• jueves, 28 de marzo de 2024
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PAMPLONA

Un día en el mini zoo de la Taconera en Pamplona: la vida de 320 animales dentro de los fosos

El parque de la Taconera es un enclave único en el centro de la ciudad en el que conviven historia y animales.

El zoo urbano en el parque de la Taconera de Pamplona. PABLO LASAOSA
El zoo urbano en el parque de la Taconera de Pamplona. PABLO LASAOSA

El parque de la Taconera es, sin duda, uno de los principales atractivos turísticos de Pamplona. Lleva más de 300 años acompañando el ocio de los pamploneses. Su aspecto es señorial, entre románico y versallesco, con vastas extensiones de hierba verde y resplandeciente en los fosos y centenares de árboles y arbustos que invitan a un bucólico paseo.

Su nombre, según el cronista de Pamplona José Joaquín Arazuri, procede del euskera y significa "de las puertas hacia afuera" y se refiere al vasto terreno que en el siglo XIII había más allá de la recién construida iglesia de San Lorenzo.

Con el derribo de las murallas medievales a finales del siglo XVI, el Ayuntamiento se planteó, tras la construcción de La Ciudadela, reforzar la zona desde el punto de vista defensivo construyendo los foso y murallas que hoy disfrutamos. Fue a finales del XVII cuando el consistorio, viendo que era zona de esparcimiento para muchos habitantes de la ciudad, decidió convertirlo en un parque y plantar muchos de los árboles que hoy lo forman.

No hay pamplonés al que no le hayan descubierto este parque en su más tierna infancia en una visita dominical para admirar, en pleno núcleo urbano, este pulmón natural en el que la vida vegetal.., y animal, conviven con el ser humano.

Y es que al encanto natural del parque hay que añadirle el mini zoo urbano que hace las delicias de pequeños y mayores, visitantes y pamploneses, desde los años 40 del siglo XX. Hay quien afirma que los animales encontraron refugio en los fosos de modo natural y se quedaron allí, y que el Ayuntamiento sólo completó el mini zoo con algunas especies más vistosas. 

Bien es cierto que el mini zoo ha vivido épocas de mayor esplendor, cuando llegaron a convivir 40 ciervos de manera simultánea, muchos de ellos machos con astas de hasta 10 puntas. Pero lo cierto es que en la época de berrea generaban muchos problemas, De hecho, en octubre de 2014,un trabajador municipal fue atacado por uno de estos ciervos, y a punto estuvo de costarle la vida.

El zoo urbano en el parque de la Taconera de Pamplona. PABLO LASAOSA
El zoo urbano en el parque de la Taconera de Pamplona. PABLO LASAOSA

Eran otros tiempos, donde además de ciervos había gamos, conejos cabras, así como multitud de especies de anátidas y gallináceas. Muchos recordarán al mono Charlie, que vivía enjaulado en la zona de acceso al parque, a mano izquierda. 

Hoy en día hay muchas menos especies y muchos menos ejemplares. Según el inventario de animales de los fosos de la Taconera elaborado por el departamento de Inspección Alimentaria y Zoonosis del Área de Ecología Urbana y Movilidad del Ayuntamiento de Pamplona, a 31 de diciembre de 2021 había 320 ejemplares: 8 hembras de ciervo, 163 anátidas (cisnes, ánsares, ánades, patos...), 146 gallináceas (pavos, gallinas, faisanes...) y 3 ardillas rojas. Según explican, el número puede haber variado, porque se producen nacimientos y decesos de manera "no muy habitual, pero sí recurrente". Así lo asegura María Resano, que es una de las veterinarias municipales que se encargan del bienestar de los animales del zoo.

Resano explica que tras aquel ataque se decidió que lo más adecuado sería mantener una población de ciervos hembra sin machos, por una cuestión de seguridad, por lo que en la actualidad sólo pueden verse ocho ejemplares y sin capacidad de cría. 

Además del equipo de zoonosis, hay tres trabajadores municipales que cada día se encargan del cuidado y mantenimiento de los animales y de los fosos y murallas en los que habitan. 

Al punto de la mañana, antes del amanecer, dan de comer a las ciervas en una zona acotada. No se les deja salir "por que si no, se comerían la comida del resto de los animales. Ellas tienen su pienso específico y pueden comer hierba, hojarasca durante todo el día, porque son muy de pastar y ramonear. Si hace falta, por lo que sea, se les echa paja como complemento". Las aves tienen una alimentación diferente. Comen dos veces al día cereales, especialmente maíz. "A los patos se les echa maíz en el agua y tienen que sumergirse para buscarlo. Si lo dejáramos fuera, se lo comerían las palomas. También comen algas y pequeños crustáceos que nacen en el fondo de los estanques", explica.

El zoo urbano en el parque de la Taconera de Pamplona. PABLO LASAOSA
El zoo urbano en el parque de la Taconera de Pamplona. PABLO LASAOSA

La principal labor de los encargados del mini zoo es la alimentación de los animales, pero también el cuidado y limpieza de los fosos. "cada mañana retiramos todo lo que cae o se arroja desde arriba", señala uno de los cuidadores. Y claro, cae de todo. "Las mañanas de los sábados y los domingos tenemos que retirar botellas y vidrios rotos que tiran, porque las palmípedas se pueden cortar", apunta. Y cuenta anécdotas: "Hemos retirado de todo. Hace no mucho sacamos un carrito de supermercado, pero hemos encontrado de todo lo que te puedas imaginar, desde ropa y calzado balones, hasta libros".

