Alejandro Toquero (UPN) es alcalde de Tudela desde 2019 y revalidó su mandato con mayoría absoluta en 2023. A punto de alcanzar el ecuador de la legislatura, el regidor tudelano afronta la llegada de las fiestas de Santa Ana 2025 —uno de los momentos más intensos y esperados del año en la capital ribera— con un programa renovado, nuevos proyectos urbanos y reivindicaciones clave sobre la mesa, como la Carta de Capitalidad o la nueva estación intermodal.
En esta entrevista, Toquero hace balance de gestión, detalla los preparativos festivos, defiende su modelo de ciudad y lanza serias críticas a la presidenta María Chivite y al PSN, a quienes acusa de “castigar” a la Ribera desde el Gobierno de Navarra.
Las fiestas de Santa Ana, que comienzan el 24 de julio, son el evento más esperado en Tudela. ¿Qué novedades destacadas traerá la edición de 2025 y cómo planea superar el éxito de años anteriores?
A mí no me sorprende que las fiestas de Santa Ana se superen año tras año. Quizás porque soy consciente del enorme trabajo que hay detrás y que, en realidad, empieza tras entonar el “¡Pobre de mí!”, cuando todavía en caliente analizamos lo que ha salido bien y lo que podemos mejorar, pensando ya en la siguiente edición. El programa de fiestas de Santa Ana es fruto de una intensa labor de todo el equipo de Gobierno municipal, en el que destaca el empuje, la ilusión y las ganas que pone nuestra concejal de Festejos, Verónica Gormedino.
Hay una novedad muy importante también.
Sí. Este año, atendiendo una petición de las peñas —parte del alma y motor de la fiesta—, recuperamos el pasacalles de “La Dorotea”, que no se celebra desde hace más de 15 años; reforzamos el transporte público a las ferias, ampliando horarios, y tratamos de proyectar un mayor número de actividades hacia los barrios de Tudela, más allá de las zonas clásicas de Herrerías, Queiles, Plaza Nueva, Mercadal, Carnicerías, San Jaime… El reto es articular una oferta con cientos de propuestas, pensadas para públicos de todos los gustos y todas las edades. Creo, humildemente, que lo conseguimos, aunque, evidentemente, siempre hay margen de mejora de un año para otro, lo cual es un elemento más de estímulo y motivación.
¿Quién lanza el cohete este año y qué criterios han guiado su elección?
Protección Civil de Tudela será la encargada de lanzar este año el cohete. El acierto en la designación es claro cuando nadie te pregunta cuáles son los méritos y motivos para la elección, porque son de sobra conocidos. En unos tiempos en los que la solidaridad y la generosidad no están a la orden del día, es un honor para el propio cohete que la mecha vaya a ser prendida por quienes, de manera voluntaria, dan todo a cambio de nada para ayudar o auxiliar en cualquier situación de dificultad —incluyendo las de alto riesgo— a personas cuyos nombres ni siquiera conocen. Seguimos fieles a la tradición de designar para lanzar el cohete a tudelanos cuyos méritos están fuera de toda duda. Y este año no ha sido una excepción. Sin politizar.
Las fiestas atraen a miles de visitantes, pero también plantean retos de seguridad. ¿Qué estrategias específicas se implementarán para garantizar la seguridad este año?
Nuestro objetivo —para mí, casi una obsesión— es que Tudela sea una ciudad segura todo el año y no solo en fiestas. La seguridad es algo que no se improvisa; por eso es fundamental la prevención. Trabajamos a diario en diferentes planes de acción y prevención con equipos profesionales altamente cualificados de la Policía Local y del resto de Cuerpos de Seguridad, sin olvidar, por supuesto, el soporte imprescindible de los voluntarios de Protección Civil, Bomberos, Cruz Roja, brigadas municipales… En los días previos a la fiesta, mantenemos reuniones en el Centro de Coordinación Operativa de Tudela (CECOPAL) y convocamos la Junta Local de Seguridad para repasar los últimos detalles. Son equipos permanentemente coordinados, sincronizados como un reloj, que cuentan con refuerzos técnicos y logísticos, que se refuerzan el día del cohete y durante la celebración de los actos de mayor afluencia, como los conciertos o los encierros, en los que se intensifican los controles con el soporte de patrullajes conjuntos, cámaras de vigilancia y drones.
