La madera es el material de construcción del futuro. Es sostenible y regenerable, con un índice de eficiencia energética mucho mejor que el del ladrillo y el hormigón, y una aliada en el camino hacia la descarbonización de la economía europea, según los socios del proyecto Eguralt.
Fomentar la aplicación y difusión de soluciones innovadoras para la promoción de la construcción de media altura con madera en el espacio Sudoe (sudoeste de Europa) es el objetivo del consorcio Eguralt, liderado por la sociedad pública navarra Nasuvinsa (Navarra de Suelo y Vivienda).
Participan otras siete entidades: SerQ (Centro de Inovação e Competências da Floresta en Centro Portugal); XERA (Axencia Galega da Industria Forestal en Galicia); Cesefor, de Castilla y León; Baskegur (Asociación de la Madera de Euskadi); Ademan (Asociación de Empresarios de la Madera de Navarra); las francesas Xylofutur (Produits et Matériaux des Forêts Cultivées); y ENSAP Bordeaux (École nationale supérieure d’architecture et de paysage de Bordeaux).
Eguralt tiene un presupuesto de 1,3 millones de euros, cofinanciados en un 75 % a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), y se enmarca dentro del programa Interreg Sudoe, que aborda mediante la cooperación transnacional problemas comunes a las regiones del sudoeste de Europa como la baja inversión en investigación y desarrollo o la exposición al cambio climático.
OBJETIVO: APRENDER PARA DIVULGAR
El consorcio tiene ambiciosos objetivos para el desarrollo de la madera como material constructivo, explica a Efe Ana Ariz, técnico de Lursarea (Agencia Navarra del Territorio y la Sostenibilidad), entidad integrada en Nasuvinsa.
Eguralt va a trabajar en tres frentes, el primero de ellos el de investigar, “ver lo que se está haciendo hasta el momento en este espacio Sudoe (...), ver cómo se está trabajando, qué edificios se están construyendo en madera”, un material cuyo día se celebra cada 21 de marzo.
A partir de ahí, se elaborará una guía de construcción con madera en altura “para que se pueda ver exactamente qué es lo que ya hay construido, cómo se ha construido y las características de esas construcciones”, detalla Ariz.
En segundo lugar se van a probar nuevas técnicas constructivas y especies locales de árboles que se puedan utilizar en el corto y medio plazo en la edificación en altura.
Navarra tiene un 65 % de su superficie ocupada por masa forestal, la mayoría de ella arbolada, y “podemos hacer un aprovechamiento sostenible de esos bosques, de esa madera, de manera que podamos utilizarla para la construcción y para otros muchos usos”, defiende.
La madera que se está utilizando en Europa para la construcción en altura es fundamentalmente el abeto, aunque en Galicia, por ejemplo, se está usando ya en procesos constructivos el pino marítimo y en el País Vasco, el pino radiata.
El tercero es divulgar “todo lo que vamos a aprender en el proceso de este proyecto para dar a conocer cómo es la construcción en altura, las características que tiene y darlo a conocer al público en general y al público también más especializado” para que, entre otros objetivos, sepa valorar la utilización de los materiales sostenibles y cercanos.
En ese sentido, Maitane Zazu, responsable de la Sección de Proyectos Especiales del Departamento de Vivienda de Navarra, asegura a Efe que es necesario "ir a construcciones con recursos más cercanos, de menor huella de carbono”.
“La oportunidad de uso de lo local también es una oportunidad para el desarrollo sostenible del territorio porque la madera del entorno rural precisamente es una oportunidad de empleo para lugares que son los que más riesgo tienen de despoblamiento”, agrega.
LA MADERA, UNA ALIADA PARA LA DESCARBONIZACIÓN DE LA UE
La necesaria descarbonización de la economía europea en el marco de la lucha contra el cambio climático es otra poderosa razón para mirar a la madera con otros ojos, según Iñaki del Prim, arquitecto con experiencia en la construcción con este material desde 2005 y profesor del Máster de Estructuras de Madera de la Universidad del País Vasco (UPV).
