Navarra celebra este 3 de febrero la fiesta de San Blas, el patrón de las enfermedades de la garganta, con día festivo en el que no pueden faltar la venta y bendición de los tradicionales roscos, que en muchos pueblos continúa con procesiones, actos deportivos y hasta encierros de reses bravas cuando el covid-19 lo permitía.
No solo Pamplona es referencia en San Blas con su tradicional mercadillo, este año por segunda vez en el Paseo de Sarasate en lugar de la plaza de San Nicolás, sino también localidades como Milagro, Peralta, Burlada, Lodosa Los Arcos o Ribaforada tienen su programa de actos limitado por la covid-19. En la ribera son las llamadas fiestas ‘pequeñas’ o de invierno.
Por segundo año consecutivo, el tradicional mercadillo de San Blas en Pamplona se instalará en el Paseo de Sarasate, en lugar de en la plaza de San Nicolás y en la calle San Miguel como era habitual antes de la pandemia.
Solamente se expondrán a la venta productos alimenticios típicos de la fiesta de San Blas, como son los roscos y los dulces, con la documentación acreditativa de su origen. Se prohíbe la venta de pan, así como la venta de productos con nata o crema pastelera.
Todos los productos se deberán mantener protegidos fuera del alcance del público mediante vitrinas o dispositivo similar, y en su caso, debidamente envueltos o envasados, respetando las fechas de consumo preferente.
A las 19 horas, el grupo municipal de danzas Duguna-Iruñeko Dantzariak interpretará la soka dantza en el rincón de San Nicolás, como viene siendo ya una tradición en los últimos años. En Pamplona sólo hay posibilidad de contemplar esta danza dos veces al año. Por San Blas y por la festividad de San Juan.
Los dantzaris ejecutarán esta coreografía tradicional emparentada con las danzas en cadena, branles y farandoles, que se bailan en el sureste de Europa desde al menos el final de la Edad Media y cuya evolución regional ha dado lugar a tradiciones coreográficas locales. La soka-dantza se ha bailado en País Vasco y Navarra desde el siglo XVI.
En Burlada, los alrededores de la parroquia de San Blas de Burlada, la calle Mayor y la calle Merindad de Sangüesa reúnen a las vendedoras de roscos. Las catequistas y algunas participantes en los grupos de la comunidad religiosa se turnaban para vender roscos, tortas y rosquillas a los vecinos.
En Tudela, la bendición de roscos se celebra en la parroquia de la Magdalena, pues es la misma donde se halla la efigie del abogado contra los males de garganta. Desde primeras horas de la mañana, los diversos puestos de venta de roscos se instalan en la puerta del recinto eclesial.
Peralta celebra la misa y la procesión de su santo patrón. La cofradía de San Blas, formada por doce jóvenes de la localidad de entre 29 y 30 años, es la encargada de sacar a hombros la figura del santo. Una talla de 1695 y que pesa 300 kilos.
La celebración del santo en todas estas localidades también deja espacio para las actividades infantiles, torneos de pelota a mano o reuniones gastronómicas.
Las fiestas de San Blas en Milagro son un buen referente festivo en la zona de la Ribera. Durante tres días un variado programa de actos hace que vecinos y visitantes no tengan un momento de respiro. Uno de los platos fuertes es el encendido de la hoguera y el posterior reparto de Rosco de San Blas, previamente bendecido por el cura local.
Lodosa, como en el resto de lugares, el acto central de estos días tendrá lugar con la procesión del santo por las calles de la localidad. Además, es uno de los pocos lugares que conserva la tradición, que estuvo arraigada en el ámbito rural, de bendecir también a sus animales el día 3 de febrero.
Ribaforada tiene la tradición de repartir 3.500 roscos que, días atrás, habían sido bendecidos por el párroco de la localidad, amenizado por la Banda de Música de la localidad. El otro sabor de la jornada lo ponía el concurso de calderetes, que en años anteriores reunía durante el mediodía a 22 cuadrillas en el polideportivo.
Además, Para que ningún vecino de la localidad se quede sin su rosco, el consistorio aprovecha la víspera del inicio festivo, para repartir 500 de estos dulces por las casas de sus vecinos mayores de 75 años y personas enfermas.
Los Arcos también celebra el 3 de febrero la fiesta de San Blas. El acto central de la jornada tiene lugar al mediodía cuando se celebra la eucaristía y bendición de alimentos en la ermita de San Blas. Después, se procede al reparto de rosquillas y txistorra en el entorno de la ermita. La jornada, sin embargo, empieza muy pronto con la aurora de San Blas que recorre las calles del pueblo.
