La tienda de arreglos de ropa 'Los Retokes' de Estella ha cumplido seis años. Su dueña, Yolanda Murugarren Suescun, ha alcanzado la edad de jubilación y busca traspasar el negocio.
'Los Retokes' está situada en la calle Fray Wenceslao de Oñate 22 de la ciudad del Ega, más conocida como la calle Nueva que une la Plaza de los Fueros con la Plaza de Santiago. Está muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local.
Como es el caso, por ejemplo, de la histórica y centenaria guarnicionería de Miriam Goyache o el renovado bar Roncesvalles que dirige Paco Baquedano desde el mes de marzo.
Yolanda Murugarren ha manifestado a Navarra.com: "Soy de Pamplona. Hicimos una casa en Lerate y nos vinimos a vivir aquí. Yo tenía en Pamplona una tienda de arreglos y me trasladé a Estella. Llevo seis años en esta tienda y ya me ha llegado la edad de jubilación".
La tienda está en traspaso: "Quisiera que viniera alguien a mantener este trabajo". Señala que el posible cierre es duro: "Me daría pena cerrar porque cada vez hay menos tiendas de este tipo y me gustaría mantener las máquinas, los hilos, cremalleras, todo".
El problema no es de ventas, todo lo contrario: "Tengo un montón de clientes. Viene muchísima gente y les da mucha pena que me vaya. Si viniera una persona que le gustara trabajar como a mí estaría bien. Creo que aguantaré hasta la primavera o como mucho el verano, pero más no porque sería alargarlo mucho", explica Yolanda.
Por el momento ha habido cierto interés: "Han preguntado varias personas y se han interesado, pero se lo están pensando. En el peor de los casos habrá que liquidar lo que tengo en la tienda e irme a mi casa".
Yolanda Murugarren ya ha cumplido los 65 años: "El 1 de septiembre hice los 65 años y puedo cobrar mi jubilación tranquilamente". A ella le duele menos que a sus clientes: "Tengo ganas de irme a mi casa a descansar porque llevo muchísimos años trabajando en esto. Mi marido, que ya está jubilado hace años, me dice a ver cuando me voy a jubilar para que podamos estar juntos".
Su horario es a todas horas y casi todos los días: "Aquí yo estoy vendida todo el día. Trabajo de 8 a 14 horas. Luego voy a casa, preparo la comida, como, y sigo cosiendo en casa hasta las nueve de la noche. Siempre estoy limitada por el trabajo"
"Este trabajo me gusta mucho. Me encanta, pero llega un momento en el que hay que parar", comenta. En cuanto a sus inicios, asegura: "Yo empecé como charcutera. Luego me quedé embarazada y cuando las hijas fueron mayores me fui a un taller de arreglos, Más tarde me puse por mi cuenta en una tienda de arreglos en Orvina casi diez años y luego tres en Burlada", antes de trasladarse a Estella.
Yolanda tiene más pena por sus clientas de siempre: "Mucha pena les da. Ahora he estado en la farmacia y me dicen que se han enterado hace poco, que trabajo muy bien y entienden que yo también me tengo que jubilar. Yo les animo. Les digo que esperen un poco a ver si viene alguien que siga el trabajo".
Lo del relevo familiar, no es posible: "Nadie quiere. Lo de coser le gusta a muy poca gente. Mis dos hijas me han dicho que no. Mis hermanas tienen unas edades parecidas a la mía y no quieren. Eso que si te gusta coser es un trabajo bonito. Se trabaja bien, yo trabajo muchísimo, pero hay que meter horas", concluye Yolanda Murugarren.