¿Cómo está trabajando el Ayuntamiento para maximizar el impacto económico de las fiestas, especialmente para el comercio y la hostelería de Tudela?
La partida que el Ayuntamiento destina a las fiestas de Santa Ana puede contemplarse como un gasto, pero yo prefiero verlo como una inversión, en la medida en que el retorno económico es más que evidente. No solo para la hostelería y el comercio, donde es más fácil de cuantificar, sino para la ciudad en su conjunto.
La imagen que ofrece Tudela durante las fiestas de Santa Ana hace que los tudelanos nos sintamos satisfechos de nuestra identidad y pertenencia a esta ciudad y a Navarra, al comprobar que quienes vienen de fuera casi siempre repiten o buscan nuevas excusas para volver cuanto antes a Tudela. Somos magníficos anfitriones y, en cierto modo, Santa Ana se ha convertido en el mejor escaparate para dar a conocer y potenciar la marca que Tudela tiene ya como ciudad, y que atrae cada vez a más gente, no solo en estas fiestas patronales, sino en otro tipo de eventos como las Fiestas de la Verdura, Inverduras, Semana Santa, las ferias del Stock o del Empleo, las temporadas del Gaztambide o los escenarios navideños, que son ya un referente en toda Navarra del que nos sentimos especialmente orgullosos.
Los encierros y las corridas son parte fundamental de la fiesta, en Navarra y en Tudela. ¿Cómo aborda Tudela este aspecto y cree que se podrían conseguir mejores condiciones para recuperar una feria de máximo interés?
Ponemos todo de nuestra parte para que los espectáculos taurinos estén a la altura de lo que merecen los tudelanos y quienes nos visitan estos días, pero como es lógico tenemos nuestras limitaciones, principalmente por el tamaño y aforo de la plaza. Quizás, ante una mayor demanda, se podrían encarecer los precios de las entradas; pero entonces ya no serían las fiestas populares que todos queremos que sean. En ese sentido, la colaboración público-privada es fundamental, pero siempre desde la responsabilidad que entraña para cualquier ayuntamiento manejar un dinero que no es suyo, cuando son tantas las prioridades en el día a día.
Lo importante es mantener viva la apuesta por unos festejos más que dignos, que forman parte de nuestra cultura y de nuestras raíces. Nadie entendería unas fiestas en Tudela o en Navarra sin encierros ni tardes de toros. Ni siquiera quienes esperan a estar en la oposición para decir que quieren acabar con este tipo de espectáculos —no por lo que la fiesta es, sino por lo que representa—, pero curiosamente no mueven ficha cuando están gobernando.
Tudela ha superado ya los 38.000 habitantes, consolidándose como capital de la Ribera. ¿Qué desafíos supone este crecimiento para la ciudad y cómo los está abordando el Ayuntamiento?
Lo cierto es que sí: tenemos ya más habitantes que algunas capitales de provincia españolas como Teruel y casi tantos como Soria. Somos una ciudad de tamaño medio, que no necesita ser una ciudad grande para ser una gran ciudad. Tudela es la segunda ciudad de Navarra por número de habitantes, pero eso no significa que se nos pueda tratar como a ciudadanos de segunda, como está haciendo el Gobierno de María Chivite, castigando a la Ribera por no haber votado al PSN, con recortes inadmisibles en la atención sanitaria o eligiendo nuestro municipio como destinatario de una planta de lodos y biogás, con los riesgos que ello entraña, a partir del tratamiento de los fangos que generan las depuradoras de aguas residuales de casi la mitad de la población navarra. Nos hemos opuesto frontalmente y llegaremos donde haga falta para evitarlo.
