Desde niña, María Asun Esparza Baztán ha pasado más tiempo en su tienda que en ningún otro sitio. Apenas salía de la escuela, corría a ayudar entre estantes, sacos y mostradores en la ciudad del Cidacos. “Desde bien cría estuve aquí con mi madre y mis tíos, y me di cuenta de que era lo mío, lo que me gustaba. Entonces me planteé continuar”, recuerda con naturalidad. Hoy tiene casi 63 años y más de 40 al frente del negocio, pero sigue con la misma energía que cuando empezó.
La tienda está situada en la calle Escuelas Pías 1 de la ciudad de Tafalla, a pocos metros del kiosko de Javier Inchauspe, que cerró hace pocas semanas después de más de 40 años.
Su historia arranca mucho antes que ella. En 1889, unos tíos de su madre, Jesús Ciordia y Felisa Espinal, abrieron un pequeño establecimiento conocido como Casa Ciordia, dedicado en un principio a la alfarería. Más tarde lo llevó su madre, Mercedes Baztán, y finalmente fue Asun quien tomó el relevo, convirtiéndose en la tercera generación de una familia entregada al comercio.
Durante décadas, aquella tienda fue el ejemplo perfecto de los ultramarinos de antes, esos en los que se encontraba “de todo lo habido y por haber”. En los estantes había desde herramientas hasta cestaños, además de los productos básicos que no podían faltar en ninguna casa.
Ese lugar con tanta historia es Ultramarinos selectos Baztán. Asun lo ha mantenido en pie con la misma esencia, pero con un aire renovado. Hoy el bacalao y la legumbre siguen siendo la seña de identidad del comercio, junto a las mermeladas, conservas y chocolates que llenan las estanterías. Y no falta un servicio que la distingue: la compra a domicilio que ella misma organiza para sus clientes habituales.
“Esto no es una simple tienda. Aquí hay un espacio para la charla y el consejo de alguien de confianza”, explica con orgullo. Por eso, en el año 2000 decidió darle un nuevo aire al local. “Me planteé una reforma manteniendo la esencia, pero actualizándola y modernizándola. Empecé a destacar el producto local y de cercanía. Sí que tengo otras cosas, porque hay que innovar, pero lo principal es lo de Navarra, que es lo importante”, asegura.
El pasado 5 de octubre de 2024 celebraron con los clientes el 135 aniversario de la tienda. A Asun se le hace difícil calcular los años que ha pasado detrás del mostrador. “He perdido la cuenta, pero aquí llevaré unos 40 años”, comenta divertida. Y aunque el cansancio pueda pesar, insiste en que seguirá hasta donde le alcance la fuerza:
“Estoy feliz en la tienda, estoy muy a gusto y seguiré hasta que pueda. No sé si dos años o más. El relevo familiar es difícil, porque mis hijas se dedican a otras cosas, pero tengo perfilado algo. Lo más importante es que la tienda va a continuar como está”.
Consciente de lo complicado que resulta mantener abierto un comercio de estas características, insiste en la necesidad de contar con el respaldo de los vecinos. “Los clientes me dicen que no la cerremos nunca, pero es difícil. Es fundamental que la ciudadanía corresponda y venga a comprar. Muchos cierran porque no vamos a comprarles. Todo el mundo tiene que ser consciente y apostar por el comercio local, que es importantísimo para los pueblos y las ciudades”, recalca.
Ese compromiso con el pequeño comercio no lo ha defendido solo en su tienda. Como presidenta de la Asociación de Comerciantes de Tafalla (Ascota), ha luchado durante años por reforzar el tejido comercial de la ciudad. “Es fundamental que nos apoyemos entre nosotros y que sigamos trabajando para atraer a la gente. Somos más de 70 comercios unidos en la ciudad, y eso es algo muy importante que también valoran desde la administración”, destaca.
El cariño hacia Asun y su tienda queda reflejado en las reseñas de quienes la visitan. “Un lugar increíble con más de 100 años de historia, atendido a las mil maravillas. Lugares que cuidar y proteger. Tienda de ultramarinos de las que ya no quedan, por su cuidado estilo rústico. Original por sus productos de venta. Servicio amable”, escribía uno de sus clientes.
