La Mancomunidad de la Comarca de Pamplona ha perdido el control del bolseo. El sistema de recogida de basura que debía mejorar la limpieza urbana ha surtido el efecto contrario y, desde la implantación de los contenedores inteligentes, que requieren una tarjeta para abrirse, cada día aparecen centenares de bolsas, desperdicios y objetos voluminosos amontonados en la vía pública.
La situación es especialmente alarmante cuando sucede a las puertas de un colegio público, donde este jueves se acumulaban docenas de bolsas de basura, cristales rotos e incluso dos sofás junto a los contenedores. Este mismo centro escolar ya había sufrido hace unos meses problemas por la presencia de ratas en las aulas, lo que agrava la preocupación de las familias.
El nuevo sistema fue impulsado por la Mancomunidad, presidida por David Campión, con el respaldo de los independientes y EH Bildu, pese a las advertencias de otros grupos políticos que se opusieron a su implantación. Ya entonces alertaron de que obstaculizar el depósito de residuos iba a provocar un aumento del vertido incontrolado de basura fuera de los cubos, justo lo que ahora está ocurriendo.
Los contenedores inteligentes solo pueden abrirse mediante una tarjeta individual, un sistema que muchos vecinos consideran incómodo y poco práctico. “Es más fácil dejar la bolsa en el suelo que andar buscando la tarjeta”, se escucha con frecuencia en las calles. El resultado es un panorama de insalubridad, con ratas, olores y focos de infección en diversos puntos de la ciudad.
La Mancomunidad aseguró que sancionaría a quienes no depositaran la basura correctamente, utilizando para ello los datos recogidos por el lector de tarjetas de los contenedores. Sin embargo, la Agencia Española de Protección de Datos abrió expediente al organismo por vulnerar la privacidad de los ciudadanos, imponiéndole dos sanciones muy graves, una grave y una leve.
Mientras tanto, la acumulación de basura sigue creciendo en muchos barrios y los vecinos reclaman una solución inmediata. Las imágenes de residuos amontonados, muebles abandonados y bolsas rotas son ya una estampa diaria en varias zonas de la Comarca de Pamplona, que sufre las consecuencias de un sistema que, lejos de mejorar la limpieza, ha disparado el problema del bolseo.
