En una pequeña localidad de la comarca navarra de la Ribera Arga-Aragón, el tiempo se detiene durante un día para recordar cómo se vivía y trabajaba hace más de medio siglo.
Miranda de Arga se prepara para acoger una nueva edición de su Día del Mundo Rural, una jornada singular que homenajea los oficios y labores tradicionales que durante generaciones marcaron el ritmo de vida de sus vecinos.
La cita será el 15 de junio de 2025 y supondrá una nueva edición de esta fiesta local, que hasta hace poco se celebraba en julio pero que ha adelantado su calendario al mes de junio.
La jornada invita a sumergirse en la historia viva de esta localidad de unos 900 habitantes, perteneciente a la Merindad de Olite, donde el saber agrario y los oficios manuales todavía laten en la memoria colectiva.
Desde las 10 de la mañana, Miranda abre sus puertas con una programación que arranca con la Apertura de la Fiesta del Mundo Rural.
Uno de los momentos más esperados es la exhibición de siega a mano y la demostración de los layadores en la Era, un espacio en el que también se expone una cuidada colección de máquinas y aperos agrícolas antiguos, algunos de ellos aún en funcionamiento, como viejas trilladoras y tractores que han desafiado el paso del tiempo.
La fiesta continúa con demostraciones de labores agrícolas tradicionales, que se realizan con caballerías y bueyes, y culmina en el centro del pueblo con una amplia muestra de oficios antiguos: herradores, esparteros, sogueros, alpargateros, trenzadoras de ajo, bolilleras, tostoneras o talladores de piedra muestran en vivo su saber hacer, distribuidos por las calles del casco viejo de Miranda.
Como complemento a la jornada, los asistentes pueden visitar la Exposición Permanente de herramientas y participar en una visita artística y cultural por el pueblo, acompañados por animación teatral callejera y los gigantes de la localidad.
El Día del Mundo Rural en Miranda de Arga se celebra desde el año 2000, impulsado por el Ayuntamiento en colaboración con el Consorcio de la Zona Media, con el objetivo de poner en valor los trabajos tradicionales del campo y del hogar. Gracias a la implicación de los vecinos y la conservación de herramientas y maquinaria antigua, la fiesta ha sabido mantener vivo el espíritu de los antiguos oficios rurales.
Además, quienes se acerquen a la zona pueden aprovechar para conocer otros enclaves de interés cercanos, como el Castillo de Olite o el Cerco de Artajona, y disfrutar de la gastronomía local en los restaurantes y alojamientos de la zona. Una jornada perfecta para redescubrir el pasado en un entorno rural con mucho que contar.