El Parlamento de Navarra ha rechazado este jueves las enmiendas a la totalidad y ha dejado en pie una muy limitada bajada de impuestos. Las propuestas alternativas de UPN, PPN y Vox no han prosperado y el proyecto de ley de medidas fiscales del Gobierno foral seguirá adelante con un alcance acotado.
El proyecto de ley, pactado entre PSN, EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin, prevé una rebaja fiscal en el IRPF para quienes tienen rentas inferiores a 32.000 euros. Además, incluye una reducción del Impuesto de Sociedades del 28 al 25%, pero solo para las empresas que cumplan cuatro condiciones: mantener el empleo, no aplicar expedientes por causas económicas, reducir la siniestralidad laboral y respetar la legislación sobre igualdad, lo que acota todavía más esta bajada de impuestos en Navarra.
Una vez rechazadas las enmiendas a la totalidad, el proyecto de ley de medidas fiscales continuará su trámite parlamentario. La norma regresará al pleno del Parlamento de Navarra para su aprobación definitiva en una próxima sesión, manteniendo el esquema de rebajas parciales pactado por los socios del Gobierno.
El consejero de Economía y Hacienda, José Luis Arasti, ha defendido que esta ley, “al igual que el proyecto de Presupuestos”, nace del diálogo y el acuerdo entre formaciones “que tenemos muchas cosas que nos separan”. Según ha resaltado el representante del Gobierno de Navarra, el proyecto “va a hacer que más de 340.000 personas, trabajadores por cuenta ajena y también autónomos, vean cómo sus declaraciones de la renta del próximo ejercicio les resultan mucho más favorables” y que el Impuesto sobre Sociedades “mire por una vez a la clase trabajadora”.
Arasti ha mostrado su sorpresa por que algún grupo parlamentario pueda enmendar en su totalidad estas medidas “que benefician a tanta gente”, aunque ha admitido que cada vez le “extraña menos todo”. A su juicio, “a la derecha extrema de esta comunidad le importa muy poco el progreso de esta tierra si es a costa de su irrelevancia” y, para escapar de esa irrelevancia, “no queda otra que el ataque bochornoso y furibundo”.
En nombre de UPN, Juan Luis Sánchez de Muniáin ha denunciado la “penosa deriva fiscal” de Navarra desde 2015, el “agravio comparativo” con el País Vasco y el “constante perjuicio” al que, según ha dicho, se somete a las rentas medias familiares. Ha considerado que la “excesiva presión” fiscal “no se corrige con remiendos fiscales como los de esta ley” y ha apostado por “poner el sistema fiscal navarro al servicio de los ciudadanos, y no al revés”.
La socialista Ainhoa Unzu, del PSN, ha criticado el “‘no’ automático de las derechas” y su discurso de que “todo está mal, que de nada sirve” la reforma. Ha defendido que esta “valiente” ley de medidas fiscales “es buena para la mayoría social de Navarra” y ha acusado a la derecha de tener una única receta: “bajar impuestos, sin condiciones, sin exigencias, sin responsabilidad”. A su juicio, “ninguna de las enmiendas a totalidad presentadas, ni su modelo, ofrecen un argumento mínimamente creíble ni plantean un modelo fiscal mejor”.
Desde EH Bildu, Laura Aznal ha admitido que estas medidas “no satisfacen los objetivos” que la coalición defiende “en materia fiscal” y que no son las que aprobarían “si tuviéramos la mayoría suficiente”. Sin embargo, ha valorado positivamente que el proyecto vaya a favorecer a los sectores con menor capacidad económica, que verán “mejorada su situación”. Al mismo tiempo, ha reprochado a la derecha que vuelva a plantear “bajadas de impuestos para solucionarlo todo”.
El parlamentario Mikel Asiain, de Geroa Bai, ha enmarcado las enmiendas a la totalidad de UPN y PPN en el “paisaje tradicional prenavideño” del Parlamento, “como la lotería, los pinos o el turrón”. Ha recordado que “ni haciendo un corta-pega” de la reforma fiscal de UPN de 2014 “se darían por satisfechos” y ha asegurado que siempre encontrarían “argumentos” para votar en contra de cualquier reforma que no encaje con su modelo.
Por parte del PPN, Irene Royo ha considerado que la propuesta del Gobierno “no es ambiciosa”. Ha afirmado que “no es ambiciosa con las necesidades de las familias y las empresas, no es ambiciosa con los agricultores, los transportistas y los autónomos, y no es ambiciosa con la necesidad de estar en igual o mejores condiciones que el resto de comunidades”. A su juicio, se trata de “una propuesta fallida” y de “una oportunidad perdida”.
En nombre de Contigo-Zurekin, Miguel Garrido ha admitido que el debate ya les resulta “algo tedioso” porque, según ha dicho, UPN repite “la misma argumentación desde 2015”. Ha criticado que los regionalistas presenten una propuesta “sin ninguna responsabilidad”, al no cifrar ni concretar sus planteamientos en fiscalidad. Ha defendido que este proyecto supone “una reforma valiente en materia tributaria, la mayor quizá desde aquella de la legislatura de 2015”, aunque se concrete en una bajada de impuestos limitada y dirigida a determinados colectivos.
Desde el Grupo Mixto (Vox), Emilio Jiménez ha rechazado que se trate de “un mero ajuste técnico” y ha denunciado lo que considera la enésima consolidación de un “modelo fiscal asfixiante” que sitúa a Navarra “en la cima de la presión tributaria de España”. Ha calificado la propuesta de “expolio sistemático camuflado bajo capas de retórica progresista”, en contraste con la lectura que hacen los socios del Gobierno de estas medidas de bajada de impuestos en Navarra.