Los desafíos no son pocos. Estamos inmersos en un proceso de transformación para convertir Tudela en un referente de ciudad, capaz de poner a las personas en el centro de todo, con criterios claros de sostenibilidad económica, social y medioambiental.
Siempre digo que, tan importante como soñar, es saber mantener los pies en el suelo. Tudela está creciendo con la llegada de muchos migrantes a los que recibimos con los brazos abiertos, siempre que vengan con la intención —lo es en la inmensa mayoría de los casos— de integrarse, convivir desde el respeto mutuo y ser uno más entre nosotros. A mí me gusta pensar que todo el que viene a Tudela, ya es Tudela. Pero tan importante como acoger a los que vienen de fuera es evitar que se vayan quienes han nacido aquí, ya sea por falta de servicios o de oportunidades.
Por eso hay que crear un ecosistema en el que se puedan desarrollar en libertad los proyectos de vida de las próximas generaciones. Hay que trabajar desde la unidad de acción con ideas, más que con ideologías, mirando al horizonte sin estar excesivamente pendientes del cortoplacismo electoral. Y, por supuesto, mi deseo y el de mi equipo de gobierno es que todo lo que sea bueno para Tudela lo sea también para la Ribera, y por extensión para toda Navarra.
Creo que Tudela, por su ubicación geoestratégica y su potencial logístico e industrial, debe afianzarse como capital de referencia, capaz de vertebrar todo el corredor del Ebro en ese tramo de Ribera que compartimos con La Rioja y Aragón. Para ello es fundamental conseguir la Carta de Capitalidad. No sé qué nos deparará el futuro, pero sí sé que estamos asentando los cimientos para no tenerle miedo.
El proyecto del edificio Sementales es una de sus prioridades. ¿En qué fase se encuentra y cómo se coordinará con el Gobierno de Navarra para su financiación y ejecución?
A mí el proyecto de rehabilitación de Sementales me satisface por muchas razones, pero sobre todo porque es un ejemplo claro de lo beneficioso que es para los ciudadanos el entendimiento y la colaboración entre las distintas administraciones públicas, al margen de sus sesgos ideológicos. ¡Ojalá fuera siempre así!
La conversión del viejo edificio en espacio cultural referente para toda Navarra, con un amplio auditorio y salas de exposiciones, dio un paso definitivo en octubre de 2024, tras varios años de bloqueo, con la colaboración de Rafael Moneo. Tras el acuerdo alcanzado entre el Ayuntamiento de Tudela y el Gobierno de Navarra para desbloquear el tema, yo me atrevo a decir que no tiene vuelta atrás.
Tras la reforma del Paseo Pamplona, el corredor verde del Paseo del Prado y la calle Muro, la rehabilitación de Sementales es la pieza que falta para completar el proceso de transformación urbanística más importante que ha experimentado Tudela en los últimos años.
La modernización de Tudela ha incluido proyectos como la calle Muro, el estadio Nelson Mandela y el transporte urbano sostenible. ¿Cuáles son las próximas obras clave para 2025 y 2026?
Está ya en marcha la reforma de la calle Manresa para adecuar el entorno del centro de salud de Santa Ana, que incluye un ascensor para sortear las escaleras desde la avenida de Zaragoza. Las nuevas piscinas municipales en la avenida del Narangel son otro de los proyectos más esperados por los tudelanos y serán una realidad en 2027.
Sin olvidar otros planes, como la restauración de San Nicolás, la adecuación del entorno de La Mejana y la implementación de carriles bici en la ciudad.
Además de haber homologado en el Nelson Mandela el campo de atletismo y el de rugby, estamos ejecutando el plan de inversiones para mejorar otras instalaciones deportivas y poner en marcha el frontón abierto en las nuevas piscinas.
