El domingo 17 de marzo se reinauguró uno de los bares más conocidos de Estella, después de casi dos años cerrado. Se trata del histórico bar Amaya que está totalmente renovado y que ahora cuenta con una zona de restaurante de la que antes no disponía.
El bar Amaya está situado en la Plaza de la Coronación 3 de la ciudad del Ega. Está muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local. Como es el caso de la reapertura del bar Roncesvalles o la farmacia San Miguel con su nueva dueña Oihane.
La china Shuyun tiene 39 años y está al frente del bar, que ha sido remodelado por completo y además se le ha añadido una zona de restaurante en una bajera anexa. La obra ha sido importante y le ha dado un toque de modernidad que el cliente agradece.
"Abrimos este domingo 17 de marzo y estamos muy contentos. Va muy bien. Tenemos comida española porque antes estábamos en un local del Paseo de la Inmaculada 74 con comida china y picoteo", asegura Shuyun.
"La plaza es un sitio que nos gustaba y es grande para abrir una terraza. Hay una parte de cafetería y otra de restaurante. El bar es ahora mucho más grande que antes. Hay menú del día, platos combinados, ensaladas, hamburguesas y todo lo que quieras".
Hay también platos 'premiun' como el solomillo, entrecot, chuletón, dorada, lubina, merluza en salsa o lomo de bacalao. Hay ensalada mixta, de queso de cabra y rúcula, y hamburguesas de pollo, cerdo y ternera.
Shuyun es natural de la zona de Shangay (China), pero lleva 18 años en Estella: "Empecé con una tienda de chucherías en la misma plaza de la Coronación, luego un supermercado, y más tarde en la cafetería del Paseo de la Inmaculada. Soy una estellica más. La gente de Estella es muy simpática. La ciudad es tranquilita y pequeña. Me conocen todos".
La historia del bar Amaya arranca en 1957 con el matrimonio formado por José Ganuza Martínez y su esposa María Luisa Sancho Lumbier, que proceden de una familia de hosteleros con Justa y Tomás que abrieron la fonda Tatán en la Plaza de Santiago 2 y desde 1962 en el Paseo de la Inmaculada.
José Ganuza fallece durante las obras de apertura y su esposa María Luisa se encarga de llevar el negocio durante unos años, hasta 1968 cuando fallece a los 40 años de edad.
Con dos hijos menores de edad, Juan Carlos y José Ramón, que luego estudiaron fuera de Estella, el bar lo llevaron algunos encargados. Juan Carlos finalmente toma el relevo en el negocio ayudado cuando puede por su hermano José Ramón que trabajaba en Pamplona.
La familia Ganuza Sancho traspasa el bar en el año 2017. Se hace cargo un hostelero de Lerín, pero el negocio se cierra hace casi dos años. La familia Ganuza Sancho destaca su satisfacción porque los nuevos hosteleros hayan mantenido el nombre de bar Amaya en homenaje a sus padres.
El bar Amaya siempre ha sido de fritos. Tanto de pimientos como de gambas, croquetas y de marianicos. La ubicación del local en la plaza donde paraban los trenes y luego los autobuses ha sido clave en su éxito.
Como curiosidad, la familia Ganuza Sancho señala que una mesa del bar fue utilizada durante años para vender los billetes del autobús de la empresa Pinedo de Estella a Vitoria, ya que el autobús paraba en la acera del mismo bar.
