La localidad navarra de Murieta (Tierra Estella) ha cumplido este lunes 1 de mayo su tradición ancestral de colgar el ‘mayo’ en lo alto de un chopo pelado de más de veinte metros de altura en el frontón o Plaza de los Fueros, donde permacerá castigado hasta el último domingo del mes sufriendo los rigores de la climatología como el calor o la lluvia.
El último domingo del mismo mes se celebrará una gran fiesta en el pueblo para quemar el ‘mayo’. El chopo al que está clavado se tira al suelo y se quema el muñeco para regocijo de mayores y chavales. Además, se organiza una carrera ciclista, aperitivo popular y actuaciones musicales en directo.
El ‘mayo’ es un muñeco al que la juventud del pueblo le viste con un buzo de trabajo relleno de paja. Se le considera el culpable de todos los males sucedidos en la localidad durante el año, como son las sequías, granizos, inundaciones, tormentas, riadas, etc…
Durante años la juventud de la localidad le ponía al ‘mayo’ un nombre, normalmente el de una persona pública conocida. Así en los años 80 y 90 del pasado siglo, Murieta ‘colgó’ y ‘quemó’ a Slobodan Milosevic, Maradona, José María García, el padre Apeles, el Duque de Feria o Felipe González.
El Ayuntamiento de Murieta decidió dejar el 'mayo' sin nombre cuando la juventud propuso el de Miguel Sanz en el año 2000, siendo presidente de Navarra.
La colocación del 'mayo' es una de las tradiciones ancestrales que se conserva en varias localidades de Navarra, y que regresa después de dos años de ausencia por la Covid-19 en 2020 y 2021. Los 'mayos' son los árboles grandes que se erigen en el pueblo o en el monte.
La tradición del 'mayo' estuvo muy extendida en toda Navarra, desde Bera de Bidasoa hasta la Ribera, pero que fue desapareciendo hasta su recuperación en los años 80 del siglo pasado.
Los 'mayos' se colocaban el primer día del mes de mayo o bien el día 3, pero también en otras fechas como San Juan o el Corpus Christi.
Algunos se han conservado en pueblos de la zona de la Sakana y en otros se han recuperado sobre todo en la zona de Tierra Estella y en algunas localidades de la Ribera como es el caso de Barillas.
En Iturmendi suele colocar un haya de más de mil kilos de peso y con una altura de más de veinte metros con una bandera en lo más alto. En Sangüesa los vecinos ponen en la copa flores y un cencerro para evitar el mal tiempo y proteger las cosechas y el ganado.
En Larraona también han recuperado esta fiesta. En 1977 plantaron el árbol protector de las cosechas y confeccionaron trajes antiguos que lucen con orgullo ese día. Los hombres blusón negro y pantalón de Bergara y las mujeres falda y camisa granate.
Según el escritor navarro José María Iribarren, "el plantar mayos en las plazas y poner enramadas en los portales no es otra cosa que un vestigio de las manifestaciones festivas que los antiguos romanos hacían a Flora, la diosa de la primavera".
