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TURISMO

De Javier a Roncesvalles: ruta para descubrir 5 joyas medievales de Navarra

Algunos espacios son muy conocidos por locales y visitantes, pero otros carecen de la atención necesaria en cualquier visita que se preste a la Comunidad foral.

Monasterio de Leyre. ARCHIVO
Monasterio de Leyre. ARCHIVO

Castillos, monasterios, santuarios y colegiatas sacadas de cuentos feudales se suceden en un pequeño espacio en Navarra al abrigo de los Pirineos. Esta ruta muestra algunas de esas maravillas medievales que no puedes perderte en una visita a la Comunidad foral o disfrutar, al menos una vez, si resides aquí.

 

CASTILLO-BASÍLICA DE JAVIER

El castillo-basílica de Javier, cuna del universal San Francisco Javier y máxima representación de la espiritualidad foral, es el punto de partida de esta ruta.

En sus orígenes comenzó siendo una torre defensiva entre los reinos de Navarra y Aragón pero, poco a poco, fue ampliándose con diferentes estancias y murallas. La estructura original estuvo ligada desde 1252 a los Sada.

Sin embargo, la conquista de Navarra provocó que las estructuras defensivas fueran demolidas. Ya a finales de siglo XIX, la Duquesa de Villahermosa y Condesa de Javier decidió su restauración, también construyó las casas que delimitan la plaza de la entrada del Castillo, y legó parte de él a la Compañía de Jesús, que pasaron a instalarse en unas dependencias próximas y construyeron una iglesia de estilo neorrománico en memoria del San Francisco Javier, patrón de Navarra.

Los capiteles detallas varias de las escenas de la vida del Santo y en el tímpano se pueden leer los nombres de los diferentes lugares que recorrió San Francisco Javier a lo largo de Europa, África y Asia.

Las labores finales de restauración de esta joya medieval en la Comunidad foral culminaron en la década de los 50, momento en el que la Diputación foral quiso devolverle su aspecto original.

El castillo y la basílica se pueden visitar del 1 al 30 de noviembre, en horario de 10 a 17.30 horas; del 1 de marzo al 31 de octubre, de 10 a 18.30 horas. Los meses de diciembre, enero y febrero el horario de visita es de 10 a 16 horas.

 

MONASTERIO DE LEYRE

A continuación de Javier, y tras pasar por Yesa, se puede ascender hasta el monasterio de San Salvador de Leyre.

Ya en el siglo X se tiene constancia de un viejo monasterio en este emplazamiento que, sin embargo, no es el que se conoce en la actualidad.

Tras permanecer años en estado ruinoso, los monjes decidieron levantar uno nuevo al anterior entre 1562 y 1640. De estilo aragonés, tiene un frente de 53 metros con una profundidad de 46 y desde la planta baja se elevan cuatro pisos.

Los tres primeros pisos están hechos de piedra, mientras que el último se usó un ladrillo pálido con una serie de arcadas. Además, corona la construcción un gran alero que le aporta una gran monumentalidad. En él se conserva un gran legado medieval que destaca por su torre, la cripta, la nave gótica y una espectacular portada románica.

En la actualidad, el monasterio acoge a monjes benedictinos de los que se puede aún disfrutar con sus cantos gregorianos en los diferentes oficios litúrgicos diarios.

Este espacio se encuentra abierto de miércoles a domingo, de 10 a 18 horas.

 

ANTIGUO MONASTERIO DE SAN VICENTE DE IGAL

Bordeando el pantano de Yesa y a través de algunos de los pueblos más bonitos de Navarra, como Burgui o Vidángoz, se encuentra la localidad de Igal.

Aquí se tiene constancia de que en el 848 se encontraba un monasterio dedicado a San Vicente que, además, fue visitado por San Eulogio de Córdoba en su periplo por tierras pirenaicas.

Unos siglos más tarde, en 1085 este espacio fue dado al monasterio de Leyre, pero aún se conserva una pequeña iglesia rural, la de San Vicente Mártir, que bien merece una parada en esta ruta por algunos de los ‘monasterios’ medievales de esta zona de Navarra.

Se trata de una iglesia románica, de nave rectangular y ábside semicircular, que fue construida sobre 1200. En ella destaca un pórtico de piedra hecho con estelas funerarias, que da paso a la portada románica. Además, se pueden apreciar unos misteriosos grabados en sus claves.

En el caso de la torre, se pueden apreciar añadidos de remodelaciones posteriores.

 

SANTUARIO DE MUSKILDA

En pleno Valle de Salazar, tomando Ochagavía como referencia, resulta interesante ascender al Santuario de Muskilda, a 1.025 metros de altitud.

Se trata de una ermita románica del siglo XII, y restaurada en el XVII, que está enclavada en la cima del monte del mismo nombre.

En ella se encuentra una talla gótica de la Virgen con el Niño fruto de la tradición que cuenta que allí un pastor se encontró con esta imagen divina.

Desde ese momento, se convirtió en la patrona del valle a la que se le venera cada 8 de septiembre con una romería en la que participan los danzantes de Muskilda y un personaje llamado “Bobo”.

Hasta este lugar se puede acceder en coche, a través de Ochagavía, en dirección Izalzu. También se puede realizar el recorrido a pie a través de un sendero local que parte de la zona alta de Ochagavía y que supone unos seis kilómetros entre ida y vuelta. Existe otro camino, el de las Romerías, que es más empinado, aunque más corto.

 

COLEGIATA DE ROSCESVALLES

A continuación, seguimos por la carretera hasta Ezcároz, otro de los pueblos más bonitos de Navarra, y tomamos la carretera que serpentea y llega hasta Roncesvalles, desde donde arranca el Camino de Santiago en España.

La iglesia colegiata, llamada de Santa María, se trata del edificio más espectacular de Roncesvalles y supone uno de los mayores ejemplos del gótico en la Comunidad foral que da cobijo a una bonita imagen de la Virgen, que data del siglo XIV.

Este lugar se construyó bajo las órdenes de Sancho VII el Fuerte, que lo eligió como lugar de descanso eterno. Desde entonces, la Colegiata ha sufrido varios desperfectos ocurridos por incendios que la llevaron casi hasta su abandono. Finalmente, a principios del siglo XVII se impulsó su reconstrucción enmascarando su interior gótico, excepto en el presbiterio y el tramo de la nave anterior.

La iglesia presenta una planta en tres naves que se dividen en cinco tramos en torno a una nave central con cabecera pentagonal. En ella también destaca un imponente óculo con modernas vidrieras coloreadas que le confiere un toque más decorativo.

Se celebran misas los domingos y festivos, a las 12 y 18 horas; los sábados y vísperas de festivos, a las 18 horas. También de lunes a viernes, a las 20 horas, se realiza la Misa del Peregrino.


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