¿Qué planes tiene para potenciar el campus de la UPNA como motor de desarrollo de la Ribera? ¿Cree que el Gobierno de Navarra apuesta por ello?
Nuestra apuesta por potenciar y mejorar el campus ha sido siempre firme y el compromiso, muy claro. No es este Ayuntamiento el que ha estado arrastrando los pies.
Cierto es que perdimos una oportunidad histórica cuando el Gobierno de Navarra no apostó por Tudela para traer ese tercer grado de Ciencias del Deporte. Sí me satisface que, tras el acuerdo alcanzado entre el Ayuntamiento y el Gobierno de Navarra, el Consejo Social de la Universidad Pública de Navarra haya cerrado ya el círculo, dejando el camino despejado para construir el nuevo Centro Integrado Polivalente de Formación Profesional ETI en distintas materias.
Necesitamos arraigo y presencia de una oferta formativa que se adecúe a la demanda en el entorno de la Ribera, porque somos conscientes del vivero que suponen este tipo de centros a la hora de captar y materializar el talento de los más jóvenes, evitando que este se vaya fuera para no volver en la mayoría de los casos.
La propuesta de una nueva estación intermodal en Tudela es un proyecto estratégico. ¿Qué beneficios espera que aporte a la ciudad y cómo está abordando las discrepancias con el Gobierno de Navarra?
La verdad es que, más allá de apelar al sentido común y hacer oír nuestra voz, el margen de maniobra del Ayuntamiento es escaso, porque la competencia la tiene un Ministerio de Transportes en sintonía, como es de suponer, con el Gobierno de Navarra. Pero no nos vamos a cansar de insistir en el error histórico que supondría mantener la futura estación en su ubicación actual.
Tenemos una oportunidad única, aprovechando la llegada de la alta velocidad, para acabar con la cicatriz ferroviaria que divide Tudela en dos y eliminar las molestias y riesgos que supone el caos circulatorio y el paso de los trenes de mercancías por el centro de la ciudad.
Nuestra propuesta de erigir una nueva estación entre el hospital y la ETI es mucho más razonable y sensata, desde un punto de vista práctico y logístico, para una ágil conexión con el centro de Tudela y con otras vías rápidas de comunicación con los municipios vecinos de Navarra, La Rioja y Aragón.
Creemos que la estación no debe ser, como hasta ahora, la estación Tudela de Navarra, sino la estación Tudela-Ribera de Navarra. Y vamos a pelear hasta el final para que así sea. Todavía hay margen.
La revitalización del Casco Antiguo, con fibra óptica y nuevas ordenanzas, ha sido un logro. ¿Qué planes hay para seguir atrayendo turismo y comercio a esta zona?
Tuvimos claro que la fibra óptica, la banda ancha, la cobertura de telefonía móvil, internet y otros servicios relacionados con las nuevas tecnologías no podían ser patrimonio exclusivo de las zonas residenciales más modernas de la ciudad o de los polígonos industriales. La revitalización del Casco Antiguo no podía consistir solo en adecentar calles y fachadas o renovar infraestructuras.
Facilitar el acceso a esas tecnologías, adaptando las ordenanzas en aspectos como los requisitos mínimos de velocidad para conexión a internet, ha sido ante todo una apuesta para asentar población, un factor previo y determinante para poder activar otras mejoras, como la renovación de la señalética en diferentes puntos de la ciudad.
Pensando en potenciar el comercio y el turismo, hemos tratado de adaptarnos a los nuevos modos en que los visitantes interactúan dentro de sus destinos turísticos, poniendo a su disposición herramientas digitales para ofrecer información relevante, individual y personalizada a través de su dispositivo móvil.
Permítame el juego de palabras, pero si decimos que visitar Tudela es siempre una decisión inteligente, qué menos que hacer que la ciudad también lo sea.
