Este viernes 11 de julio se correrá el quinto encierro de los Sanfermines 2025 con toros de Jandilla. La ganadería extremeña vuelve a Pamplona con una historia que impone respeto y que, pese a haber suavizado su imagen en los últimos años, sigue generando expectación entre corredores y aficionados.
Jandilla es ya un clásico del encierro de San Fermín. Debutó el 14 de julio de 1983, pero no repitió hasta 1997. Desde entonces solo ha faltado tres años —2011, 2012 y 2013— y ha sumado un total de 23 participaciones. De todas las ganaderías que corrieron aquel primer año, solo repiten hoy Jandilla y Miura. Las demás —Pablo Romero, Julio Aguirre, Albaserrada, Los Guateles, Marqués de Domecq y Celestino Cuadri— han quedado atrás.
Durante mucho tiempo, los toros de Jandilla fueron temidos por su peligrosidad. Su historial de cornadas lo confirma: 33 heridos por asta en 23 encierros, una media de 1,43 por carrera. Es la segunda ganadería más lesiva entre las que han corrido más de 15 veces en San Fermín, solo superada por Cebada Gago, con una media de 1,79. En su primera etapa, entre 1983 y 2001, apenas dejaron un herido. Pero entre 2002 y 2010 todo cambió: provocaron 26 cornadas, el 78 % del total que acumulan.
Desde 2014, sin embargo, la estadística se ha moderado. En las nueve carreras que han protagonizado desde entonces, solo se han contabilizado seis corneados. Un giro que ha contribuido a rebajar esa imagen temida que arrastraban durante la década de los 2000.
El otro gran titular de Jandilla en los últimos años es la velocidad. Si en sus 17 primeras participaciones solo bajaron en dos ocasiones de los 2 minutos y 25 segundos, desde 2017 lo han conseguido siempre. La racha es clara: 2’12 en 2017, 2’24 en 2018, 2’17 en 2019, 2’13 en 2022, 2’21 en 2023 y 2’16 en 2024. Son la única ganadería que ha encadenado seis años consecutivos por debajo de ese tiempo. Su media histórica es de 3 minutos y 2 segundos, pero el perfil ha cambiado: hoy corren rápido, muy rápido.
En cuanto a su relación con el 11 de julio, las estadísticas invitan a cierto optimismo. Las últimas cuatro veces que Jandilla ha corrido en esta fecha no ha habido heridos por asta. Su peor registro, sin embargo, también se dio un 11 de julio: fue en 2005, con una carrera muy peligrosa que dejó cuatro corneados y se alargó hasta los 5 minutos y 33 segundos.
Hay un dato que refuerza esa imagen de jornada relativamente segura. En las últimas 11 ediciones del encierro del 11 de julio, solo se han registrado ocho cornadas. Siete de ellas se concentraron en dos carreras muy concretas: una con toros de José Escolar y otra con Cebada Gago. Además, el 11 de julio es, junto al 14, uno de los dos únicos días de las fiestas en los que nunca se ha registrado un fallecido en toda la historia del encierro de Pamplona.
En esta misma fecha también se han vivido momentos memorables. El 11 de julio de 1997, un toro de Jandilla llamado Huraño completó el recorrido en solo 1 minuto y 43 segundos. Han pasado casi tres décadas y ningún toro ha sido capaz de batir ese récord de velocidad, ni siquiera con el asfalto mejorado o la experiencia de los cabestros modernos.
No todos los recuerdos son buenos. Hace justo 40 años, el 11 de julio de 1985, un toro del Marqués de Domecq llamado Acordeón se quedó rezagado en la calle Estafeta y sembró el caos durante todo el recorrido. Hubo cuatro corredores corneados en una carrera interminable que duró 7 minutos y 24 segundos. Fue el encierro más duro de la historia de esa ganadería, que no ha vuelto a pisar Pamplona desde 2007.
Este viernes, los toros de Jandilla volverán a probarse con los mozos en el recorrido de Pamplona. Ya no es la ganadería más temida, pero tampoco es inofensiva. Más rápida, algo más noble, pero con un historial que no permite bajar la guardia. Cada vez que suena el cohete, todo puede pasar. Y los toros de Jandilla lo saben.