El pamplonés Iñaki Ániz Legarra de 54 años, entrenador nacional de balonmano, descansa en su domicilio de la capital navarra después de regresar de Qatar en febrero tras terminar su contrato con la selección árabe.
Iñaki Ániz ha entrenado al Anaitasuna en dos ocasiones, en la temporada 2014-15 clasificándole para jugar competición europea por primera vez en su historia, y de 2018 hasta abril de 2020 en la División de Honor.
El entrenador navarro aprovechó la llamada de la selección de Qatar, dirigida por Valero Ribera, para formar parte del cuerpo técnico como entrenador ayudante. Desde julio de 2022 a febrero de 2023. Siete meses intensos con la participación de Qatar en el Mundial de balonmano, donde España terminó con la medalla de bronce.
Surgió esta posibilidad casi por sorpresa y de repente: "El día de San Fermín, el 6 de julio de 2022, me llama Ricard Franch, el segundo de Valero, para saber si quería ir para allí. El 10 de agosto ya estaba en Qatar. He estado hasta acabar el Mundial de balonmano el 31 de enero", según Iñaki Ániz.
Básicamente el técnico navarro hacía los calentamientos tanto físicos como técnicos y estaba con Valero Ribera en la pista: "He estado todos los entrenamientos para hacer lo que me decía: llevar el tiempo, coger los extremos, lo que me dijera... He estado con él en toda la preparación en la pista. Siete meses".
"No voy a volver en principio porque quieren un perfil más de preparador físico. Han acabado muy contentos por lo que me han dicho. Me llevo muy bien con ellos pero prefieren otro perfil porque creen que el equipo necesita otra cosa. Ha sido una experiencia extraordinaria para mí. Es algo impagable sentarme en el banquillo de un Mundial con Valero Ribera", explica Iñaki Ániz.
Ahora está a la espera de alguna oferta: "Estar en el Mundial es un poco escaparate sobre todo para el mercado asiático, más que para España. El tiempo dirá. Estoy abierto a lo que pueda surgir si es un proyecto deportivo interesante y que económicamente sea rentable".
En cuanto a Qatar y su cultura como país, ha señalado: "Creo que como en todo hay mucha idea preconcebida. Lo que puedo decir es que la gente vaya allí, los conozca y saque sus propias conclusiones. Mi experiencia ha sido buena".
"El Mundial de fútbol por ejemplo ha sido una experiencia positiva para el país porque se está abriendo bastante y la gente que ha ido no puede poner ni un pero. La vida mia allí es como aquí la de cualquier entrenador. Vivía en un hotel, iba a entrenar, volver, comer, de nuevo a entrenar por la tarde y ya está".
Señala que Doha "es una ciudad mastodóntica con muchos rascacielos donde hay gente con mucho dinero, pero no sabría decir a nivel social. No se percibe allí... Tienen su cultura, su forma de vida. Viven mucho un poco hacia el ocio, hacia el lujo, que a mi me gusta menos, pero es su forma de vida".
Ániz reconoce que también "hay gente de nivel medio". No obstante, cree que "es una experiencia para vivir. Es gente normal con la que puedes hablar. A mi me han tratado muy bien. No puedo decir nada malo de ellos, al revés. Me han tratado muy bien y mi vida allí ha sido igual que aquí en Pamplona".
En cuanto al Mundial de fútbol, ha explicado: "Vi el 7-0 de España a Costa Rica, que fue impresionante, donde nos reunimos los españoles. Estuvo bien. Vi también un Qatar-Senegal (1-3) que Qatar jugó muy bien pese a perder. Hubo un ambiente extraordinario".
En cuanto a la afluencia de aficionados del resto del mundo, destaca: "Mexicanos y argentinos hubo a punta pala. Estaban todo el día en el zoco. Hubo muchos tunecinos también. Fue a lo bestia. Navarros como tal no me encontré, pero sí españoles que estaban trabajando allí".
En cuanto al Anaitasuna, opina sobre el técnico Quique Domínguez: "Me parece muy buen entrenador que está sacando mucho rendimiento al equipo. Está haciendo un buen trabajo. El equipo me gustó en el partido de Copa y al final fue un cara o cruz, pero compitieron bien. Tienen una idea muy clara de jugar".
Sobre la despedida de Carlos Chocarro, leyenda del Anaitasuna, ha indicado: "Es ley de vida. Es y ha sido extraordinario como capitán y como persona. Es padre con 37 años y aunque está a un nivel muy alto, la vida son muchas cosas. Lo más importante es que la decisión la toma él, así que bienvenido a la nueva vida y a seguir para adelante", concluye Iñaki Ániz.
