Emocionante tercer encierro de las fiestas de Santa Ana de Tudela con toros de la ganadería de José Luis Cuartero, de Pradilla de Ebro (Zaragoza) en el que se ha notado la afluencia de más corredores como consecuencia de la llegada del fin de semana.
Tras una noche intensa de fiesta en la capital ribera, el recorrido estaba perfectamente dispuesto y preparado más de media hora antes del comienzo de la tercera carrera de fiestas.
Minutos antes del cohete, había más corredores que este viernes en el trazado, pero menos que el jueves, para el primero de los encierros en el que hubo un mozo corneado.
El de este sábado ha sido un encierro lento y sin grandes sobresaltos. El hecho de que la manada se mostrara remolona a la hora de salir de los corrales no sólo ha condicionado el tiempo total de la carrera (3 minutos y 36 segundos), sino que era todo un presagio de lo que se iba a ver en las calles de Tudela.
A pesar de que la velocidad de los Cuarteros ha sido determinante en los tramos iniciales, el ritmo trotón y cansino iba a marcar todo el encierro.
La manada ha corrido agrupada en todo momento, incluso trazando las curvas siempre por el camino más recto y corto. A su lado iban dejando corredores y algunas caídas de mozos, aunque sin importancia.
La lentitud de los astados ha dado oportunidad a los mozos para lucirse, aunque ha sido complicado mantener la carrera por el hecho de que dos mansos abrían la manada y los toros corrían al abrigo. Sólo los más hábiles han podido disfrutar.
En la parte final, uno de los astados que cerraba la manada ha puesto el picante al encierro. Ha patinado en la curva que emboca el callejón de la plaza y ha perdido la referencia de sus hermanos.
Se han vivido momentos de tensión con el morlaco suelto, pero no ha hecho por mirar a los mozos, ha seguido la estela de sus hermanos y ha entrado guiado por los corredores más expertos de ese tramo a la plaza.
