Amanece en Barañáin. Son las ocho de la mañana de un jueves cualquiera y en la plaza de los Tilos comienza la actividad. En uno de los porches, Angie Liseth Mutis Molina, de 34 años, coloca las mesas altas de la terraza de La Bodeguilla, un restaurante que en los últimos años se ha sabido ganar el favor de la clientela con su comida casera, fresca y variada a buen precio. Y, sobre todo, ha sorprendido con sus riquísimos asados al barril.
Liseth es natural de Colombia, al igual que su pareja Hugo Ferney Zorrilla Botero, de 26 años, con quién regenta en la actualidad este restaurante de Barañáin. Ella llegó a España en el año 2004 y en 2019 comenzó a trabajar en La Bodeguilla, que por entonces era el negocio de unos familiares. Por aquel entonces, ni se imaginaba que acabaría gestionando el bar.
Tras la pandemia por el coronavirus, La Bodeguilla sufrió un bajón motivado por el confinamiento. Y los tíos de Liseth comenzaron a plantearse vender el restaurante. Mientras, ella había viajado a Colombia. "Conocí a Hugo allí y sólo estuvimos 15 días, pero se vino a España conmigo", comenta mientras le mira enternecida.
Ferney también empezó a trabajar en La Bodeguilla. "Hugo tenía su propio negocio en Colombia y soñaba con emprender en España", rememora Liseth. Él es de profesión paramédico y ella administrativa: "También estudié gestión de empresas y me llamaba la atención la idea de ser algún día la responsable de mi propio negocio".
Ambos se confiesa creyentes: "Rezamos a Dios y a la Virgen para que nos ayudase y nos diese un negocio". La respuesta llegó antes de lo esperado. Unos meses después de la llegada de Ferney a España, los tíos de Liseth informaron a la pareja de que pensaban dejar la gestión de La Bodeguilla. No lo dudaron y decidieron ser ellos quienes cogieran las riendas del restaurante.
"Firmamos el traspaso el 1 de octubre de 2022 y abrimos el 17 de ese mismo", detalla Fernay. Han pasado dos años desde ese día, un tiempo en el que La Bodeguilla se ha transformado y se ha vuelto a convertir en un punto de encuentro para los vecinos de Barañáin y los trabajadores de la zona.
"En la barra hemos apostado más por lo tradicional", comenta ella. Y en el menú siempre buscan que la comida sea casera, variada y fresca.
Precisamente, la barra está repleta a las 8 horas, coincidiendo con la apertura del bar. El bar cuenta con una amplia variedad de pinchos, bocadillos, tortillas y fritos caseros. "Las tortillas las vamos variando cada día", señala Liseth. Y asegura que hay una que es la clara favorita de los clientes: "Piden mucho la de queso de cabra y cebolla caramelizada".
En La Bodeguilla de Barañáin, además de las tortillas de toda la vida, hay muchos sabores originales. Por ejemplo, la de morcilla, queso brie y cebolla caramelizada o la de hamburguesa chuletón. "Muchas veces esos sabores surgen de pruebas que hacemos para desayunar nosotros. Por ejemplo, un día teníamos una hamburguesa de chuletón de sobra y la echamos a la tortilla. Se la dimos a probar a una clienta habitual y le gustó mucho, así que la hemos seguido haciendo".
Uno de los objetivos de Liseth y Ferney desde que cogieron las riendas del restaurante La Bodeguilla ha sido ofrecer a los trabajadores un menú del día con el que sientan que están comiendo como en casa y variado.
Bajo esa premisa, cada día preparan un económico menú del día con tres primeros a elegir, tres segundos a elegir, postre, pan, bebida y café. "Tenemos muchos postres caseros para elegir y también los vamos variando. Por ejemplo, natillas, mousse de pacharán o tarta de tres leches", ejemplifica Liseth.
El pecio del menú del día es de 14 euros y se sirve también el fin de semana con el mismo precio. Además, Liseth insiste en que trabaja siempre con producto fresco. "Cada día, después de desayunar, pensamos qué vamos a servir para comer en función del tiempo y la disponibilidad".
Este menú ha tenido una gran aceptación en el pueblo entre los vecinos, pero sobre todo entre los trabajadores de la zona. A pocos metros del restaurante se construye el edificio que albergará la facultad de Salud de la Universidad Pública de Navarra (UPNA). "Muchos de esos trabajadores vienen a comer todos los días", comenta Liseth.
Y asegura que también vienen muchos pacientes de la Clínica Universidad de Navarra y el Hospital Universitario de Navarra. "Me hace mucha ilusión que nos elijan a nosotros porque hay muchos otros restaurantes más cerca de los hospitales", sostiene.
El restaurante funciona bajo reserva para las comidas, aunque, si hay posibilidad de dar a comer a gente sin reserva, aceptan a los comensales.
