SOCIEDAD
El médico de la Clínica Universidad de Navarra que revela cómo afrontar una enfermedad común sin síntomas
Destaca la importancia de la detección temprana de esta enfermedad para estabilizarla.

Un grupo internacional de hepatólogos, entre los que participa el Dr. Miguel Sogbe, especialista de la Clínica Universidad de Navarra, ha publicado una investigación que refuerza la necesidad de fomentar el ejercicio físico como parte fundamental del tratamiento en pacientes con fibrosis hepática en fase inicial, especialmente cuando está vinculada a trastornos metabólicos como la obesidad o la diabetes tipo 2.
La fibrosis hepática es una patología progresiva caracterizada por la acumulación de tejido cicatricial en el hígado y, aunque suele pasar desapercibida en sus primeras fases, puede derivar en complicaciones graves como la cirrosis.
En este estudio, cuyos resultados se han publicado en la revista científica Digestive Diseases and Sciences, los investigadores evaluaron a pacientes reclutados en varios hospitales de Estados Unidos mediante pruebas de ejercicio cardiopulmonar.
Los datos revelan una conclusión preocupante: en etapas avanzadas de la enfermedad hepática grasa, la capacidad cardiorrespiratoria de los pacientes se reduce en más de un 45%, lo que no solo limita su tolerancia al ejercicio, sino que también empeora el pronóstico general.
“El deterioro de la capacidad aeróbica compromete la calidad de vida y puede condicionar negativamente la evolución clínica”, explica el Dr. Sogbe, quien insiste en que el entrenamiento físico temprano, combinado con una dieta personalizada, debe convertirse en un pilar esencial del tratamiento en las fases iniciales de la enfermedad.
La investigación también destaca la importancia de la detección precoz, ya que la fibrosis hepática no presenta síntomas evidentes al principio. Normalmente se diagnostica tras pruebas motivadas por factores de riesgo como el exceso de peso, el consumo habitual de alcohol o enfermedades metabólicas.
Además, los especialistas subrayan que mantener una buena condición física se asocia con mejores resultados en pacientes que se someten a un trasplante hepático. Esta capacidad puede marcar la diferencia tanto en la evolución del paciente como en el éxito del procedimiento.
Según la Asociación Española para el Estudio del Hígado, en España se detectan cada año casi 2.000 casos de fibrosis avanzada vinculados al hígado graso, una cifra que podría seguir aumentando. De hecho, las previsiones apuntan a que, en 2030, la enfermedad hepática metabólica será la principal causa de cirrosis en todo el mundo.
El mensaje de los expertos es claro: la intervención temprana y el ejercicio adaptado son clave para frenar la progresión de una enfermedad silenciosa, pero cada vez más común.