Los sindicatos ELA, LAB y CGT han convocado una jornada de huelga en Volkswagen Navarra para el próximo lunes 28 de abril, coincidiendo con el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, como protesta por el nuevo gancho o transportador implantado en las líneas de montaje.
Según denuncian, su introducción ha supuesto un deterioro de las condiciones de trabajo, especialmente en lo que respecta a riesgos posturales y ergonómicos.
Los sindicatos critican que este nuevo sistema, pensado inicialmente para el montaje de vehículos eléctricos, se está aplicando también en la fabricación de coches de combustión, pese a que el contexto industrial ha cambiado y ambos tipos de producción convivirán más tiempo del previsto.
En su opinión, el alargamiento de la vida de modelos como el Taigo o el T-Cross ha hecho que el impacto del nuevo gancho sea mayor del esperado.
Como parte de las movilizaciones, las secciones sindicales han convocado una concentración el próximo jueves 24 de abril, a las 11 horas, frente a la puerta principal de la fábrica (puerta de chapa), a la que invitan a sumarse a toda la plantilla que lo desee.
En un comunicado conjunto, ELA, LAB y CGT aseguran que han estado haciendo un seguimiento detallado de la implantación del nuevo gancho y han recogido las experiencias de los trabajadores afectados.
Según explican, han elaborado un informe comparativo sobre el impacto ergonómico de los distintos sistemas, y lo han compartido con el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN), cuyos técnicos, según los sindicatos, “se sorprendieron de las posturas forzadas y penosas que deben adoptar los operarios en algunas fases”.
Los sindicatos aseguran que han solicitado sin éxito una reunión con el Departamento de Prevención de Volkswagen Navarra desde el pasado 31 de marzo, para conocer el método de evaluación de riesgos aplicado y poder contrastarlo con el ISPLN.
ELA, LAB y CGT acusan a UGT y CCOO de haber firmado un acuerdo insuficiente con la dirección de la planta, en el que se introducían los denominados “pulpos” (transportadores de montaje) sin tener en cuenta el impacto real en la plantilla. “Las medidas pactadas no están sirviendo para atenuar el malestar ni el descontento”, denuncian, y añaden que la empresa ha rechazado invertir más para mejorar la situación.
En este contexto, los tres sindicatos han creado un grupo de trabajo interno para analizar el impacto del nuevo sistema y reclamar que se realice una evaluación completa de riesgos, que contemple todas las afecciones posibles en columna, cervicales, extremidades y demás zonas expuestas a posturas forzadas.
“Queremos explorar otras alternativas al nuevo gancho para que las condiciones laborales mejoren”, han afirmado. Con la huelga del 28 de abril, ELA, LAB y CGT quieren visibilizar su rechazo y exigir medidas urgentes para proteger la salud de la plantilla.
