Imagina estar en la cola del supermercado, sacar el monedero y descubrir que una moneda de 2 euros aparentemente normal podría valer más que unas vacaciones en el Caribe. Parece un mito, pero no lo es: en circulación existen piezas conmemorativas y ejemplares con errores de acuñación que se han convertido en auténticas joyas para los coleccionistas.
El secreto de su valor está en la rareza, los fallos de fabricación y el tirón del mercado numismático. Países pequeños como Mónaco o el Vaticano emiten tiradas muy limitadas, a veces de apenas unos miles de ejemplares. Cuando una de estas monedas aparece en eBay o en una subasta especializada, el precio se dispara. Eso sí, no todas las conmemorativas son oro: la mayoría apenas alcanzan entre 5 y 20 euros por encima de su valor facial.
Entre las más buscadas, sobresale la considerada la reina de las monedas: la de Grace Kelly de Mónaco (2007). Con solo 20.000 ejemplares en circulación, hoy puede alcanzar hasta 2.750 euros en subastas internacionales. También destaca el error de la moneda de Lituania (2021) dedicada a la reserva de Žuvintas: un fallo en la inscripción del borde la ha convertido en pieza de culto, con ventas cercanas a los 2.000 euros.
Otra joya es la de la Fundación de Mónaco (2015), con la Roca como protagonista. Apenas 10.000 unidades que hoy se pagan hasta en 1.500 euros. Más reciente, la novedad de 2025: la moneda monegasca del Condado de Carladès, con solo 15.000 acuñaciones, ya ha multiplicado su precio inicial y se revende por más de 400 euros en portales de coleccionismo.
España también tiene un lugar en este ranking. La pieza de Don Quijote (2005) conmemora el IV Centenario de la obra de Cervantes. Aunque su tirada fue de 8 millones, ejemplares en estado perfecto pueden llegar a los 20 euros, y algunos coleccionistas han llegado a pedir hasta 1.600, aunque sin demasiado éxito.
Entre las menciones especiales aparecen la moneda del Vaticano (2005) dedicada al Día Mundial de la Juventud, que se cotiza en torno a los 400 euros, o la de San Marino (2004) en honor a Bartolomeo Borghesi, que se paga entre 150 y 200 euros. Y atención a la nueva española de 2025, que homenajea al Convento de San Esteban de Salamanca: recién salida y ya en el radar de los expertos.
Los especialistas recomiendan revisar con calma las monedas del bolsillo: fijarse en el país, el año de emisión y las inscripciones del canto puede marcar la diferencia. Para comprobar su autenticidad y valor real, lo mejor es acudir a casas de subastas reconocidas o plataformas de referencia como Catawiki o Foronum.
Quizás la próxima moneda de 2 euros que uses para pagar el pan sea el inicio de un pequeño tesoro.