Un millar de personas, entre monitores de los campamentos y sus participantes, han formado parte de las 22 acampadas juveniles que se han autorizado desde el Instituto Navarro de la Juventud (INJ) este verano, según la normativa que regula las actividades de jóvenes al aire libre en la Comunidad Foral.
Las acampadas se han celebrado entre el 27 de junio y el 7 de agosto, en el valle de Roncal y el de Baztán, en la Merindad de Sangüesa y en la de Estella-Lizarra, ha informado el Ejecutivo foral.
Tras un 2020 en el que la dificultad para cumplir con las medidas contra la covid-19 hizo que las acampadas de verano se suspendieran, este 2021 se han reanudado con una serie de estipulaciones sanitarias que han hecho que no existiera ningún caso de contagio, ni ningún otro incidente reseñable.
Entre otras medidas, el Departamento de Salud estableció, mediante una Orden Foral de la consejera de Salud, que el número de jóvenes participantes no excediera de 60 y que la ratio monitores/participantes fuera de 1 a 8 o inferior. Asimismo, este verano se ha mantenido la suspensión de las autorizaciones administrativas para realizar travesías.
El director gerente del INJ, Carlos Amatriain, ha visitado varias de las acampadas acompañado por técnicos de juventud, con el fin de comprobar el correcto funcionamiento de las actividades y para conocer las impresiones de los participantes al recuperar estos espacios de tiempo libre en la naturaleza.
Con edades comprendidas entre los 12 y los 17 años, estos proceden de Navarra, País Vasco y la Comunidad de Madrid.
En 2019, último año en el que se autorizaron acampadas antes de la pandemia, en torno a 4.000 personas participaron en estas actividades promovidas por el Instituto Navarro de Juventud.
Las actividades desarrolladas con los participantes han sido las habituales en este tipo de acampadas, de senderismo por la montaña, lúdicas y juegos más reflexivos, evitando aquellas que exigen un mayor contacto físico. También se ha hecho especial hincapié en la higiene, con el lavado de manos, un sistema de limpieza reforzado y evitando los espacios no ventilados.
Además, se han implementado grupos burbuja, tanto para la convivencia de los jóvenes como para las actividades desarrolladas, y se ha reducido el aforo de las tiendas de campaña, antes destinadas a ocho personas y que este verano han ocupado solo dos.
Además de los representantes del INJ, agentes de la Policía Foral y del Seprona han visitado las acampadas durante su desarrollo para comprobar el funcionamiento correcto de estas actividades y el cumplimento de la normativa correspondiente, especialmente sobre las cuestiones relativas a la sanidad y la seguridad, como las medidas contra la covid-19, sobre el correcto tratamiento del agua, el almacenamiento de alimentos, letrinas, uso de fuego, plan de evacuación o cuidado del medio ambiente.
El INJ ha contado con personal de guardia las 24 horas del día, en contacto con SOS Navarra, con el fin de informar de las posibles alertas meteorológicas que se declararan ante vientos, tormentas o altas temperaturas. Las asociaciones juveniles también las han tenido en cuenta a la hora de realizar las excursiones de día.
Del mismo modo, se ha prestado especial atención a las alertas relacionadas con incendios forestales. La seguridad de las acampadas, muy orientada a evitarlos, se coordina con la campaña forestal de verano.
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