En tiempos de mucha competencia los empresarios de hostelería de Pamplona y Navarra deben agudizar el ingenio y encontrar un elemento diferenciador para captar clientes; y Luz Dary Sosa lo ha encontrado en los precios competitivos y en las tapas. Efectivamente, y como es una tradición en otros rincones de España, obsequia a sus clientes con una pequeña tapa con cada consumición.
El bar se llama La Moli, se encuentra en la calle San Francisco número 18 de Pamplona, muy cerca de la plaza del mismo nombre en la que se encuentra la Biblioteca, y es el producto de la aventura empresaria de Luz, que después de casi 20 años trabajando en la hostelería de Pamplona y su comarca, decidió abrir su propio bar. "Surgió esta oportunidad a través de una inmobiliaria y no me lo pensé dos veces", asegura.
Abrió justo antes de San Fermín y le puso el nombre en honor a su hija Ainara, a la que sus amigas llaman la Moli. Desde que abrió ha ido ganando clientes cada día gracias a su trato cercano y amable, y por supuesto, a las tapas.
Con una cerveza, o un vino, corta una pequeña cuña de tortilla de patata casera recién hecha, junto a un trocito de pan. También pone jamón asado con pimentón al estilo gallego, tortilla de chistorra, jamón con pimiento verde y queso, chorizo a la sidra, jamón con tomate, puntillicas... "depende del día, voy preparando unas cosas u otras para tener variedad y que no sea siempre lo mismo. creo que está bien tener un pequeño detalle con el cliente", asegura.
Además, intenta ajustar los precios al máximo, consciente de que la competencia es feroz en el casco viejo. Caña y tapa por 3 euros. Cañón de cerveza o vino crianza por 3,50 euros; por supuesto, con su tapa.
Al margen del obsequio, tiene una amplia carta de raciones y pinchos. "utilizo siempre pan de cristal y los sirvo calientes y recién planchados", señala Luz, que explica que "soy muy exigente con la calidad de lo que servimos. Si yo no me lo comería, no lo vendo", apunta. La variedad también va con el día. "No hago siempre los mismos. Según me dé. Si veo que se pide mucho algún pincho en concreto, procuro que no me falte. Patatas bravas o con alioli y fritos variados también tiene mucho éxito, especialmente los fines de semana.
Por la noche también está buscando su hueco. Abre los jueves, viernes y sábados buscando captar también al público joven. Los jueves participa en el tradicional Juevincho de Pamplona hasta las 22:30 y a partir de esa hora: 'Juepito', o lo que es lo mismo, combinados a 6 euros y de regalo un chupito. "Ponemos el que el cliente quiera, pero nos piden mucho uno que hemos creado nosotros que es secreto, no le decimos a nadie lo que lleva, y le llamamos "Sangre de Dragón".
