Ubicada en la calle Bernabé de Armendáriz 10 bajo, este comercio, que está a punto de cumplir 100 años, sigue siendo un referente para particulares e industrias de la zona. Su historia es la de una tradición familiar que ha pasado de generación en generación sin perder su esencia.
Todo empezó en 1946, cuando Pascual Pérez de Larraya y su esposa, Mari Carmen Chávarri, tomaron el relevo de la ferretería Estabolite. En 1957, Mari Carmen se quedó viuda y, lejos de echarse atrás, asumió la dirección del negocio con decisión. Poco después, en 1971, su hijo Jesús Pérez de Larraya se sumó al negocio, aprendiendo el oficio desde dentro.
En 2004, Jesús y su mujer, María Antonia, trasladaron la tienda a su ubicación actual, un local más grande, con mejor acceso y facilidad de aparcamiento. A esta nueva etapa se sumaron también sus hijas, María y Arantxa, que hoy tienen 40 y 37 años respectivamente y son las que ahora están al frente.
Más de dos décadas después de aquel cambio, la ferretería Jesús Pérez de Larraya en Sangüesa sigue siendo sinónimo de trato cercano, profesionalidad y una oferta inagotable.
Aquí hay de todo: menaje de cocina, pequeños electrodomésticos, artículos de jardinería, pinturas, vestuario y protección laboral, cristalería, droguería, cambio de pilas de reloj, copia de llaves, barro y mimbre. Además, son distribuidores de gas butano y propano de Cepsa.
“Somos la tercera generación de la familia y llevamos toda la vida en esto. Lo llevamos en la sangre”, explica Arantxa Pérez de Larraya, una de las responsables del negocio. “Mi padre siempre ha sido muy inquieto. Aquí hay cosas de antes y de ahora, incluso piezas antiguas de bronce que sorprenden a los que entran por primera vez. Es un mundo”.
Desde su jubilación, Jesús Pérez de Larraya sigue pasando de vez en cuando por la tienda, aunque ahora son sus hijas quienes llevan las riendas. “Los clientes de toda la vida aún preguntan por él, pero siempre les dice que confíen en nosotras”, relata Arantxa.
La tienda también ha evolucionado con los tiempos. Ahora se venden más productos específicos como cerrajería, tornillería, anclajes adhesivos, herramientas y ferretería industrial, adaptándose a las necesidades de las empresas de la zona.
“Es una ferretería muy de chicas. Somos todas mujeres en la tienda y valemos muchísimo”, afirma con orgullo Arantxa Pérez de Larraya, convencida de que la tradición familiar tiene cuerda para rato.
Interior de la ferretería Jesús Pérez de Larraya en Sangüesa. Navarra.com
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