Como vicepresidente de UPN, ¿cómo ve el futuro de la formación tras la moción de censura en Pamplona en 2023 y de cara a las elecciones de 2027? ¿Puede ser usted una cara visible en las próximas elecciones forales?
Le aseguro que en estos momentos me preocupa mucho más el futuro de Navarra y el de España. UPN goza de muy buena salud; es un partido con una magnífica militancia, que cuenta además con un enorme respaldo social y un gran arraigo en la Comunidad Foral, capaz de superar, aunque duelan, canalladas como la que perpetró el PSN en el Ayuntamiento de Pamplona, quitándole la alcaldía a Cristina Ibarrola para dársela a EH Bildu.
Pensábamos que solo era el pago al apoyo a los abertzales por entronizar nuevamente a Sánchez, pero hemos visto que el tema iba mucho más allá. Otegi era el amigo de Antxón; el que acabó siendo socio de Santos Cerdán y de Koldo, para abrir la puerta de par en par a presuntas mordidas, brillantemente desenmascaradas por la UCO. Al final, Pamplona y Navarra han acabado siendo la vergonzosa moneda de cambio que el PSN ha pagado a gusto, en una hedionda trama de corrupción para enriquecer a unos cuantos y mantener a Sánchez en el poder a toda costa.
Ni siquiera han dudado en aliarse para un fin tan perverso con quienes llevan años tratando de arrebatar la identidad y la dignidad de sus propios paisanos.
Estoy absolutamente convencido de que los navarros sabrán castigarles en las urnas como merecen en 2027, aunque ojalá sea antes.
¿Y usted, en 2027?
En 2027 apoyaré a muerte a mi partido y estaré donde los afiliados me necesiten, como he hecho siempre, para que UPN recupere cuanto antes el Gobierno de la Comunidad Foral, el Ayuntamiento de Pamplona y otros ayuntamientos, con el claro objetivo de vertebrar Navarra y devolver a los navarros la dignidad arrebatada por Cerdán, Chivite y el resto de sus cómplices. Eso es ahora mismo lo prioritario.
¿Le preocupa la debilidad del Gobierno de Navarra y de Chivite tras las noticias que señalan que Cerdán, máximo líder del PSN, era el jefe de un entramado criminal dedicado a manipular contratos de obras para conseguir mordidas?
Lo que sea del PSN y sus cómplices no me preocupa en absoluto, porque se han ganado a pulso todo lo malo que les depare el futuro a nivel político. Pero sí me preocupa, como navarro, la agonía —más que la debilidad— del Gobierno foral y también del Gobierno de España.
Estamos viendo cómo el pacto de las izquierdas, nacionalistas y abertzales ha traído consigo el descrédito de las instituciones y ha arrastrado por el barro la credibilidad y la imagen de una comunidad como Navarra, que hasta hace no mucho despertaba admiración e incluso cierta envidia por su enorme potencial económico, su nivel de autogobierno y la calidad de vida de sus habitantes.
Ahora estamos viendo cómo las empresas se van o no quieren venir, y se te encoge el corazón cuando desde la distancia cualquier amigo o familiar te dice que qué pena lo de Navarra.
Tenemos un gobierno zombi, con una presidenta zombi, que por fin todo el mundo sabe que nunca lo fue, porque el verdadero presidente en la sombra ha sido siempre Santos Cerdán, dispuesto —como hemos visto— a dejarse querer por personajes como Otegi, ahora sabemos a cambio de qué.
El consejero de Salud, Fernando Domínguez, niega que haya "recortes" en el Hospital Reina Sofía, atribuyendo las carencias a cuestiones organizativas y falta de profesionales. ¿Qué opina de esta respuesta?
Yo le pediría al consejero que, si no tiene una buena excusa, se ahorre la mala y que al menos no mienta ni nos tome por tontos. Lo que está haciendo el Gobierno de Navarra, no solo en el Hospital de Tudela, es desmantelar por entregas la atención sanitaria de la Ribera.
