SOCIEDAD
El estudio de la Clínica Universidad de Navarra que mejora el tratamiento contra un cáncer
El Dr. Antonio González, director del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra, ha participado en un estudio internacional.

Un estudio internacional en el que ha participado el Dr. Antonio González, director del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra (CCUN), ha revelado que las pacientes con cáncer de ovario avanzado tratadas con niraparib y que además toman estatinas para el control del colesterol presentan una mayor supervivencia libre de enfermedad. Los resultados han sido publicados en la revista científica Cancer Research Communications.
El niraparib es un medicamento inhibidor de PARP que actúa bloqueando la acción de ciertas enzimas en las células tumorales, impidiendo que se reparen y promoviendo así su destrucción.
Se utiliza como tratamiento de mantenimiento tras la quimioterapia de primera línea en mujeres con cáncer de ovario, con el objetivo de prolongar el tiempo sin progresión de la enfermedad.
“En este análisis retrospectivo hemos visto que las pacientes que tomaban niraparib junto con estatinas obtenían una supervivencia mayor que aquellas que solo tomaban estatinas y formaban parte del grupo de control. Incluso, los resultados eran mejores que los de la población general tratada con niraparib en otros estudios. Pensamos que puede haber un efecto sinérgico entre ambos fármacos”, ha destacado el Dr. González.
El hallazgo ha abierto una nueva vía de investigación sobre la posible relación entre el metabolismo lipídico y la resistencia al tratamiento. “No podemos descartar que exista una interacción entre el metabolismo de las grasas y una mayor agresividad del cáncer de ovario o su respuesta al tratamiento”, ha explicado el especialista.
En esta línea, el Dr. González, junto con la Dra. Beatriz Tavira, trabaja desde el Grupo de Investigación en Oncología Traslacional del Cima Universidad de Navarra en un proyecto para identificar los mecanismos moleculares implicados y desarrollar biomarcadores de resistencia a los inhibidores de PARP.
“Hemos desarrollado líneas celulares con resistencia al niraparib, en las que hemos observado que el metabolismo de las grasas está sobrerregulado. Esta hipótesis parece coincidir con los datos clínicos del estudio, y ahora queremos probarla en modelos biológicos in vitro para entender si existe realmente esa interacción y si es posible revertir la resistencia al tratamiento”, ha añadido el Dr. González.
Este avance refuerza la importancia de seguir investigando las interacciones entre tratamientos oncológicos y otras medicaciones habituales, como las estatinas, que podrían tener un papel clave en mejorar la respuesta terapéutica en determinados tipos de cáncer.