El grupo radical abertzale Indar Gorri, que volvía este sábado a El Sadar tras la pandemia, ha protagonizado una bochornoso espectáculo durante el partido frente al Rayo Vallecano al silbar y atacar al jugador Chimy Ávila, emblema de Osasuna y uno de los jugadores más queridos por la afición.
Los pitos y los cánticos de los ultras han sido rápidamente silenciados por los aplausos y el cariño del resto del estadio, que ha recibido a Chimy Ávila con una grandiosa ovación cuando ha saltado al campo desde el banquillo de los suplentes.
La excusa de los abertzales para atacar al Chimy Ávila es la camiseta que el jugador argentino lució en verano en la que aparecía el líder de Vox, Santiago Abascal. Tras el revuelo, el jugador eliminó la foto y pidió disculpas, algo evidentemente innecesario, puesto que lucía la prenda libremente y en su tiempo de vacaciones.
El sector ultra del nacionalismo vasco en Navarra, en especial algunos medios de comunicación, aprovecharon la situación para pedir la expulsión de Chimy Ávila de Osasuna, demostrando de nuevo su nula tolerancia y su incapacidad para aceptar que no todo el mundo puede pensar cómo ellos quieran.
Los silbidos al Chimy han comenzado ya durante su calentamiento en la banda, aunque la mayoría de la afición ha reaccionado con aplausos y apoyo al jugador, demostrando que Osasuna está por delante de todo.
El malestar por la actuación de este grupo ultra de ideología abertzale vasca y totalitaria, con decenas de causas en la justicia por palizas y coaaciones, ha llegado hasta el vestuario de Osasuna.
"Personalmente no me gustan los cánticos contra Chimy. Necesitamos de todos. Lo tengo clarísimo y de Chimy también. Entiendo que hay descontento de la afición y espero que a partir del siguiente partido vayamos todos juntos que será mucho mejor", ha señalado Arrasate.
Durante el partido, este grupo nacionalista que antepone su ideología a Osasuna, ha coreado también gritos contra España y la Selección Española, a pesar de que sobre el terreno estaba por ejemplo Jon Moncayola, que consiguió hace unos meses la meritoria medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokyo.
El nacionalismo vasco más excluyente de Navarra pide la rescisión del contrato del mejor jugador de Osasuna por no compartir su pensamiento totalitario.
Es todo demencial, sobreactuado, como todo lo que incumbe en Irroña al aberchandalismo.
Parte de las redes recuerdan al rojillo su origen, le reprochan su apoyo al líder de VOX y piden su expulsión inmediata.