Tras los recortes en Radiología, en el servicio de Pediatría del centro de salud de Santa Ana o la eliminación del Grupo de Dolor en el área de Salud Mental, ahora le toca el turno a la UCI del hospital que presta servicio a toda la Ribera, donde cierran dos de las cinco camas disponibles.
Una vez más tratan de ocultar una realidad, que pasa por la falta de contratación de personal, con argumentos tan peregrinos como que en verano baja la presión asistencial, como si no hubiese habido antes otros veranos en los que nunca se cerraron camas de UCI.
El desprecio del Gobierno de Chivite hacia la Ribera es tan humillante e intolerable como el silencio cómplice del PSN de Tudela y Contigo, que por mucho menos habrían sacado ya las batas blancas a la calle y habrían rodeado el hospital si el Gobierno foral hubiera sido otro.
La indignación es mayor si cabe, cuando haces un rápido cálculo mental y ves que solo el sobrecoste de las obras de Belate daría para mantener y dotar de personal a la UCI y al servicio de Radiología del Hospital de Tudela durante unos cuantos años.
La Carta de Capitalidad para Tudela sigue siendo un objetivo para usted. ¿Cree que es viable y qué pasos concretos está dando para lograrlo?
Lo he apuntado antes. Es viable, es necesaria y es una reivindicación a la que tenemos derecho.
No deja de ser un sinsentido —casi diría una ironía— que todo el mundo reconozca que Tudela es la capital política, económica, judicial y administrativa de la Ribera, donde vivimos el 15 % de la población navarra, y después se nos niegue una Carta de Capitalidad, con la que lo único que pretendemos es que se nos conceda el estatus que se corresponde con esa realidad, para hacer frente a las responsabilidades y los servicios que asumimos, más allá de nuestras competencias.
Tenemos una importante población flotante de personas que no viven en Tudela, pero trabajan aquí, nos visitan o están de paso. Existe un claro sobrecoste por el uso de los servicios e infraestructuras municipales, que acaban pagando los tudelanos residentes, lo cual no es justo; menos aún cuando se puede evitar.
Tudela debe ser la capital, con mayúscula, de la Ribera, con todo lo que ello conlleva. Vamos a seguir batallando para dar estatus jurídico —por la vía del derecho— a lo que para todo el mundo es un hecho. La legislación foral nos lo permite y, si no lo conseguimos con este Gobierno, será con el siguiente. Pero no renunciaremos a una reivindicación justa y por supuesto factible, que redundará en beneficio de toda la Ribera y de la Merindad, en la medida en que tendremos un respaldo legal y financiero para compartir infraestructuras, bienes y servicios, para seguir creciendo y consolidando nuestro potencial en el Ebro y competir así en mejores condiciones, más unidos y cohesionados, con los corredores de Zaragoza y Logroño.
En el ecuador de la legislatura 2023-2027, ¿cuál es el logro del que se siente más orgulloso y qué retos principales quedan por delante para Tudela?
Bueno, yo creo que los logros y objetivos han quedado bastante claros en esta entrevista, pero si tengo que destacar uno, le diré que no estoy tan orgulloso de lo mucho que hemos avanzado como del magnífico equipo de profesionales que tengo la suerte de coordinar y dirigir como alcalde en el grupo municipal de UPN en el Ayuntamiento de Tudela. Habrá personas con la misma entrega, ilusión y capacidad de trabajo, pero le aseguro que no más.
La “Tudelamorfosis”, ese gran proyecto de transformación de la ciudad, que va mucho más allá de cambios estéticos o reformas coyunturales, está ya en marcha y es imparable. En ese apasionante reto, cada vez más visible, vamos a seguir trabajando. Mi deseo es que sea, como hasta ahora, con el apoyo y la confianza de la gran mayoría de los tudelanos, de quienes no puedo sentirme más orgulloso como alcalde.