Eso sí, han diseñado un novedoso sistema para que los clientes con reserva tenga prioridad para elegir los platos y no se queden sin poder escoger si se acaba alguno de ellos. "A las nueve de la mañana mando por WhatsApp las opciones del menú del día a todos los que tienen reserva para comer ese día. Así pueden elegir ya y tener reservada una ración del plato que desean. De esta forma, si van a comer a las 15h no se quedan sin el plato que quieren. Y nosotros nos organizamos mejor", explica ella.
Los asados al barril de La Bodeguilla de Barañáin se han convertido, sin duda, en el producto estrella de este restaurante de la Comarca de Pamplona. "Los preparamos los sábados y los festivos y llaman mucho la atención", indica Liseth.
Cuando Ferney llegó a España en abril de 2022, enseguida se dio cuenta que echaba de menos esta forma de cocinar propia de su país natal. "Los asados al barril los inventaron dos jóvenes de Antioquía, una región de Colombia, a los que les gustaba mucho el asado y quería mejorarlo", explica él.
Ferney buscó en Navarra lugares en los que poder degustar este tipo de asados y no los encontró. "Decidí hacerlos yo mismo", cuenta. Pero se encontró con el problema de encontrar el barril. "Miré la opción de traerlo de Colombia, pero era muy costoso", lamenta. Finalmente, consiguió un proveedor de España y se puso manos a la obra.
Se trata de un barril de acero quirúrgico. En el fondo, se coloca una rejilla con carbón vegetal, que hace las veces de hornillo. Con este sistema, las piezas de carne o pescado se cuelgan de la pared interior del barril gracias a unos ganchos similares a los que se utilizan en carnicería.
Los asados al barril tienen varias ventajas. En primer lugar favorecen que la carne salga muy jugosa porque se cocina en piezas enteras con sus propios jugos. "La panceta, por ejemplo, sale muy crujiente por fuera pero mantiene la jugosidad dentro", subraya Ferney.
Además, es un sistema de cocinado "amigable con el medioambiente", ya que genera alrededor de un 70% menos de humo que una barbacoa convencional. "Tanto es así que está pensado, incluso, para utilizarse en pisos y viviendas sin zona exterior", apostilla él.
Los asados al barril hay que solicitarlos por encargo. "Cerramos los pedidos para el sábado el jueves. Ese mismo día pedimos el producto a nuestro proveedor. El viernes aliñamos lo que haga falta y el sábado lo cocinamos". Liseth detalla el proceso.
Los principales asados al barril que se realizan en La Bodeguilla son la panceta, la costilla de cerdo y el pollo asado. "También preparamos otros cortes y pescado en función de la demanda y la disponibilidad", puntualiza. Los asados se pueden acompañar con una ensalada y patatas fritas.
El pollo asado al barril es uno de los platos que más se piden La Bodeguilla. "Es un pollo criado con maíz que suele pesar entre kilo y medio y kilo ochocientos", concreta Liseth. Dan la opción de pedir sólo medio pollo, ya que son ejemplares grandes: "Alguna vez han llegado a comer ocho personas de un pollo entero, pero eso depende del apetito de cada uno". El precio del pollo entero es de 20 euros.
En La Bodeguilla de Barañáin también se puede optar por pedir los asados y las tortillas para llevar. Por lo que es una opción perfecta si tienes una reunión familiar o de amigos.
Los dueños de este restaurante agradecen a cada cliente que apuesta por ellos. "Agradecemos a Dios y a la Virgen cada café que ponemos". Y, especialmente, se muestran muy agradecidos a esos clientes que repiten y que van cada día. "Mira a Mikel, viene todos los días", comenta Liseth mientras señala a la mesa de al lado. En ella un hombre de mediana edad se toma su café mañanero. "Y no vengo el domingo porque está cerrado, comenta mientras esboza una sonrisa en su rostro".
Ahora miran al futuro y ya tienen un proyecto en mente que esperan que vea la luz muy pronto. "Queremos recuperar una cosa que se está perdiendo y para eso habría que abrir La Bodeguilla también por las tardes", avanza.
Por el momento, este restaurante, ubicado en el número 2 de la avenida de Barañáin, abre de lunes a sábado de 8 a 16 horas. Eso podría cambiar pronto y conllevaría también una ampliación del equipo. "Ahora sólo trabajamos Hugo y yo, pero si nos animamos a abrir por la tarde tendremos que coger, al menos, a otra persona", explica.
Por el momento, centran sus esfuerzos en seguir haciendo sonreír a sus cliente. "La Bodeguilla es como nuestro bebé. En él ponemos todo nuestro trabajo y nuestra ilusión", promete Liseth. "Ahora me siento una mujer completamente realizada".
