verano se han repetido casos similares. "Para evitar estos sustos, es importante comprobar detenidamente el coche antes de cogerlo y, al devolverlo, hacer firmar a la empresa que está en perfecto estado", ha apuntado la asociación.

También ha habido personas que han tenido que afrontar pagos de más de 600 euros al sufrir un accidente con el coche de alquiler y no contar con un seguro a todo riesgo. "En todos los casos, especialmente si el cobro resulta desproporcionado, conviene pedir la factura de las reparaciones que justifiquen el pago cargado al consumidor", ha explicado la asociación.

Varias personas han acudido a Irache para mostrar su malestar porque en diferentes actividades en las que han participado en vacaciones, como conciertos, espectáculos, parques acuáticos o de atracciones, no les han permitido meter comida o bebida y se han visto obligados a comprarla dentro del recinto. "En otros países de Europa la práctica habitual es permitir sin ningún problema la entrada de comida y bebida desde el exterior para que el consumidor pueda elegir libremente hacer uso o no de los servicios de hostelería que se ofrecen allí", ha señalado.

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