San Fermín también es gastronomía. Más allá de los encierros y la fiesta en la calle, los almuerzos de ajoarriero o huevos con chistorra, los bocatas de magras con tomate o los fritos variados en los bares del Casco Viejo forman parte de un ritual que se repite cada día.
A mediodía, muchos pamploneses hacen parada obligada para disfrutar del vermú, uno de los momentos más sabrosos y sociales de estas fiestas. En este contexto, ha ganado especial relevancia una bebida que atrae cada día a más personas, tanto pamploneses como visitantes.
Se trata del sorbete de la sociedad gastronómica Gazteluleku, situada en la calle San Francisco de Pamplona. Esta bebida solo aparece durante San Fermín y, sin anunciarse ni hacer ruido, se ha convertido ya en tradición.
Cada año, muchas personas hacen cola para probarla, muchos de ellos conscientes de que solo podrán disfrutarla durante esos nueve días de julio. Pero, aun así, no deja indiferente a nadie.
Se trata de un sorbete artesanal a base de helado de limón y cava, servido bien frío y en jarras, que refresca, alegra y no empalaga. La clave está en el equilibrio: ni muy líquido ni demasiado espeso. La receta exacta no ha salido nunca de la cocina de quienes la elaboran.
Lo que sí se sabe es que esta sociedad gastronómica de Pamplona elabora con mimo una bebida que solo se sirve durante las fiestas y en cantidades que, aun siendo enormes, se agotan cada día.
Este sorbete se ha convertido en una tradición más de los Sanfermines. Para muchos pamploneses, no hay menú completo si no está acompañado por esta bebida que solo se puede probar una vez al año y que, sin duda, deja ganas de volver.
