El navarro Unai Morote Urra es uno de los escasos ejemplos de relevo en una tienda histórica de un pueblo de Navarra. A sus 25 años, ha tomado el testigo de una librería tras la jubilación de su propietaria y se muestra feliz.
La librería Clarín está situada en el Paseo de la Inmaculada 40 de Estella. Está muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local.
Como es el caso, por ejemplo, de la ferretería El Aragonés, el renovado bar Amaya en la plaza de la Coronación, o la tienda confecciones El Ega Mauleón que también ha conseguido relevo.
La librería Clarín abrió sus puertas en 1984 de la mano de Fernando y Gema Zabala. Con la jubilación de Gema se cierra una etapa donde entra Unai, cuyo padre Javier también había sido librero en Pamplona en Auzolán en la calle San Gregorio y más en la calle Tudela.
Unai Morote es pamplonés asegura: "Ha sido por casualidad, pero por pasión también. Tenía ganas de tener algo mío. se me ha dado muy mal trabajar para otros. Por casualidad doy con la librería. Se jubilaba la propietaria y yo era cliente y amigo".
Un día le dejó caer que se jubilaba: "Yo no había pensado en la vida que podría llevar una librería. A mi se me despierta algo dentro. Empieza el run run durante meses y al final me decido. Yo estaba en Madrid trabajando en el mundo del cine, nada que ver, y me vengo a esta aventura".
Gema le ayudó en sus comienzos: "Yo venía sin saber como funcionaba. Pasé con ella casi un mes este verano haciéndome a los clientes y proveedores, aunque es un trabajo muy intuitivo", asegura Unai Morote.
"Me va de maravilla. Se vende mucho. Se regala mucho y se lee mucho. Estella es una ciudad con gente mayor en general, pero se lee mucho. La gente se está cansando del ebook. Muchos clientes me dice que lo han regalado porque estaban hartos y vuelven al papel".
Lo que más se vende: "Es el libro local, el autor local con diferencia. No seguimos las tendencias del resto del país. Sobre todo autores locales, ya puede ser novela negra o novela histórica y hay una tendencia por la literatura japonesa que a mi me gusta y la fomento, como algo sorprendente".
"Librería como tal, soy la única librería de toda la comarca porque cerró una que había en Abárzuza. Otras se han enfocado más como papelería y en souvenirs para peregrinos", afirma Unai Morote.
"Otras han cerrado como la librería Irrintzi. Es un orgullo seguir y a la vez una lástima ser la última. Estamos en esa pelea de mantenerlo y salir. Si los jóvenes se animasen como me he animado yo sería diferente", indica el dueño de la tienda.
Unai Morote lo tiene muy claro: "Me he propuesto vender solo libros. Ni siquiera prensa. Es verdad que hay que animarse a abrir librerías y cosas que dinamicen la ciudad. Los que más abren comercios pequeños son extranjeros y les debemos todo. Estella estaría muerta sin ellos y como Estella otros muchos".
La librería lleva abierta ya cuarenta años en el centro de Estella: "En este local lleva abierto antes de que yo naciese. Es un negocio que funciona. Se vende muchísimo. Si no no me habría animado a cogerlo. Mantengo la estructura de la librería. Solo he cambiado la selección", concluye Unai Morote.
