- viernes, 13 de diciembre de 2024
- Actualizado 19:10
La presencia de del presidente de los EE.UU. Barak Obama en Cuba es una noticia para la Historia. Más allá de la trascendencia concreta del viaje y de la ausencia de encuentro y foto con Fidel Castro, será una página escrita con letras mayúsculas en razón del larguísimo período de enfrentamiento entre ambos países.
Pablo Iglesias juega fuerte. El programa de "gobierno de coalición" que ofrece al PSOE no es un pacto, es un trágala. Sabe que Pedro Sánchez en nombre de su partido no puede aceptar el compromiso de celebrar en Cataluña un referéndum de autodeterminación, pero, aún así, lo reclama como aperitivo.
El poder es adictivo. Desde hace algunas semanas, conocidos los resultados del 20D, a partir del momento en el que Mariano Rajoy constató que no podía contar con nadie para seguir en la poltrona de La Moncloa puso en marcha una estrategia de resistencia que solo se explica en términos de adicción al poder.
Aunque la política siempre nos depara sorpresas, todo induce a pensar que las negociaciones del PSOE con Ciudadanos para que el partido que dirige Albert Rivera apoye la investidura de Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno están más cerca del teatro que de la realidad política.
Tras el repudio de la CUP a apoyar su investidura, si su presencia en la vida política estuviera regida por criterios de dignidad, a estas horas, el ciudadano Artur Mas ya habría anunciado nuevas elecciones en Cataluña renunciando a presentarse como candidato a presidir la "Generalitat".
La política es cainita. Arte de supervivencia. El cara a cara entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez -planteado por el líder socialista como un debate a cara de perro- ahorra toda explicación al respecto. "Usted no es decente", espetó Sánchez. "Usted es ruin, mezquino y miserable", replicó Rajoy.
Ante el último golpe de efecto de los parlamentarios separatistas catalanes anunciando su intención de saltarse la Constitución y de desobedecer a los tribunales españoles, estoy seguro de que quienes no siguen el día a día de la política se estarán preguntando: ¿Cómo hemos podido llegar hasta aquí? ¿Cómo es posible tamaño desafío al Estado de Derecho que de estar protagonizado por ciudadanos de uniforme nadie dudaría en calificarlo de anuncio de golpe de Estado?