“Hay que entender la utilización de la madera en construcción en un doble escenario de descarbonización. Por una parte, en el uso del edificio, porque la estructura de madera, la envolvente, nos va a ayudar a tener unas prestaciones térmicas muy elevadas, por tanto vamos a ganar de una manera sencilla en eficiencia energética, y por otro lado vamos a tener un escenario de descarbonización en la fase de construcción y fabricación del edificio”, subraya a Efe.
Recuerda que la construcción con madera forma parte de la “idiosincrasia cultural” de todas las zonas de España, aunque “tal vez en la zona norte un poco más”.
Evidentemente, ahora no se construye como hace 200 o 400 años ya que los sistemas constructivos y estructurales han evolucionado hacia un modelo “industrializado” que tiene “unas prestaciones todavía mayores, un comportamiento mucho mejor”.
“De alguna manera es recuperar, revisar, reutilizar las maneras de hacer, buscando siempre un futuro nuevo y mejor. Es algo francamente interesante y bonito en este momento”, resalta Del Prim.
Adoptar la madera como material estructural supone “un cambio de paradigma” en el diseño del edificio, los plazos y la forma de organizar la obra.
Por tanto, “hay que ‘reinventarse’ pero apoyándose también tanto en los técnicos, que estamos más familiarizados con el uso de estos materiales, como en las ingenierías calculistas y los fabricantes y suministradores de estas estructuras, los montadores”, anota Del Prim.
UN MATERIAL QUE AÍSLA 15 VECES MÁS QUE EL HORMIGÓN
La madera tiene numerosas ventajas pero “viene de una época en la que ha estado bastante denostada por desastres que hubo, grandes incendios, catástrofes...”, comenta a Efe Fernando Oiza, arquitecto especializado en la construcción con madera y alta eficiencia energética.
Estos problemas hicieron que la madera “quedara como proscrita frente a otros materiales antes nuevos como el acero y el hormigón armado, que parecían más seguros”.
Pero “los nuevos estudios, las nuevas maneras de construir, los nuevos materiales de ingeniería basados en la madera dan unas soluciones absolutamente fiables, tanto como cualquier otra tecnología. De hecho, los códigos de construcción no son diferentes en función del material de construcción o de la tecnología que se emplee”, argumenta.
Oiza afirma que la madera “tiene una gran ventaja” y es que se considera un aislante quince veces mejor que el hormigón.
Esto unido a otras cualidades, como “la inherente perfección” asociada al material y a su sencillez de mecanizado, permite “construir edificios de un nivel altísimo de eficiencia energética que, por otra parte, es la demanda que ahora se está utilizando como referencia básica".
"La alta eficiencia energética ya no es un extra o una cosa de élites, debe ser la referencia de construcción de vivienda social, la base de la pirámide”, subraya.
DE LA FÁBRICA A LA OBRA
Otra de las grandes ventajas de la madera es que permite su tratamiento industrializado, de forma que grandes segmentos de la construcción pueden ser ensamblados en la fábrica y trasladados prácticamente acabados a la obra para su montaje.
El ingeniero Diego Núñez es fundador de la empresa Madergia, dedicada a la construcción con madera de todo tipo de infraestructuras, incluidos edificios en altura de cuatro a seis plantas, con una gran demanda en este momento.
Madergia utiliza fundamentalmente madera de conífera, “cuya relación entre prestaciones y precio es muy alta, y además es de un crecimiento más rápido que otras especies que en general tienen otros usos que no son el de la construcción”, indica Núñez a Efe.
Este ingeniero confía plenamente en el concepto de la construcción industrializada por muchos motivos, “principalmente por la facilidad de transformación de la madera, pero también por su ligereza, lo cual permite un alto grado de industrialización de componentes, que se llevan muy preparados, no terminados del todo, pero casi, para su instalación en obra”.
A ello ha contribuido enormemente el desarrollo de nuevas técnicas de encolado, que dan lugar a “productos más estandarizados, más homogéneos en prestaciones y de una calidad mucho más controlada”, añade.
La apuesta de Navarra por la madera se materializará próximamente en la construcción en el barrio de Azpilagaña de Pamplona de un edificio comunitario de nueve alturas para personas de más de 60 años.
Será la torre construida en madera más alta de España y supondrá en sí misma la reivindicación de un material que quizá llevaba demasiado tiempo olvidado.
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