También deben estar muy vigilantes ante la aparición de especies invasoras que puedan alterar el ecosistema. Puede ser muy tentador soltar algunas tortugas de las que se venden como mascotas cuando la gente se cansa de ellas. "Las tortugas de florida se comen hasta los patos", dicen. También se han retirado en los últimos tiempos conejos y cobayas domésticos. Todos ellos se llevan al centro de recuperación de animales que el Gobierno de Navarra tiene en Ilundáin. Asimismo vigilan la presencia de cangrejos en los estanques. El agua procede de un manantío que pasa por los fosos de la Ciudadela, circula por debajo de la avenida del Ejército y Navas de Tolosa para alimentar los estanques de la Taconera. Antiguamente, tenían salida hacia el río, pero se hizo en la salida de los fosos, una doble compuerta y cuando se renueva el agua de los estanques, se retira a la red de saneamiento de aguas fecales.

Unos estanques en los que suele haber diferentes especies piscícolas, aunque también "tenemos visitas de Garzas de vez en cuando. El otro día una se comió todas las carpas que había en el estanque en menos de veinte minutos", relatan los trabajadores.

Los pavos reales son los más libres del mini zoo. Suelen estar abajo, en los fosos, que es donde está la comida, pero como duermen en los árboles, en ocasiones se les puede ver "pavonearse" entre los paseantes. "Circulan por todas las zonas, se les puede ver en cualquier parte. Y no se escapan. Realmente, se podrían ir todos los animales si quisieran, pero no se van, porque saben que aquí hay comida y que están bien", explican.

Los fines de semana los miradores y los muretes de las murallas se llenan de curiosos y muchos no pueden resistir la tentación de echarles comida, básicamente, mendrugos de pan duro desmenuzados. "Es inevitable, pero la gente tiene que saber que ellos ya reciben su alimentación y no necesitan más. No es bueno para ellos que coman pan porque no están acostumbrados en su tracto digestivo y les sienta mal. Si se les echa, se lo comen. Es imposible controlar que no se les eche. Se les intenta decir que no es bueno, pero es una batalla muy complicada", dice María Resano.

El zoo urbano en el parque de la Taconera de Pamplona. PABLO LASAOSA
El zoo urbano en el parque de la Taconera de Pamplona. PABLO LASAOSA

Todos los habitantes de Pamplona son conscientes de los peligros que entrañan los fosos, aunque no faltan los inconscientes que tratan de bajar ayudándose en los burladeros de protección. "Bajar puede ser fácil, subir no tanto... cada dos por tres, especialmente en las noches de los sábados, la Policía Municipal tiene que entrar a sacar a algún valiente", cuentan. Y eso que ahora no hay tanto peligro como antes, con los ciervos macho, porque las hembras "pueden levantar las patas delanteras y golpearte con los cascos de las pezuñas, pero sólo si se ven amenazadas".

Y desgraciadamente, dejan su huella. Hace unas semanas un cisne macho amaneció muerto asfixiado por el cuello. Al parecer, según alertaron algunos vecinos, un hombre se descolgó al foso para llevarse el cisne, este se resistió y murió de asfixia en el forcejeo. Cuando llegó la policía municipal, el presunto ladrón ya se había esfumado. Lo peor es que dejó una hembra "viuda" porque los cisnes, aparte de muy territoriales, son monógamos. "Desde que murió, a esta se le ve muy apocada", aseguran los cuidadores, quienes ya tienen en mente, probar acercarle al macho que vive sólo en el estanque del fondo "a ver si tenemos suerte, se gustan y crían". Sería una bonita historia de amor.

No lo son tanto los continuos devaneos que existen entre el resto de las aves. "Normalmente les retiramos los huevos tras cada puesta. No dejamos que los incuben. Hay muchos huevos que no son viables, pero cuando necesitamos repoblar, los cogemos y los llevamos a la incubadora. Se separan las hembras para que se limpien la cloaca y luego se les echa el gallo correspondiente". De lo que sí que están pendientes es de que "no haya hibridación entre ellas", porque acabaríamos teniendo una colonia de aves mestiza.

Y así viven los habitantes del mini zoo, resistiendo los embates de los ecologistas, que han intentado en más de una ocasión acabar con los animales del centro de Pamplona. No en vano, fueron los que liberaron al mítico mono Charly de su jaula a principios de los años 80. Y también los que no hace demasiado pusieron una demanda judicial al Consistorio para obligarle a cerrar el parque. Afortunadamente para los muchos miles de pamploneses y visitantes que lo disfrutan, todo quedó en agua de borrajas, pero no es extraño que periódicamente, los grupos municipales planteen qué hacer con los animales de la Taconera. Esta misma legislatura se rechazó una moción socialista para ampliar el número de especies que allí habitan; y en la legislatura anterior -la de Asirón- se planteó cerrarlo definitivamente.

A lo que sí se comprometió el actual equipo de Gobierno municipal es a colocar carteles con los nombres de las especies que habitan el mini zoo. Algo que, de momento está en el debe. 

El zoo urbano en el parque de la Taconera de Pamplona. PABLO LASAOSA
El zoo urbano en el parque de la Taconera de Pamplona. PABLO LASAOSA


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Un día en el mini zoo de la Taconera en Pamplona: la vida de 320 animales dentro de los fosos